La asombrosa historia del maharajá enamorado de Occidente

  • Un joven maharajá de Indore, educado en Oxford, cayó subyugado por el arte occidental y construyó un palacio racionalista en la India colonial.
La asombrosa historia del maharajá enamorado de Occidente
La asombrosa historia del maharajá enamorado de Occidente
La asombrosa historia del maharajá enamorado de Occidente

Durante la década de 1920, el joven maharajá de Indore, Yeshwant Rao Holkar II (1908-1961), completó sus estudios en el prestigioso Christ Church College de Oxford. El maharajá de Indore era descendiente, como todos los miembros de la dinastía Holkar, de guerreros marati de la India central, que marcaron la historia del continente al tomar el poder en el siglo XVIII, después del colapso del Imperio mogol, que había dominado la región hasta entonces. Aprovechando este vacío político, las dinastías indígenas como la Holkar organizaron nuevas alianzas, esta vez para luchar contra los ejércitos de las compañías francesas y británicas de las Indias Orientales que se establecieron en la región y se enfrentaron para dirigirla.

Majarahá enamorado de Occidente

El joven maharajá (1908-1961) vestido con la indumentaria tradicional hindú.

Finalmente vencida por las fuerzas militares británicas, la dinastía Holkar tuvo que resignarse a una posición de vasallaje desde 1818. Si los Holkar conservaron su título de maharajá, sin embargo, tuvieron que renunciar a su soberanía política y militar a favor del gobierno británico. Para garantizar su función, los príncipes de Holkar recibieron una educación ‘al estilo inglés’, proporcionada por los preceptores occidentales, incluyendo muchas estancias en Europa. Como resultado de esta educación, el maharajá Yesh-want Rao Holkar II eligió una forma de vida que combina tradición y modernidad.

Su tutor de francés, el Dr. Marcel Hardy, agudizó su curiosidad al presentarle el entorno cultural europeo. Bajo las indicaciones de su mentor, el maharajá conoció a dos personalidades que serían decisivas en la formación de su gusto: el arquitecto berlinés Eckart Muthesius, cercano a las vanguardias, y Henri-Pierre Roché, asesor artístico y escritor. Las estancias en Inglaterra, Alemania y Francia en particular, donde frecuentó los salones culturales, exposiciones y estudios de artistas, provocaron un verdadero interés en el arte moderno.

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El maharajá Yeshwant Rao Holkar II, ataviado con frac.

La exposición

El Museo de Artes Decorativas de París rinde homenaje a la extraordinaria figura del maharajá de Indore, que desarrolló su gusto por las vanguardias artística y decorativa, creando un mundo moderno único en la India. Personalidad visionaria del medio cultural europeo de las décadas de 1920 y 1930, el maharajá fue el patrocinador de la primera construcción modernista de su país: el palacio Manik Bagh (1930–1933), testimonio de la emoción de la escena artística de la época.

Tradición y ruptura

La exposición parisina invita a descubrir este mundo innovador, un hito en la historia de las artes decorativas. Así, se destaca el universo de este hogar mítico que evoca los intercambios entre Europa e India a través de la personalidad singular y fascinante del joven príncipe y su esposa. Este prestigioso patrimonio reúne por primera vez más de 500 piezas con las creaciones de Louis Sognot y Charlotte Alix, Jean Puiforcat, Eileen Gray y Le Corbusier.

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Exterior del palacio racionalista del maharajá.

La exposición es una oportunidad excepcional de admirar todas estas creaciones, inicialmente unidas en un palacio, como una obra de arte total, que atestigua sobre todo el gusto del maharajá de Indore por la modernidad. Así, trae a la luz la conmovedora y misteriosa personalidad de un joven príncipe que pasó del respeto por la tradición ancestral a la ruptura más radical con la India tradicional.

