Aclaratorio o interpretativo

El caso en el que dos testamentos son válidos para poder repartir la herencia

La validación de dos documentos entra dentro del derecho de los testadores de modificar las disposiciones del primero para aproximarse más a sus últimas voluntades sin redactar uno nuevo.

Momento en el que se otorga una herencia.
Momento en el que se otorga una herencia.
Foto de EKATERINA BOLOVTSOVA en Pexels.

La gran mayoría de personas sabe que un testamento es un documento que no admite más de una única versión que puede tomarse como válida en el momento en que se interpretan sus contenidos para llevar a cabo la repartición del caudal hereditario. Por eso, es importante destacar que todas las versiones desactualizadas respecto a la última serán invalidadas ante los ojos de la ley.

También existen casos en los que un testamento pierde su validez por no ajustarse a la normativa legal. Puede declararse que el documento se anula si no cumple los requisitos formales, cuando intenta entregarlo una tercera persona o varias a la vez, si existen indicios de manipulación que pudieran atentar en contra de la voluntad libre del causante (como engaños e intimidaciones) o si este no cumple con las condiciones mínimas para entregar un testamento, como lo sería cumplir con la edad mínima de 14 años, encontrarse en plenas facultades mentales y no tener ninguna discapacidad que le impidiera declarar su voluntad de manera clara.

Requisito clave

Sin embargo, las disposiciones legales prevén que podría darse el caso en el que las autoridades permitirían la existencia de dos testamentos que no se contradijeran entre sí. Esto entra dentro del derecho de los testadores de modificar el documento para aproximarse más a sus últimas voluntades sin tener que redactar uno nuevo. De esta manera, el segundo testamento podría considerarse como un documento de aclaración o interpretación del primero, siempre y cuando contenga disposiciones que no se entiendan como estrictamente testamentarias.

Otro detalle de suma importancia para que no se anule la validez del segundo testamento es la voluntad del testador respecto al mismo. En este sentido, el causante debe aclarar explícitamente que su intención es que se utilicen los dos documentos para llevar a cabo la repartición de la herencia. 

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