González y Rajoy no ven la corrupción como un problema singular de España

Felipe González y Mariano Rajoy
Felipe González y Mariano Rajoy
EFE

Los expresidentes del Gobierno Felipe González y Mariano Rajoy han negado que la corrupción sea un problema singular de España, este viernes, y han resaltado la labor de la Justicia ante los casos que han ido surgiendo con independencia de la formación política a la que afectara.

En un diálogo en el 'I Foro La Toja-Vínculo Atlántico', la corrupción ha sido uno de los asuntos abordados por los dos exjefes del Ejecutivo. Rajoy ha rechazado que el problema de la corrupción sea mayor en España que en otros países europeos y también ha negado que el bipartidismo que ha habido durante décadas haya tenido algo que ver.

"No es bueno que nos castiguemos inmisericordemente diciendo que somos el país más corrupto. No estoy de acuerdo", ha añadido para afirmar a continuación que su Gobierno fue derrotado con una moción de censura que se presentó fundamentada en un problema de corrupción cuando nadie de ese Ejecutivo estaba juzgado ni investigado.

Ha defendido también el sistema español que castiga a quien comete algún acto indebido aunque le gustaría que fuese más rápido de lo que lo hace. El expresidente del grupo popular ha lamentado casos como el que llevó a la senadora del PP Pilar Barreiro a abandonar el partido por un supuesto caso de corrupción, ya que el "inquisidor" (en alusión a Ciudadanos) lo ponía como condición para apoyar los presupuestos del Estado. Pero cuando Barreiro regresó al grupo al archivarse la causa contra ella, ha reprochado que nadie habló de ese asunto.

González ha explicado por su parte que al final de su mandato como presidente hubo casos de corrupción que le costaba creerlos: "Tuve casos dolorosísimos en mi Gobierno que era incapaz de comprender porque algunos de los actores eran amigos. No lo entendía", ha reconocido. El expresidente ha advertido de que quien se meta en política en España tiene que asumir que va a ser ya presuntamente culpable toda su vida.

El socialista ha asegurado que España no está peor que otros países en el problema de la corrupción, pero ha abogado por combatirla porque destruye la credibilidad de la acción política. Para González, la Justicia española ha demostrado ser neutral en la lucha contra la corrupción porque "si ha tenido que dar palos, los ha dado a diestro y siniestro".

Además, ha alertado de que los partidos se conviertan en actores denunciando en los tribunales supuestos casos de corrupción, así como de las consecuencias de la judicialización de la política.

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