Enfrentada a la Generalitat

Irene Lozano cambia el 'procés' por el deporte y da un respiro al separatismo

  • No entra en los planes para la diplomacia económica de Exteriores y afronta un área desconocida para dar un giro feminista a la Ley del Deporte.
Irene Lozano
Irene Lozano
EFE

Pedro Sánchez ha dado un nuevo respiro a los partidos independentistas catalanes tras 'sacar' a Irene Lozano de su cargo al frente de España Global, un organismo desde el que lleva quince meses siendo el azote de la propaganda internacional del soberanismo de ERC y JxCat, para que se encargue a partir de ahora de poner paz en el mundo del deporte desde la secretaría de Estado de Deportes y, por ende, la presidencia del Consejo Superior de Deportes. Fuentes cercanas al Ejecutivo aseguran que se trata de poner un perfil más acorde con la diplomacia económica en Exteriores, pero desde el propio Gobierno se reconoce su duro enfrentamiento con la Generalitat catalana, hasta el punto de que Torra llegó a acusarle de prevaricación, calumnias y obstrucción a la justicia a finales del año pasado, por publicar y difundir el informe ‘La realidad del proceso independentista’, donde, a su entender, se tergiversaba el 1-O.

El nombramiento, que ha dejado “estupefactos” a muchos dirigentes deportivos por la escasa relación de Lozano con ese mundo, y la opción de poner en su lugar al académico experto en transformación digital Miguel Muñiz, se consideraba este martes entre los analistas políticos como un mensaje claro de que la beligerancia que se ha tenido hasta ahora contra la propaganda internacional del separatismo no va a ser la misma. De hecho, a la Generalitat ya se le permitió la semana pasada abrir tres nuevas embajadas con un nuevo planteamiento, en prueba de la nueva etapa de entendimiento y desjudicialización que Sánchez quiere tener con el soberanismo catalán.

Pero antes de este nueva situación, fuentes cercanas a España Global aseguran que los dos grandes picos de trabajo del último año se produjeron en febrero, cuando se inició el juicio del 'procés', ante la necesidad de explicar al mundo que no se trataba de una vulneración de derechos para Cataluña; y en el mes de octubre, cuando salió la sentencia del Supremo sobre ese mismo proceso y hubo que explicar al mundo que no se trataba de presos políticos, sino de unos políticos catalanes que habían cometido sedición (no rebelión) y debían ir a la cárcel. Apenas tres meses después y tras las negociaciones con ERC para poder sacar adelante la investidura de Sánchez, la orientación del organismo que sirvió para frenar la propaganda separatista se ha cambiado de forma radical y su impulsora ha caído en el área política que nunca imaginó que podía llevar, los deportes.

Poner paz en el deporte

No hay nada en la trayectoria profesional de Irene Lozano que le relacione con el deporte, ni siquiera con la problemática legal que se puede suscitar en torno a su organización o su ejercicio. Pero eso no obsta para que Pedro Sánchez considere que puede ser secretaria de Estado y presidenta del Consejo Superior de Deportes, un organismo encargado de coordinar la actividad de las distintas federaciones que hay en España y que, en muchas ocasiones, se ha encontrado entre el fuego cruzado de algunas de las más importantes, como la guerra que libran la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la parte privada de ese deporte, la Liga de Fútbol Profesional (LFP).

Irene Lozano llegó al PSOE procedente de UPyD como independiente en las elecciones de diciembre de 2015. Iba cuarta en la lista por Madrid ante la sorpresa de muchos otros afiliados con notoriedad que siempre vieron un trato de favor del líder socialista hacia la periodista y escritora, que además se incorporó al comité de expertos del partido para la elaboración del programa electoral, como experta en regeneración democrática.

Tanto en el seno de algunas de las principales federaciones deportivas como entre los expertos en derecho deportivo se admite la capacidad y preparación de Irene Lozano como gestora y responsables de toda la parte administrativa del deporte español, sin que ello oculte la complicada tarea que tiene por delante. Desde el entorno del Ministerio de Cultura y Deportes, del que ahora depende, aseguran que una de las claves de su gestión estará en sacar adelante la nueva Ley del Deporte, cuyos aspectos técnicos están prácticamente cerrados, y “solo debe ser negociada con las fuerzas políticas para su aprobación definitiva”.

Su capacidad de actuación en el ámbito internacional será muy útil a la hora de hacer valer el deporte de élite español en todo el mundo y mejorar con ello la imagen del país, cosa que ya venia haciendo antes. Pero los expertos consultados advierten que, tras esa parte positiva de su tarea, le quedaría por definir en esa ley un modelo sostenible para el resto del deporte profesional español, donde lo más difícil será establecer cómo debe ser su financiación (vía Presupuestos, subvenciones, privatizaciones, etc.).

Además de ese aspecto económico, las mismas fuentes señalan que la nueva norma supone un giro feminista sobre la actividad deportiva en general, que puede ser muy complicado de aplicar a nivel práctico en cuestiones como la composición paritaria de todos los órganos federativos o la brecha de género en los salarios. El conflicto laboral del fútbol femenino, aún sin resolver, es una pequeña muestra de ello.

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