El "agroglamur" gallego del Festival de Cine de Cans

  • Iria Riobó.

Iria Riobó.

Porriño (Pontevedra), 5 may.- La pequeña parroquia de Cans, en Porriño (Pontevedra), se ha engalanado para la presentación este lunes de la undécima cita con un desternillante festival de cine con mucho "agroglamur", que nació en el año 2004 como una broma por el parecido fonético con la refulgente ciudad de Cannes, en Francia.

A diferencia de lo que ocurre en ese paraíso de la Costa Azul, en este pueblo gallego, cuyo nombre traducido al castellano sería "Perros", la alfombra roja se sustituye por dosis de humoradas y salero, las lujosas limusinas por "chimpines" -tractores pequeños-, las proyecciones son en bajos y bodegas, y los conciertos ocupan los hórreos y los gallineros.

La propuesta de Cans es, en su campo, tras Sitges y San Sebastián, la convocatoria con más seguidores en las redes sociales, y la que lleva incluso a la iglesia a adecuar los horarios de misa para que no coincidan con los momentos álgidos del mismo.

Plagada de pedigrí, esta nueva edición, que se celebrará desde el 21 hasta el 24 de este mes, aspira a ser la más "variopinta" de toda la trayectoria de este circuito dedicado al mundo del celuloide y adaptado al rural.

Fue en 2004 cuando el vecino de Cans y director del certamen, el guionista Alfonso Pato, decidió junto con la asociación cultural del lugar, Arela, poner en marcha este proyecto, haciendo un curioso y divertido juego de palabras inspirado en el parecido fonético entre su pueblo y el prestigioso certamen cinematográfico de los vecinos galos.

Ahora, una década y un año después, la presencia de grandes figuras del cine y de la escena cultural española, como Gracia Querejeta, Karra Elejalde y María Bouzas, avalan este festival como uno de los más importantes de la cultura cinematográfica nacional, en buena parte por su ingenio, al que contribuye todo el vecindario.

Durante la presentación, Pato ha anunciado que "la totalidad" de la comunidad de la parroquia, que cada año presta sus casas, fincas o establos para que hagan de infraestructuras en las que mostrar las películas, tendrá un papel "fundamental", al formar parte del jurado que seleccionará a los ganadores de la sección oficial del concurso de cortos.

Así, un representante de cada barrio votará junto con figuras consolidadas como la productora Chelo Loureiro, el actor Karra Elejalde, el locutor y guionista Xurxo Souto o la directora Isabel Ayguavives, para decidir cuál de los 17 cortometrajes presentados a concurso se alza con el preciado Can de Pedra.

Como regalo para estos vecinos entregados cada año al festival, la organización ha decidido crear una iniciativa que, sin duda, no dejará a nadie indiferente y que de nuevo precisa del buen hacer de los habitantes de la parroquia, que serán los protagonistas "de su propio documental".

Esta es la condición, y el nombre de la sorpresa será "Can Casete", un filme de María Yáñez, Roi Guitián y María Lobo que recuperará la memoria musical de la parroquia de Cans a partir de las "cintas" de los vecinos.

Un agradecido trabajo que, según avanza Alfonso Pato, "incluso ha provocado que hayan salido a la luz grabaciones inéditas".

El Festival de Cans emergió como un evento de limitado alcance, con 500 espectadores en su inicio, pero su originalidad, la que aporta el encanto de un entorno incomparable, ha provocado que en la edición de 2013 fueran 12.000 los visitantes que se pasaron por O Porriño para disfrutar no solamente del cine, sino de la gastronomía y la música de la tierra.

La voluntad pasa por repetir o superar este 2014 el número de asistentes, pero sin "ninguna presión", como reconoce Alfonso Pato, porque no hay esa "mentalidad de batir récords" como sea.

Confía en el trabajo hecho y en la creatividad para mantener o incrementar la cifra y espera que los que capten el espíritu de Cans retornen en 2015 con "tres o cuatro acompañantes más", porque "lo que es cierto es que a este can -perro- todavía le queda mucho por ladrar". EFE

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