Según la Legislación nipona que regula el estatuto del emperador, no existen disposiciones legales para la abdicación.
El Gobierno ya elaboró el proyecto de ley el año pasado después de que Akihito, de 83 años, anunciara su intención de abdicar y ceder el trono a su hijo mayor, el príncipe Naruhito, a causa de sus cada vez más constantes problemas de salud, ya que se encuentra demasiado frágil para continuar con sus tareas.
Según ha informado la cadena nipona de televisión NHK, la legislación estipula que el emperador abdica el día que la misma entra en vigor, y que también de forma inmediata, el príncipe heredero asume su cargo. También prevé que tanto Naruhito como el príncipe Akishino, primero en la línea de sucesión, no podrán abandonar la familia imperial.
La norma establece que la abdicación tiene que tener lugar en los tres años siguientes a la promulgación de la misma y la fecha para ello la establecerá el Gobierno.
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