Siete vinos blancos para beber en verano más allá de los conocidos verdejos

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Si los puristas o mejor dicho los que van de puristas, sobrevaloran los tintos frente al resto de vinos, por supuesto el rosado y como no el blanco. Pero existen vinos blancos tan sólidos como cualquier tinto. De hecho, los olorosos del Marco de Jerez tienen a nuestro juicio tanta calidad, estructura, complejidad y profundidad como la que pueda exhibir cualquier vino tinto. Si les gustan los quesos, incluso los fuertes, que no les engañen, deben de tomarse con vino blanco, y los pescados, y las verduras, y los arroces y la pasta; y tantas otras recetas y platos que en modo alguno los blancos desmerecen a sus colegas tintos. Estos son 7 blancos frescos y buenos por menos de 15€.

Por Daniel Camiroaga

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El excepcional vino de la enóloga Isabel Salgado. Siempre raya a notable altura y destaca como uno de los vinos albariños de Rias Baixas más señalados. Un vino que siempre se muestra muy equilibrado y elegante. Es un vino frutal, amable y fresco, idóneo para beber en verano con pescados y mariscos.

Un blanco que llega de una región con tanta tradición vinícola como la Denominación Castilla La Mancha, un territorio asociado en otro tiempo con tintos de calidad medianera, llevan tiempo remontando esa imagen y haciendo vinos tan buenos como este blanco de aromas herbales y fondo ligeramente tostado.

Madrid es el origen de este vino de notable calidad, concretamente de San Martín de Valdeiglesias. Un vino de elaborado a base de uva albillo. Un vino seco pero que a la vez se muestra muy saboroso, ideal para acompañar con tartares de atún y otras piezas grasas de túnido, así como cortes de cerdo ibérico con alto contenido oléico.

Un vivo con chispa, pero que al tiempo se muestra compacto, y con un gran equilibrio entre destellos contenidos y un reposo sereno. Un vino elaborado de las singulares variedades decallet y prensal. Elaborado en Mallorca, se hace un vino fácil para consumir en cualquier situación en verano.

Otro de los buenos vinos de las Rias Baixas, una de las zonas más activas de toda nuestra geografía. Un vino de uva albariño con personalidad y presencia para hacerse con cualquier comida sin problemas gracias a su sobria elegancia y cierta entidad capaz de envolver un ligero rastro mineral bajo unas notas cítricas que le hacen idóneo para la época estival.

De nuevo presencia de vinos de las Rias Baixas. Este albariño que año tras año se sigue mostrando como un gran vino, es capaz de mostrar todas sus bondades en la boca: Elegante, y equilibrado, fino pero capaz de mostrar y desplegar toda su fuerza frutal, con la que conquista paladares, incluso ahora en verano, de forma más acusada.

Desde hace unos cuantos años los vinos valencianos y la uva monastrel han logrado hacerse un hueco en las principales bodegas del país. En este caso no es una monastrel, sino una merseguera. Con ella consiguen elaborar un vino de cierta intensidad de color, nariz y boca. Un vino con cierto cuerpo y profunidad, se muestra sin embargo, fresco y con matices ácidos que le hacen ideal para estos meses.