10 opiniones negativas que la gente se forma a los pocos segundos de conocerte

En todo 'thriller' que se precie siempre hay un sospechoso, a veces secundario, que tiene que toda la pinta de ser el asesino, pero que luego no lo es: una pareja celosa, un exconvicto, alguien con trastornos psicológicos... El cine policíaco bebe de la parte más oscura de la naturaleza humana, plagada de prejuicios y falsas primeras impresiones, algo que los guionistas suelen agradecer.

Esos prejuicios están más instalados en nuestra sociedad de lo que pensamos: por ejemplo, un tercio de los trabajadores -tanto ellas como ellos- piensa que las mujeres son peores jefas que los hombres, algo que no se corresponde con ningún dato empírico. De igual modo, tendemos a pensar que una persona vestida con traje, zapatos y un maletín de cuero en la mano es una triunfadora. Pero, si lo piensas bien, también podría ser la descripción de un vendedor de aspiradoras.

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Lo que hasta ahora se desconocía era el proceso mediante el cual nos formamos opiniones negativas de los demás. Sin embargo, la ciencia nos ofrece la respuesta: los prejuicios aparecen a los pocos segundos de conocer a otra persona y tendemos a presuponer rasgos de conducta o personalidad en los demás simplemente con una breve interacción, tal y como resume este artículo de 'Business Insider', que aglutina las 10 opiniones negativas que la gente se forma a los pocos segundos de conocerte:

Solo se tarda en decidir si confías en alguien o no una décima de segundo, según un estudio de la Universidad de Princeton. Los investigadores descubrieron que tu cerebro solo emplea 100 milisegundos para procesar el atractivo, la competencia, la simpatía, la agresividad y la confianza que transmite otra persona. Para hacerlo, utilizaron rostros de actores con distintas expresiones faciales.

No, no solo le ocurría a Chandler Bing con sus compañeros de oficina en 'Friends': a un nivel cognitivo subconsciente, la mayoría de nosotros le otorgamos una orientación sexual determinada a otra persona a los 0,05 segundos de conocerle.

En un estudio llevado a cabo en 2007, una investigadora de la Universidad Loyola Marymount descubrió que la gente inteligente suele mirar directamente a los ojos mientras habla, mientras que un CI no tan alto está relacionado con la desviación de la mirada.

Otro estudio llevado a cabo en Reino Unido revelaba que las mujeres con  tatuajes visibles son percibidas como menos atractivas, más bebedoras y más promiscuas que otras mujeres sin tatuajes. Sin embargo, esto tiene más que ver con los prejuicios instaurados a nivel social en el país británico.

La Universidad de Pennsylvania elaboró un estudio en el que se asegura que "los hombres con la cabeza rasurada al cero son percibidos como más dominantes que los que tienen pelo". Los sujetos afirmaron lo mismo incluso cuando se les enseñó imágenes de hombres con pelo que se les había quitado digitalmente.

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En otra investigación, se les pedía a los participantes que mirasen a hombres con trajes de ejecutivo y otros con traje menos formal. A quienes no parecía que trabajasen en Wall Street se les calificaba de inmediato como personas con menos éxito que los demás.

En otro estudio canadiense, similar al anterior, se preguntaba a los sujetos quién ganaba más: hombres con traje o con ropa informal. El resultado no solo situaba a los trajeados por encima en ingresos; la mayoría consideró que estaban a punto de lograr un ascenso.

Para determinar si somos aburridos o aventureros, un estudio de la Universidad de Durham se basó la forma de andar: los participantes determinaron que quienes andaban más rectos eran percibidos como neuróticos y aburridos, mientras que a quienes exhibían andares más desgarbados se les asociaba con un espíritu más aventurero.

Otra investigación, basada en las fotos de las aplicaciones de citas, determinaba que la mayoría de las mujeres prefieren a aquellos hombres que aparecen en actitudes desenfadadas o en situaciones no corrientes, que a aquellos que parecen formales o, incluso, ambiciosos: las fotos sin camiseta en la playa, descartadas por topicazo.

La psicóloga italiana Mariella Pazzaglia argumenta que no solo el físico determina si percibimos a alguien como un potencial aliado o enemigo. Según su estudio, el olor también juega un papel importante: aquellos cuya fragancia nos resulta familiar tienden a parecernos más amigables que aquellas con esencias que nos resultan extrañas.