Antoni G. Porta: el escritor, poeta y francotirador de humor invencible

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Texto firmado por el autor donde narra en exclusiva para Gentleman la disparatada anécdota que culminó en el embarazo y parto editorial de su nueva novela, 'Me llamo Vila-Matas, como todo el mundo'.

16 de enero de 2014, Enrique Vila-Matas anuncia a Porta que ha sido invitado a participar como actor en un teatro alternativo de Broadway. Sin embargo, el alma del proyecto, una mujer llamada Allison, ha desaparecido, y ni Vila-Matas ni su amigo neoyorquino Eduardo Lago consiguen dar con ella. Al despedirse, ambos fantasean, enfrascados en un diálogo cada vez más absurdo, sobre la posibilidad de que el desvarío relacionado con la obra acabe plasmado en dos textos, titulados Buscando a Allison y Off Off Off Broadway. Ya en casa, Porta escribe una obra paródica sobre la conversación. Considera mandársela a Vila-Matas, pero no lo hace. Así nace Me llamo Vila-Matas, como todo el mundo, un diálogo que, fiel al absurdo en que surgió, acercará al lector al personal mundo de Enrique Vila-Matas. “Mejor que cien ensayos que trataran de explicar lo que escribo”. Enrique Vila-Matas.

Nada más difícil que describirse a uno mismo. Comencé en este oficio cuando no sabía siquiera lo que quería ser en la vida. Yo pasaba por allí cuando me acogieron los Bolaño, Montané, Royo, Benavente o Savater. Mi mayor agradecimiento hacia ellos. Con Bolaño hicimos un buen equipo que escribió Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, nuestro Pulp Fiction avant la lettre, y buen título donde los haya. Luego dejé el vicio de escribir durante doce años, pero recaí porque Bolaño era un pesado despidiéndose en cada ocasión que nos veíamos con un “Escribe Tonet”. Así que volví a la escritura, y un buen día de 1998, en el Bar Lleida, en Arco del Triunfo, leyó las primeras hojas de Braudel por Braudel y me dijo “así con este tono hasta el final”. Otro día me presentó a Vallcorba y luego a Villoro, a Fresán y a Cercas. Fue por aquel entonces que Vila-Matas me dio un abrazo en el paseo marítimo de Blanes que resultó ser algo así como si el 'padrino' te diera la bienvenida al Club. Por el camino han sucedido muchas más cosas, pero, francamente, en tan poco espacio no caben.

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