La batalla jurídica contra los sesgos laborales

La UE se planta contra la dictadura de datos y la opacidad de los algoritmos

Amazon, Glovo o WorkToday dejan en manos de la Inteligencia Artificial las condiciones del trabajador, una puerta abierta a la discriminación. Europa prevé una directiva que de uniformidad a las leyes nacionales. 

Reparto de Glovo
GLOVO
  (Foto de ARCHIVO)
1/2/2018
Las plataformas de reparto deberán enfrentarse a la transparencia de sus algoritmos.
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El pasado 16 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobaba una resolución, para muchos histórica, pero sobre todo de un extraordinario interés jurídico y laboral, sobre los derechos de los trabajadores de las plataformas digitales y en la que se instaba a garantizar para estos las mismas condiciones laborales de las que disfrutan el resto de los asalariados. La decisión de Estrasburgo suponía además un espaldarazo para Bruselas, que de forma inminente pondrá en marcha una Directiva sobre Inteligencia Artificial, que tendrá como objetivo poner orden a la disparidad normativa sobre esta cuestión de los diferentes países.

La Unión Europea ha puesto bajo lupa sobre la precariedad y la utilización de los trabajadores de las plataformas digitales, muchos falsos autónomos, y es ahora es una de sus prioridades, la primera parte de una ambiciosa legislación a desarrollar para una adaptación no traumática ni discriminatoria a la Inteligencia Artificial, ya presente en muchas empresas. No solo el sector de reparto de comida Deliveroo o Glovo, Uber o plataformas de transporte como Amazon están en el punto de mira, ya que son muchas las compañías, de todos los tamaños y en todos los sectores y subsectores, desde la selección de personal a las industrias, las que utilizan algoritmos para contratar, regular horarios o despedir. El gran problema está en el desconocimiento de los ciudadanos de cómo funcionan .

Casi la mitad de los españoles recurrió, al menos una vez en 2020, a las apps de comida a domicilio, según el informe Digital 2021 Global Overview Report, un indicio de la importancia que toma un sector en el que las condiciones de sus trabajadores son injustas y carecen de buena parte de los derechos del resto de los empleados, incluso el de negociación de un convenio. Un asunto clave de la reciente resolución del Parlamento, que deberá contemplarse en una normativa, es dar luz a los algoritmos que utilizan las empresas para regular las condiciones de los trabajadores, una caja negra que oculta los secretos mejor guardados de estos emprendedores tecnológicos. El tira y afloja entre trabajadores y empresarios, una vez que se regule la transparencia, será que es lo que se puede, se tiene o se debe saber.

Trabajadores y empresarios entrarán en conflicto cuando los primeros quieran saber las formulas para contratar, gestionar o despedir a su personal

José Miguel Mestre, abogado en el bufete Sagardoy y autor de numerosas publicaciones de carácter divulgativo en materia laboral y de Seguridad Social, admite en conversación con La Información que las empresas se van a mostrar recelosas al dar ciertos datos, trascendentales para su negocios, un asunto en el que entrarán en disputa con los trabajadores, que tendrán la intención de conocer las fórmulas que determinan el despido o las faltas, en muchas ocasiones sin tener en cuenta asuntos personales, de conciliación o incidentes puntuales que pueden hacer caer su productividad. Mestre apunta que uno de los principales problemas son los sesgos que generan los algoritmos, que deben "revisarse habitualmente", para evitar la discriminación. 

"La discriminación algorítmica o la dictadura de lo datos impide que el ser humano tenga el control de la mayoría de las situaciones laborales, que queda en mano de las máquinas, que recogen millones de parámetros para tomar decisiones". Mestre señala algunas prácticas sorprendentes de empresas, como la de la WorkToday, una firma de reclutamiento laboral que dejaba fuera de su selección a los trabajadores que no habían acudido a una prueba de selección o una entrevista, una circunstancia que en muchas ocasiones podría estar generada por asuntos graves, como una enfermedad. 

También Glovo ha entrado en esa dinámica, condicionando los salarios a los rendimientos de los empleados, una situación que pone al límite y en riesgo a la plantilla. Menciona también a Puertos del Estado y su algoritmo de distancia para la selección de empleados, que tendrán más posibilidades de entrar cuanto más cerca se encuentren del "perfil necesario" que previamente ha desarrollado una máquina. Mientras, el Convenio de Grandes Almacenes de 2021 prevé un Observatorio desde el que se prestará especial atención a la utilización de algoritmos que incidan en las condiciones de trabajo.

Tal vez el gigante Amazon, que acumula numerosas críticas por el trato laboral a sus trabajadores, sea ejemplo de las prácticas basadas en la Inteligencia Artificial que no gustan a la UE. Las distracciones y pérdidas de tiempo durante la jornada, son motivo de aviso y en muchas ocasiones de despido. La baja productividad, medida por algoritmos, ha sido el motivo de hasta uno de cada diez despidos en Estados Unidos. Pero en España también hay casos sorprendentes en convenios de la industria en la que los trabajadores están supeditados al control constante, incluso en el tiempo de descanso, de las fundamentales máquinas. 

Mestre apunta los grandes problemas éticos y la discriminación que pueden surgir dando todo el poder a los algoritmos y a las máquinas y el impacto serio que tienen en las relaciones laborales a la espera de que ponga en marcha la nueva legislación, que todavía es incompleta en los estados miembros de la UE. El Parlamento Europeo, destaca, ha advertido que las empresas deben ofrecer información sobre la distribución y asignación de tareas, fijación de precios, publicidad y todas las interacciones que se produzcan. "No podemos pasar de actores a meros espectadores", señala, al tiempo que destaca que no toda la Inteligencia Artificial es dañina, como se ha demostrado con el uso eficiente durante la pandemia en hospitales, empresas e instituciones.

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