Hace unos días, comentábamos el caso de Steve Thomson, el británico que se llevó el bote de 123 millones de euros del Euromillones que estaban en juego el pasado 19 de noviembre. Para celebrarlo, hizo una fiesta con sus amigos a los que le tenía reservada una grata sorpresa: parte del dinero iría para ellos.
Pero todavía hay más. Cualquiera que gane de un día para otro, esa ingente cantidad de dinero, puede llegar a pensar que no volverá a sentarse en la silla de su trabajo nunca más. Bien, pues ese no es el caso de Thomson.
El hombre, de 42 años, y residente en la ciudad se Slsey, confesó al diario Mirror que su idea es seguir en su empleo, para "no decepcionar a sus clientes" justo antes de Navidad.
"Todavía tengo trabajos que hacer antes de Navidad. Cumpliré mi palabra de acabarlos. No estoy colgando el cinturón de herramientas", confesó Thomson quien trabaja en la construcción.
Además del dinero que repartió a sus amigos y familiares durante aquella fiesta, las ganancias del bote de Euromillones también llenarán otros bolsillos. Así lo ha confirmado la mujer del británico Lenka. "No solo familiares y amigos, mucha gente se beneficiará de esto. Todos van a tener una buena Navidad", prometió.
Eso sí, también la propia familia disfrutará obviamente del dinero. Según han confesado a Mirror, la primera idea que tienen en mente es mudarse a una casa más grande.
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