El Hotel Santiago, un complejo dedicado y entregado al descanso y la gastronomía

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El Alentejo es una de las zonas de Europa por descubrir, no sólo para todos aquellos que buscan un destino tranquilo, de playas vírgenes, de pueblos que aún viven al ritmo pausado que muchos hemos olvidado; sino incluso de las propias autoridades portuguesas que deberían fomentar un tipo de turismo que ya no queda en ningún otro lugar del viejo continente. En Santiago Do Cacem, a unos kilómetros de la costa, un pueblo de interior al que se llega por una carretera estrecha a cuyos lados se alinean infinitos alcornoques que forman una bóveda que cubre el asfalto en muchos de sus tramos. Allí se encuentra el Hotel Santiago.

Un litoral plagado de playas, algunas escondidas y de difícil acceso que premian al que se aventura hasta ellas con paisajes de acantilados que perfilan arenales de extraordinaria belleza que permanecen intactos, tal y como nacieron. Los pueblos de casas bajas, casi blancos que salpican la comarca se encuentran desperdigados entre el Parque Natural del Alentejo y la Costa Vicentina. Es un paisaje formado de dunas y lagunas que se convierten en uno de los mejores puestos de observación de un cielo plagado de estrellas cuando cae la noche.

Santiago do Cacen se encuentra en un alto, a la sombra de un antiguo castillo, hoy en ruinas. Allí, a unos centenares de metros del centro, se encuentra el hotel Santiago, un complejo dedicado y entregado al descanso y a la gastronomía. De hecho, su verdadero nombre es Santiago Cooking & Nature; un hotel cuya existencia gira en torno de la gastronomía local, el academicismo culinario francés y la universalidad de la cocina italiana. Sus actividades y experiencias en torno de la cocina incluyen visitas al mercado acompañados por el cocinero, para llenar la despensa.

El Hotel Santiago se ha diseñado a base de volúmenes y cubos blancos, colores fríos que son los más apropiados para un lugar constantemente bañado por el sol y un mar plagado de olas. Si en Nazaré, unos centenares de kilómetros más al norte, se han cabalgado las olas más grandes del mundo, las playas que se despliegan desde Sines hasta Aljezur son de aguas frías y olas suficientemente intensas para iniciarse y divertirse en el siempre atractivo deporte del Surf.

Si por el contrario prefieren la cocina, son infinitos los cursos y seminarios que organizan para sus huéspedes. Desde aprender a diferenciar los diferentes cortes de carne y cuales son sus mejores elaboraciones, a elaborar postres, dulces, galletas y chocolates. Como improvisar las recetas más apetecibles con lo que uno puede encontrar en la nevera. Hasta como preparar platos más clásicos y académicos, como la sopa de cebolla o un solomillo Wellington. E iniciarse en las nociones básicas para aprender cuales son las recetas que mejor maridan con champán.