San Basilio de Palenque despide a su cantaora al ritmo de tambores africanos

  • Con bailes y cantos propios del ritual lumbalú la comunidad de San Basilio de Palenque, en el norte de Colombia, despidió hoy a Graciela Salgado, una de las principales representantes de su folclor de origen africano, fallecida el sábado a los 83 años.

Ricardo Maldonado Rozo

San Basilio de Palenque (Colombia), 15 sep.- Con bailes y cantos propios del ritual lumbalú la comunidad de San Basilio de Palenque, en el norte de Colombia, despidió hoy a Graciela Salgado, una de las principales representantes de su folclor de origen africano, fallecida el sábado a los 83 años.

Salgado fue la voz líder de la agrupación "Las alegres ambulancias" con la que recorrió el mundo cantando bullerengues, fandangos y chalupas, muchas de ellas composiciones de su autoría que servían también en los rituales fúnebres.

El líder cultural Manuel Pérez, experto conocedor de los saberes palenqueros, dijo a Efe que "en el cielo ahora suenan tambores" porque Salgado llegó para completar el grupo de cantaoras, todas ya fallecidas, que formaron la primera generación de "Las alegres ambulancias".

Desde que se conoció ayer la noticia del fallecimiento de Salgado todo San Basilio de Palenque, una aldea pobre distante una hora de Cartagena y célebre por tener una lengua propia, el palenquero, y por ser el primer pueblo de América que logró liberarse de la esclavitud, está de luto.

Desde la mañana del sábado, cuando los familiares más cercanos informaron del deceso de la cantaora en el Hospital Universitario de Cartagena, los tamborileros de San Basilio, que se cuentan por decenas, sacaron a la puerta de las casas sus instrumentos hechos de madera y piel de toro y no cesaron de tocarlos hasta que el cuerpo sin vida de la artista fue llevado a su pueblo natal.

El cadáver de Salgado, colocado en un humilde féretro, fue llevado anoche hasta la sala de su casa donde el pueblo entero reunido le rindió un homenaje a través del lumbalú, un ancestral rito funeral con el que los palenqueros despiden a sus muertos.

El lumbalú es un ritual en el que familiares y amigos del fallecido van bailando rítmicamente alrededor del cadáver a la vez que interpretan cantos fúnebres, algunos de ellos impregnados de un profundo dolor, que acompañan con llantos desgarradores y gritos de lamento.

Graciela Salgado, hija de Manuel Salgado, el legendario "Batata", principal tamborilero que tuvo San Basilio de Palenque, y de Luz Valdés, se había convertido en la única mujer que tocaba el "pechiche" un tambor muy grande que se utiliza en los funerales de estos descendientes de esclavos africanos.

La artista vivió toda su vida en San Basilio de Palenque, pueblo de unos 2.500 habitantes famoso por preservar su lengua autóctona que tiene origen en el bantú africano con base léxica española.

San Basilio, un baluarte cultural colombiano, fue declarado en 2005 por la Unesco Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad, pese a lo cual sus habitantes siguen sumidos en la pobreza extrema, sin servicios públicos ni de salud adecuados y sin perspectivas de mejora de sus condiciones.

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