Valdepalacios, un hotel de lujo en plena campiña toledana para olvidar el mundo

Erigida a principios del siglo XIX como casa de recreo bajo las órdenes de un arquitecto francés, el hoy hotel Valdepalacios Gourmand reúne en su histórica construcción lo más sofisticado del lujo actual con los pequeños placeres del esparcimiento que la vida rural ofrece. A algo menos de dos horas de Madrid, cerca del toledano pueblo de Torrico, Valdepalacios es una apuesta segura para todos aquellos que quieren desconectar en un paraje único sin renunciar a ningún tipo de comodidad y que cuenta con el sello Relais & Châteaux.

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Tan sólo 32 habitaciones, de amplísimas dimensiones (entre 60 y 80 metros cuadrados cada una), se distribuyen en esta antigua casa solariega, rodeada de establos, patios y pretéritas casas de labor, que en la actualidad son utilizadas como dependencias del hotel en las que cambiar el chip. Aquí podrás imbuirte de una suerte de viaje en el tiempo, que habría hecho que incluso el prolífico Julio Verne se tomara un descanso, rodeado de la naturaleza que circunda la gran casona, que distribuye las habitaciones en tres sencillas alturas, habiéndose respetado la construcción original para transformar en hotel el conjunto.

Con vistas al jardín en la primera planta, de carácter romántico en la segunda o modernas pero elegantes en el ático, cada una de las habitaciones de Valdepalacios presume de una decoración personalizada, que distingue así a cada una de las estancias, pero que mantienen un privilegiado horizonte común, con los impresionantes ventanales que se abren sobre los campos toledanos.

Perfecto para los que quieren hacer un parón en las agendas de la gran ciudad durante un fin de semana; o para los que quieren abstraerse por completo de la rutina durante unas vacaciones, el Valdepalacios Hotel Gourmand atrapa al viajero con el estilo de un cinco estrellas de gran lujo en un entorno idílico. Parte de su encanto se radica también en su apuesta por el bienestar y los espacios wellness. Ubicado en una de las antiguas dependencias y bien dotado de amplias cristaleras se encuentra el spa, que incluye una piscina climatizada desde la que se vislumbra la cercana sierra de Gredos y sus impresionantes alturas, las mayores del Sistema Central. Además de esta cálida piscina, otras opciones como el baño turco, la sauna y una sala fitness complementan una oferta de relajación máxima, incluyendo tratamientos de belleza y masajes.

No será el único mimo y capricho que nos podamos llevar al cuerpo, literalmente, ya que el hotel cuenta con un restaurante cuya propuesta gastronómica está a la altura del simpar ambiente que aquí la bienvenida. Bautizado como Tierra y regentado por el chef Jesús Hernández, el restaurante del hotel cuenta con un florón de la Guía Michelin, a la que ascendió por méritos propios con una cocina basada en el producto de proximidad, mercado en la medida de lo posible con materias primas locales –e incluso algunas obtenidas en la huerta del hotel-, que se convierte en alta cocina que no desprecia en absoluto el contacto con estas raíces culinarias.

Así se disfruta de una gastronomía de base castellana, que gana enteros en otoño, donde se gozan con especial fruición de las setas y de la caza, pero también de platos más típicos como las migas o el cabrito. La apuesta, un acierto seguro, es el colofón ideal para una aventura de fin de semana o para esos días en los que quieres aparcar el teléfono móvil y dejar que el ambiente campestre te conquiste.

Si estás algunos días más o quieres planes más movidos podrás concertar dentro del hotel algunas opciones como paseos a caballo por la finca, excursiones al lago –con pesca desde barca incluida-, o iniciarte en el mundo de la cocina con algunos cursillos o practicar tus dotes enológicas con catas de vino. Y todo esto a apenas una hora y media de Madrid.