La primera de estas rutas vinícolas, en popularidad e importancia, es la de Stellenbosch, así llamada por abarcar la región por la que comenzó la colonización del país. Con más de 130 bodegas, ¿dónde parar primero? Recomendamos Asara. La granja original, fundada en 1961 y comprada en 2001 por la pareja formada por Markus y Christiane Rahmann –germano y namibia-, fue bautizada así, combinando los nombres de los tres dioses africanos de la Tierra, el Sol y el Cielo: Astar, Asis y Asase.
Imagen apertura: Lina Loos.
El lema ‘Fuera de lo corriente’ hace honor a esta bodega, que cuenta con lo mejor en pinotage, merlot y cabernet sauvignon del país. Única proveedora de vino blanco con uva roja, esta exuberante bodega, erigida sobre una granja a finales del XVII, presume de estructura, gusto y profundidad. Y no sólo vino: Asara dispone de un precioso hotel con 36 suites y habitaciones de lujo.
Luis RamírezSus 105 hectáreas plantadas se benefician del aire frío del mar que golpea las viñas, y recogen el sabor de varias generaciones de Chardonnay y Sauvignon blanc por un lado, y de Malbec, Shiraz y todos los big reds por otro. El resultante se consume con avidez en todo el país (70%), así como Alemania, China o Singapur.
Luis RamírezEsta pequeña y encantadora bodega boutique, situada a las afueras de Franschhoek –el pueblo culinario del país por antonomasia-, se jacta de producir los vinos de gusto más europeo de la región. Ciertamente, sus caldos se distancian del sabor frutal de la zona con su particular sabor añejo, estructurado y elegante.
Luis RamírezLa entrada en el Valle de Franschhoek, oscurecido por las montañas Dassenberg, avisa de la proximidad del pueblo del mismo nombre, conocido como el french corner de Sudáfrica.
Luis RamírezFieles al principio de poca producción y alta calidad, obtienen 180 toneladas de mosto al año, que se convierten entre 100.000 y 120.000 botellas, de las que el 70% se queda en Sudáfrica, mientras que el resto viaja a Reino Unido, Alemania, Estados Unidos…). Según el enólogo Wyand Grobler, “el vino ideal se cosecha tras un verano largo y fresco –aquí tenemos ocho meses así-, con una temperatura que nunca baja de los 36 grados”.
Luis RamírezParada obligada en la más popular de las rutas que parten de la Ciudad del Cabo, Tokara –productor también de la marca Zodernaam- propone un innovador surtido de vinos, una edición limitada de brandy de cinco años y un cada vez más logrado aceite de oliva.
La cata y la mejor comida –se recomienda no perderse sus muy premiados sauvignon blanc, acompañamiento inmejorable de sus deliciosos pescados y mariscos-son toda una celebración a los sentidos; una fiesta aún mayor si se saborean convenientemente sentados en la terraza del restaurante, que ofrece una relajante panorámica de sus prados y de los montes cercanos tapizados de vides.
Luis RamírezTokara es un espléndido ejemplar de roble –el árbol que plantaron los primeros Boers en la región- es el símbolo de esta bodega. En torno a éste está el muro de seis metros de hormigón que encierra el alambique. Calor y lluvia son la clave climática para que los vinos alcancen su excelencia.
Luis RamírezEs una de las bodegas más especiales, que produce (con procesos orgánicos) un extraordinario sauvignon blanc. Fundada y dirigida por la familia Rupert, La Motte también trabaja en floricultura y en la producción de aceites naturales. Ofrece como incentivo al visitante un programa regular de música, arte y eventos.
Luis RamírezSu bodega, magníficamente restaurada, sirve frecuentemente de escenario para conciertos. No es casual, pues una de las hermanas de la familia Rupert es Hanneli Rupert, una de las más celebradas mezzo-sopranos del país.
Luis RamírezDe izquierda a derecha:
Bonne Nouvelle 2002. Remhoogte Estate, Simonsberg Mt. Resultado de la colaboración entre el matrimonio Rolland con el sudafricano Murria Boustres: un tinto poderoso con la presencia marcada de la fruta y una elegancia notable.
Shiraz 2006. Escapade Winery, Stellenbosch. Resultado de la aventura vinícola de dos enólogos y un distribuidor en busca de un vino moderno a la vez que tradicional, este Shiraz es pura expresión de esa tierra.
Shiraz 2006. Julien Schaal, Mt. Vineyards Western Cape. Este Shiraz, elaborado por el enólogo francés Julien Schaal, proviene de un solo pago, de suelo pedregoso y tierras arcillosas, cuyas viñas tienen más de 25 años.
Shiraz 2003. De Trafford, Stellenbosch. Shiraz opulento que invita y cautiva, y cuya mayor virtud es un amplio y complejo recorrido aromático. De Trafford es una bodega que elabora monovarietales que puedan hablar por sí mismos y reflejar los valores de una uva.
Galpin Peak. Tête de Cuvée, 1999. Bouchard Finlayson, Walker Bay, Sudáfrica. El enólogo y el empresario Bouchard planearon crear una gran marca que revelara el potencial de la pinot noir de la comarca. Estructura, cuerpo, complejidad aromática y redondez absoluta es el resultado de este vino soberbio.
Morgenster 2004. Morgenster State, Stellenbosch. La explotación agrícola de Morgenster, surgida en 1992, incluye una casa de 300 años, una bodega, un pequeño viñedo y una explotación de olivos. Hoy, produce unos tintos que tienen lo mejor del Viejo y del Nuevo Mundo.