Obra gráfica.
“El ciclo creativo de los artistas contemporáneos se ha reducido hasta tal punto que, en cierta forma, el mundo del arte se parece cada vez más a la industria de la moda, en la que los estilos cambian cada año (…). Las ferias de arte, junto a las casas de subastas, han contribuido a la construcción de una nueva lógica de acción del mercado: proveen incentivos a los artistas para que se centren en beneficios a corto plazo, creando arte que está a la moda y estableciendo carreras breves en lugar de produciendo obras de calidad duradera”.
Galería Bárbara Thumm.
Esta reflexión del analista económico-cultural Olav Velthuis, extraída del libro 'Contemporary art and its commercial markets: a report on current conditions and future scenarios', resulta ser un análisis extendido en la escena de las artes plásticas. Tanto es así que son muchas las voces que en los últimos años sugieren la tendencia artística –después del arte relacional– 'art-fair art'.
Galería Luciana Brito.
El el 'art-fair art' son obras de consumo fácil concebidas para generar un impacto inmediato en el contexto saturado de las ferias de arte. Se trata de una exageración reduccionista pero no ausente de verdad, ya que la multiplicación de este tipo de eventos comerciales y culturales ha sido brutal en los últimos 15 años: si en 2001 había solamente 36 ferias, en 2014 el número se multiplicaba por cinco, hasta las 180 citas internacionales –sin contar los numerosísimos eventos locales de este tipo–, según datos de la TEFAF.
A todo riesgo. El joven binomio Rebeca Nogueras y Alex Blanchard cuestionan el modelo del negocio en momentos donde el mercado del arte parece restar importancia a la propia galería de arte.
Así pues, las ferias de arte estructuran el calendario de las galerías casi más que su propio programa de actividades. Los espacios consolidados se ven obligados a la expansión internacional o a las alianzas con otros profesionales del mismo sector para subsistir en esta carrera hacia el crecimiento infinito, reinvirtiendo masivamente para estar presentes en los cinco rincones del mundo y no perder comba de un mercado que cada vez más considera que el éxito y el prestigio de una galería se mide en base a los metros cuadrados y a la localización del stand que es capaz de alquilar, así como a su inclusión en las ferias más importantes –Basel, Frieze London, Armory Show NY, Arco, Art Brussels...–, además de a las ventas que hayan podido generar en ellas.
Transformar el mercado del arte en laboratorio de experimentación es una propuesta que nació en Bruselas . Cada año se desarrolla en u espacio diferente y propone un tema al que las galerías, así como espacio 'non-profit', en su mayoría jóvenes o emergentes, deben ajustarse. La suma a pagar por la participación es de 500 euros, y la feria se lleva un 10% por cada venta, lo que permite también participar a las galerías sin grandes recursos financieros.
Mario Canal'Casa Leibniz' no es una feria comercial per se, sino un grupo de galerías que unen fuerzas para incrementar la visibilidad de los artistas jóvenes que representan. Un espacio híbrido que tiene réplicas en París (Internationale) y Londres (Condo), y que se celebra a la par de Arco en un palacete del centro de la capital. Las obras se despliegan cuidadosamente por los diferentes espacios, permitiendo así una profunda comprensión de las mismas y, por qué no, favoreciendo la posibilidad de ser adquiridas.
Mario Canal