El proyecto del Palacio Manik Bagh es el resultado de la voluntad del joven gobernante y su esposa, pero también el de un entramado de relaciones que contribuirán a darle su forma final. Entre ellos, el preceptor del maharajá, el Dr. Marcel Hardy, botánico belga y antiguo asistente del urbanista escocés Patrick Geddes, quien lo puso en contacto con las emergentes ideas progresistas. Juntos viajan a Europa, y es él quien lo ayuda a alcanzar sus ambiciones. Con él conoció a Henri-Pierre Roché, en 1927, quien se convirtió en su asesor artístico para compras de arte y muebles para el futuro palacio de Manik Bagh.

El interior del palacio.

Aspecto del interior del palacio.

El último gran actor que influyó en el maharajá es el modisto, coleccionista y mecenas Jacques Doucet, a quien conoció gracias a Roché en 1929, un mes antes de su muerte. El descubrimiento de su colección y de su estudio, en de la Rue Saint-James, en Neuilly-sur-Seine, decidió el proyecto del palacio imaginado por el joven como la afirmación de un manifiesto del espíritu moderno. Para completar el equipamiento de su proyecto, el joven príncipe y su esposa visitaron salones y estudios de grandes artistas, ayudados y asesorados por Henri-Pierre Roché, quien identificaba para ellos sus creaciones, o los ponía en contacto con los artistas de su vasta red. Y es en el año 1929 cuando se hicieron más visibles los efectos de la presencia del maharajá en París.

la maharaní retratada por el pintor Bernard Boutet de Monvel.

La maharaní retratada, en traje tradicional, por el pintor Bernard Boutet de Monvel.

Los primeros síntomas se detectaron en el Salon des Artistes Décorateurs de 1929, en el Grand Palais. Ese año, el creador Jacques-Émile Ruhlmann, una figura ineludible de la época, presentó un proyecto bajo el título de “Estudio para un príncipe heredero de las Indias” que parece, de manera no disimulada, destinada para el futuro maharajá de Indore, con un enorme mapa de la India en la pared. Entre los creadores elegidos por el maharajá para amueblar su moderno palacio, además de Jacques-Émile Ruhlmann, el soberano se mostró particularmente interesado en las creaciones de artistas que pertenecen a la vanguardia francesa, como Rene Herbst, Louis Sognot y Charlotte Alix, Georges Djo-Bourgeois, Le Corbusier, Charlotte Perriand y Pierre Jeanneret o Eileen Gray.

La maharaní retratada

La maharaní retratada, con vestimenta occidental, por Bernard Boutet de Monvel.

Residencia privada

La construcción del Palacio Manik Bagh comenzó en 1930, después de la reunión en Oxford del maharajá de Indore con el arquitecto alemán Eckart Muthesius, en 1929. Construido a partir de los cimientos de un edificio ya existente, el edificio se completó en 1933. Esta residencia privada estaba dedicada a la vida cotidiana del soberano y su esposa. Las ceremonias oficiales tenían lugar en palacios familiares más antiguos, como Rajwada y Lal Bagh, ubicados muy cerca del palacio.

El maharajá y su esposa fueron retratados en estilo modernista por el pintor Bernard Boutet de Monvel, un seguidor del realismo fotográfico, y por Man Ray, que transmitía una particular poesía a sus modelos a través del juego de luces y sombras.

Chaise-longue ‘Sobre Esquíes’

Chaise-longue ‘Sobre Esquíes’ para el maharajá de Indore, alrededor de 1929.

La pareja real adquirió obras del escultor Constantin Brancusi, del grabador de cristal Étienne Cournault, del decorador Jacques Émile Ruhlmann, del dúo de creadores formado por Louis Sognot y Charlotte Alix, así como de Marcel Breuer, René Herbst, Eileen Gray... Asímismo, la pareja encargó servicios de mesa al platero Jean Puiforcat y al ceramista Jean Luce, lujosas alfombras con motivos abstractos a Ivan Da Silva Bruhns, y asombrosas esculturas luminosas de la casa Desny.

La exposición también evoca el marcado interés del maharajá por las artes de grandes joyeros. Van Cleef & Arpels, Harry Winston y Chaumet realizaron, a petición suya, espléndidas piezas para su esposa y para él mismo. Paralelamente, la exposición muestra los proyectos preparatorios, las fotografías y el resultado final de la construcción de un palacio extraordinario.

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