Quito, en medio del mundo, la primera ciudad Patrimonio de la Humanidad

  • Conserva un centro histórico intacto, un barroco único en el continente que junto a la amabilidad de sus gentes, le hace un destino muy atractivo.
Quito
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Es la primera ciudad del mundo en ser consagrada como Patrimonio de la Humanidad.

Quito literalmente en mitad del mundo, a 20km de la latitud 0-0, sobre la línea que divide el mundo en dos y a 3.000 metros de altitud. Ocupa un alargado valle rodeado de naturaleza prodigiosa y salvaje de una fuerza sobrecogedora. Hasta media docena de volcanes de cumbres nevadas, entre los que el Casituaga y Atacazo, el gigante Pichincha y la indomable mole del Cotopaxi; ofrecen un paisaje sin igual en el Planeta. Allí, en medio, el Centro Histórico, mejor conservado de América y primera ciudad del mundo en ser consagrada como Patrimonio de la Humanidad, hace de la amabilidad de sus gentes su seña de identidad.

En una ciudad cuyo urbanismo fue diseñado a imagen y semejanza de sus homónimas a este lado del Atlántico, las calles empedradas nacen y mueren en extraordinarias plazas que concentran y articulan la vida diaria de sus gentes. En la Plaza Nueva, bajo la arcada, los limpiabotas lustran zapatos mientras dan conversación a sus clientes; los vendedores de periódicos vocean los titulares para captar la atención del paseante; los viejos descansan en bancos mientras contemplan desde el otro lado a los turistas que ocupan las terrazas del café; y algunas mujeres venden tomates, mangos y aguacates que ofrece la Pachamama (Tierra)..

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Quito se vive en la calle.

El alma de la ciudad se guarda primero en las supersticiones y creencias por los que curanderos y hechiceros curan de espantos (encantamientos) y después, a lo largo de la ruta de las siete cruces, donde Quito despliega el mejor barroco de toda América. Desde la iglesia de San Francisco y la de la compañía de Jesús con su magnífica fachada, a los numerosos conventos a lo largo de la ciudad y su culminación en la catedral más antigua del hemisferio Sur. Mientras, el poder político se muestra frente al espiritual en el palacio gubernamental donde se observa un trasiego de uniformes que en esta parte del mundo se respetan.

Quito
Quito, una ciudad con encanto.

Interesante el Museo de La Capilla del Hombre, donde se expone la obra del maestro Osvaldo Guayasamín, el pintor más celebrado del país. Un paseo por La Ronda, la antigua calle de balcones adornados de geranios en la que se han instalado artesanos de todo tipo. Aproveche para comprar un sombrero Panama en Humacatama, el local del maestro Luis López que teje a mano cada uno de estos míticos sombreros originarios de Ecuador. En el cruce de las calles Rocafuerte y Chimborazo, humean olores y aromas a comino y palo santo que despiden los puestos que se instalan alrededor del mercado de San Francisco.

El Café Águila de Oro en el centro histórico es el lugar idóneo para probar el auténtico café, uno de los mejores del mundo con recuerdos de sabor a chocolate. Urko es uno de los pocos restaurantes modernos de Quito. Al frente Julio Zaldumbide, que articula su carta en cuatro capítulos, uno por cada uno de los territorios en que se divide geográfica y gastronómicamente el país. Octava de Corpus es uno de los mejores restaurantes y definitivamente la mejor bodega en esta parte del mundo. Su dueño José Luis, es un excelente conversador, siempre interesante alargar una tertulia con una buena botella de vino. Para dormir el hotel boutique Casa Gangotena.

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