Mahón más que ginebra y caldereta

  • Una de las bahías más profundas, bellas y calmas del mundo en la que disfrutar de un conjunto urbanístico muy cuidado de casas señoriales. 
Mahón
Mahón
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Mahón disfruta de una de las bahías más profundas, bellas y calmas de todas cuantas existen en el Mediterráneo. El mar se adentra casi cinco kilómetros hacia el interior hasta tocar su tierra, dibujando una bahía de dimensiones fascinantes (sólo por detrás de Pearl Harbour) que ha sido recorrida y dominada desde el principio de los tiempos por la marina griega, la francesa, y la británica, entre otras. Mahón disfruta de un conjunto urbanístico muy cuidado de casas señoriales de tres y cuatro pisos, de fachadas inmaculadas como si las acabaran de restaurar, muchas de ellas del 1700 y pico. Una isla cuya memoria se remonta en la historia profunda donde las taulas y talayotes (monumentos megalíticos) fueron testigos y son memoria de su rico pasado.

09:00h Desayuno

Comenzamos el día desayunando muy cerca de la plaza de España, en cualquiera de los bares cuyas terrazas se despliegan por la bella y recogida plaza del Carme.

09:30h Un paseo por los mercados

Como no podía ser de otra forma, en una isla como Menorca, la pesca ha estado siempre presente. En el Mercat del Peix; un lugar fascinante en el que llenan su despensa la mayor parte de los restaurantes de la zona; da paso unos metros más allá, en los bajos del antiguo claustro del convento del Carmen, al mercado que extiende sus tentáculos con los puestos de frutas, verduras y productos típicos y autóctonos de la isla.

10:30 Órgano de Santa María

En el mismo casco antiguo de Maó, encontramos la iglesia de Santa María, una de las más representativas de la isla porque cuenta con un órgano monumental de primeros de siglo XIX en uso y del que se puede disfrutar cada día en los mini conciertos que durante el verano hace vibrar sus más de tres mil tubos, algunos de ellos, incluso de madera.

11:00h Un paseo por la calle Santa Isabel

Un recorrido para contemplar algunas de las casas y mansiones de época, concretamente del Siglo XVIII más representativas. En ella se concentran la mayor parte de las casas señoriales del siglo XVIII: La Rectoría, Pons i Soler, Febrer i Cardona, Albertí, Seguí de Vidal y, Cerezo Mir. Además, al final de la calle se encuentran la casas de algunos de los hijos más ilustres de la isla como el novelista Verdaguer.

12.00h Bodega y ginebra

Puede que el mejor legado que dejaron los británicos sea el destilado inglés por excelencia, la ginebra. La destilería Xoriguer se fundó en el siglo XVIII y es la última que produce una ginebra realmente especial por el tipo y la combinación de botánicos, principalmente el enebro que emplea en su destilado. A la hora del aperitivo nada como un trago de la bebida local, La Pomada, un combinado de una porción de ginebra Xoriguer y tres de limonada natural.

13:30h Comida

Para comer, el restaurante Smoix, un local moderno y agradable que mantiene parte de la estética de la nave que ocupa y que en otro tiempo fue taller de joyería. Tiene un interesante menú de mediodía a 29€. Entre sus especialidades más destacadas: el ravioli de cigalas, el canelón de carne y el cochinillo al horno.

16:30h La Sirenita

Aunque la de Copenhague sea la mas famosa de todas, la sirenita del puerto de Mahón es uno de sus símbolos de la ciudad. Un paseo por el muelle de Levante hacia la bocana del puerto nos llevará hasta la escultura de Leo Lucarini.

18.30 Nos vamos de ópera

El Teatro Principal de Mahón es el teatro de ópera más antiguo de España. Desde su sala con forma de media luna y con capacidad para un millar de espectadores durante los meses de verano se ofrecen espectáculos de ópera, así como el festival de música.

20:30 Una puesta de sol

A unos veinte minutos en coche de Maó, encontramos Cova den Xoroi, un lugar sorprendente excavado en la roca en el que disfrutar de una copa mientras vemos caer el sol sobre el horizonte de la Península.

21:45h Cena en Café Balear

La caldereta de langosta es la receta más popular de la isla. Elaborada a partir de un sofrito de verduras y algo de pan para empapar y espesar el caldo, incorpora un magnífico ejemplar de langosta que cada restaurante compra a un pescador en exclusiva y que se introduce en la cazuela de barro en el último momento para cocer unos instantes. Un bocado delicioso que debe probar durante su estancia en la isla y la que hacen en Café Balear es una de las mejores.

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