Los artículos de Juan Benet siguen vigentes a los 20 años de su muerte

  • Alicia G.Arribas.

Alicia G.Arribas.

Madrid, 4 ene.- Hace veinte años que murió Juan Benet, autor de obras que han pasado a la historia de la Literatura española como "Volverás a Región" o "Herrumbrosas lanzas", y su obra y su pensamiento, que el madrileño no escatimó compartir en sus artículos de prensa, siguen hoy "igual de vigentes" que entonces.

"Siempre dijo que escribía para sí mismo, que no pensaba ni en el lector ni en el editor ni en nada; de hecho, creía que tenía mucha suerte cuando alguien le llamaba para editarle algún libro suyo", recuerda su hija Juana en una entrevista con Efe.

Juan Benet está considerado como uno de los novelistas más originales de la narrativa castellana contemporánea y un gran estilista, aunque para algunos su obra resulta oscura y difícil.

Sobre todo, se le conoce por su escritura, pero también fue Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y su profesión "le encantaba".

Juana cuenta que nunca le gustó el concepto de "intelectual comprometido", pero recuerda que "como individuo español, opinaba mucho: de política, sociedad, de todo lo que pensaba que merecía una opinión". Y sus artículos tienen hoy mucha vigencia.

Recuerda Juana algunos escritos sobre la crisis de 1984, "cuando estaban los socialistas en el poder, que te valen para hoy", u otro sobre una presunta prohibición de fumar en sitios públicos, que se hubiera podido "publicar hoy mismo".

Con esa mente visionaria de la que habla su hija, Benet ya apostó en la conferencia inaugural de la XVIII Semana de la Carretera, en la Sevilla de la Expo 1992, por un concepto de la gran metrópoli del siglo XXI como una "necesidad indeseada y creada por una voluntad superior a la del individuo".

El escritor se mostraba convencido de que los ciudadanos del siglo XXI (a los que no llegaría a conocer) "serán capaces de hacer todo lo que esté en su mano para no habitar en la metrópoli o para huir de ella en cuanto hayan cumplido con las necesidades que le retienen allí".

Nada de visionario tuvo el título de su primer libro que vio la luz, una colección de relatos titulada "Nunca llegarás a nada", en 1961.

Porque Benet se reveló como un gran narrador con su primera novela, "Volverás a Región", publicada en diciembre de 1967 tras años de elaboración, muchos rechazos y varias reescrituras, hoy de obligada lectura en el bachillerato.

Su producción abarcó novelas, ensayos, colecciones de artículos, obras de teatro y relatos por los que recibió varios premios.

Fue propuesto varias veces como candidato a la Real Academia Española de la Lengua, pero en ninguna ocasión obtuvo suficientes votos.

Javier Marías, un escritor que se reconoce discípulo de Benet, afirma en una entrevista publicada en la prestigiosa revista de cultura Jot Down que Benet fue para él "un maestro vital: alguien que me enseñó a mirar, a razonar, que tenía un oído finísimo para la música y un ojo extraordinario para la pintura. Sabía enseñarte a ver y oír".

Y refuerza el dato que comparte Juana de que era "muy divertido", a pesar de la fama de huraño que le ha quedado.

"Era muy teatrero, con un humor muy especial: en casa -recuerda su hija-, nos teníamos que vestir casi de etiqueta para hacerle de público y escuchar las cosas que iba escribiendo, porque él compartía sus cosas con nosotros, nos pedía opinión y nos hacía leer, aunque a veces no entendíamos nada".

En ese sentido, Juana advierte que "no es un escritor fácil".

"Soy su hija y tengo que reconocer que tengo pendientes un par de cosas porque desde el vocabulario al estilo, todo es difícil, lo complica todo mucho y hay que dedicarle mucha atención. No son libros para leer en el metro, para nada", resume.

Su literatura se quedó para una elite, explica, "por su complejidad, no de los argumentos, sino del estilo, de su forma de escribir".

Han pasado veinte años desde que un fulminante tumor cerebral detectado tres meses antes de su fallecimiento acabase con su vida un cinco de enero.

En su casa, dice su hija, "aún todo recuerda a él". En los hogares donde se aprecia la buena literatura, también.

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