Las dos partes del inventario de una herencia: así sabrás si heredas deudas

Los trámites después del fallecimiento de un familiar pueden resultar complicados y generar muchas dudas entre los herederos. La existencia del parentesco en línea recta (padres, hijos, abuelos, nietos) nos atribuye por ley la condición de herederos forzosos, pero saber en qué cuantía nos corresponde la herencia solo podemos conocerla mediante el testamento.

Pero este no es el único punto a tener en cuenta, también existen toda clase de trámites, plazos e impuestos que abordar. Por ejemplo, para disponer de los bienes heredados es imprescindible aceptar la herencia y liquidar el Impuesto de Sucesiones. Si bien, antes de obtener estas propiedades es necesario conocer las posibles deudas asociadas, ya que el heredero tendrán que pagarlas. Renunciar a la misma por estas causas puede realizar en cualquier momento, ya que no existen plazos, pero es conveniente tener en cuenta los costes asociados.

Antes de tomar esta decisión, es posible conocer con antelación esas deudas a través del inventario, un registro documentado donde se indican todos los bienes y propiedades del fallecido así como las condiciones de los mismos. Desde las cuentas corrientes, depósitos o dinero en metálico hasta los bienes inmuebles, los seguros de vida, planes de pensiones, inversiones o vehículos a su nombre. Este documento se divide en dos partes, las cuales es conveniente conocer. Veamos cómo funciona.

Inventario activo

Tal y como indican en el despacho de genealogía sucesoria, Grupo Hereda, el inventario activo recoge todos los bienes y derechos de los que el causante fue titular durante su vida. La única excepción son los bienes de carácter personalísimo. Este incluye:

"Cuando la sociedad ganancial se liquide en el propio cuaderno particional, habrá que separar los bienes propios del causante y los que pertenecen a una sociedad", señala el despacho. Con esto es posible diferenciarlos para su posterior liquidación.

Inventario pasivo

Este informe incluye dos aspectos de gran interés para el heredero. Por un lado, las deudas y cargas hereditarias que el fallecido tuviese en vida y que tendrán que asumir los sucesores, y por otro, las obligaciones hereditarias, como pueden ser los gastos de última enfermedad, el entierro y el funeral.