La autopsia retrasará las exequias de María Asquerino

  • La autopsia a la que por ley tendrá que ser sometido el cuerpo sin vida de María Asquerino, fallecida la pasada noche en el trayecto a un centro hospitalario de Madrid, retrasará las exequias de la actriz, informaron a EFE fuentes de Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión).

Madrid, 27 feb.- La autopsia a la que por ley tendrá que ser sometido el cuerpo sin vida de María Asquerino, fallecida la pasada noche en el trayecto a un centro hospitalario de Madrid, retrasará las exequias de la actriz, informaron a EFE fuentes de Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión).

María Asquerino fallecía esta noche en el vehículo sanitario que la trasladaba desde la residencia de ancianos de El Plantío, en las cercanías de Madrid y en la que vivía desde noviembre pasado, hasta la Fundación Jiménez Díaz, donde ingresó ya sin vida.

Allí, en este centro hospitalario, permanece el cadáver de María Asquerino hasta que "mañana por la mañana", indicaron las fuentes de Aisge, se realice la autopsia obligada, ya que su muerte se produjo en el citado trayecto y no en el hospital.

"La legislación así lo establece, y hay que esperar a mañana", destacaron las citadas fuentes, que indicaron que se desconoce aún si habrá capilla ardiente y de si será enterrada o incinerada.

Según han relatado, María Asquerino había comentado a sus íntimos amigos su deseo de que, si era posible, su capilla ardiente fuera instalada en el madrileño Teatro Español, "ahora bien, con el féretro cerrado y delante de un retrato fotográfico suyo en el que estuviera muy guapa".

María Asquerino ingresó en la residencia de ancianos de El Plantío, de titularidad pública, el pasado mes de noviembre, después de que se agravara su estado de salud en el otoño del año pasado.

Desde allí, y tras sufrir un agravamiento en la dolencia pulmonar que padecía desde hace años, fue trasladada esta noche a la Fundación Jiménez Díaz, donde ingresó ya sin vida.

En la residencia, era visitada periódicamente por los asistentes sociales contratados por Aisge para cuidar de sus asociados de más edad. Ellos fueron los primeros en conocer su muerte.

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