15 síntomas de que odias tu trabajo (y de que serás infeliz si no cambias a tiempo)

  • Aunque pueda parecer que has tenido un mal día, en realidad hay evidencias de que puedes tener un serio problema si continúas en tu empresa actual.
El estrés es muy común en estas fechas. / Pexels
El estrés es muy común en estas fechas. / Pexels

A menudo, tendemos a ignorar las señales más evidentes, incluso cuando las tenemos delante de las narices. Si todos los días te cuesta levantarte de la cama e ir a trabajar, te pasas el día malhumorado y criticando todo y a todos, y vuelves a casa pensando que has tenido un mal día, no lo dudes: odias tu trabajo. Aunque cada noche antes de irte a la cama trates de buscarle un sentido a lo que haces durante ocho horas al día o te convenzas a ti mismo de que puedes gestionar la situación, lo mejor que puedes hacer es ir pensando en cambiar.

Al menos, eso es lo que propone Anna Marie Houlis, de Fairy God Boss, en este artículo de 'Business Insider'. En su opinión, la diferencia entre un mal día en el trabajo y un problema crónico radica en el estado de ánimo general: la infelicidad puede ser estacionaria (un proyecto complicado, una mala situación personal que afecta en el trabajo), pero cuando pasas demasiado tiempo sin encontrarte a gusto en una empresa, puede que necesites un cambio. Por eso, reúne estos 15 síntomas de que odias tu trabajo.

1. Ven lo malo en todos los demás

"Una persona feliz puede encontrar algo bueno en todos, incluso en las personas que han mostrado comportamientos objetivamente malos. Sin embargo, el pesimismo cegará a las personas infelices y, como tales, es menos probable que vean lo bueno en los demás", explica Houlis.

2. También ven lo malo en todas las situaciones

"Del mismo modo, las personas crónicamente infelices, cegadas por el pesimismo, tendrán más dificultades para encontrar el lado positivo en circunstancias desafortunadas. Es posible que incluso se enfoquen innecesariamente en los pequeños errores presentes en otras situaciones bastante buenas, en lugar de estar agradecidos por lo que ha salido bien", argumenta.

3. Se despiertan muy tarde

"Las personas crónicamente infelices tienden a dormirese tarde, con poca motivación para levantarse e iniciar su día", señala Houlis, quien apunta que para esas personas el mero hecho de escuchar el despertador por las mañanas supone un suplicio.

4. Comen de forma poco saludable

"Las personas crónicamente infelices pueden, probablemente, tener hábitos poco saludables, como el consumo de comida basura con altos niveles de azúcar para aliviar temporalmente su infelicidad, aunque los hábitos poco saludables, por supuesto, exacerban la infelicidad a largo plazo", comenta.

5. Rara vez hacen ejercicio

"Hacer ejercicio libera endorfinas y 'hormonas de la felicidad' que hacen que las personas se sientan bien. Por lo tanto, es probable que, si hacen ejercicio, no haya personas infelices", sugiere.

6. Pueden echarse a llorar en cualquier momento

"Las personas infelices tienen tendencia a reprimir sus emociones en lugar de confrontarlas y gestionarlas. Es por eso que pueden ser tan frágiles que podrían echarse a llorar en un abrir y cerrar de ojos", argumenta Houlis.

7. Siempre discuten

"Las personas infelices pueden sentir la necesidad de discutir por el simple hecho de discutir. Incluso pueden estar de acuerdo con los demás, pero jugar al 'abogado del diablo' les da una salida para expresar su temperamento", explica.

8. Dejan que sus emociones los consuman

"Las personas felices no se culpan por sentir todo tipo de emociones, incluso tristeza o enfado a veces. Comprenden que sus sentimientos son válidos y necesarios, y pueden sentirlos sin permitir que les consuman. Las personas infelices, por el contrario, permiten que sus emociones guíen sus decisiones y dicten sus acciones. Y, lo que es peor, entonces pueden culparse a sí mismos por permitir que sus emociones los consuman, lo que solo aumenta su infelicidad", comenta Houlis.

9. Sacan las cosas de quicio

"Si bien las personas felices pueden ver una situación por su valor nominal (por supuesto, esto lleva tiempo y práctica), las personas infelices harán que una situación sea desproporcionada y asuman el peor resultado posible. Permitirán que una situación negativa tenga un efecto dominó en el resto de sus vidas", argumenta.

10. Se quejan constantemente

"Las personas felices tienden a centrarse en las cosas, las personas y las experiencias por las que están agradecidos. Mientras tanto, las personas infelices tienden a enfocarse en lo contrario: las cosas que no tienen o que no son lo suficientemente buenas, las personas que les decepcionan o les frustran o les enfadan, y en las experiencias que no son tan agradables", explica Houlis.

11. Siempre están pensando en el futuro, en lugar de vivir en el presente

"En lugar de ver dónde están en el momento, las personas infelices miran constantemente hacia el futuro. Por supuesto, establecer metas y esperar futuros logros es positivo, pero apostar por que el futuro sea mejor en lugar de tratar de trabajar ahora es un problema. Porque la verdad es que el futuro depende de lo que se haga en el ahora. Y, si no se hace nada, la infelicidad crónica seguirá siendo precisamente eso: crónica", sostiene.

12. Tienden a aislarse

"Las personas infelices tienen tendencia a aislarse, evitando dedicar tiempo a conectar con otros. Pueden dejar de preocuparse por mantenerse en contacto con amigos y familiares, y prefieren pasar el tiempo solos en casa", comenta Houlis.

13. Nunca pasan un tiempo solos

"Por el contrario, hay personas infelices que nunca pueden pasar tiempo a solas consigo mismas, quizás porque tienen miedo de enfrentarse a sí mismas y a sus pensamientos. Así, pasan todo el tiempo con otros, tal vez incluso con personas o lugares nuevos, para distraerse de su realidad", asegura.

14. No intentan mejorar su situación

"Las personas crónicamente infelices entienden que son infelices, pero no intentan hacer nada para cambiar su situación. Permanecerán en un trabajo del que se quejan constantemente, en una relación que saben que es tóxica, en una ciudad que no pueden soportar. Y es exactamente por eso que son crónicamente infelices, en lugar de ser infelices actualmente", argumenta.

15. Son diferentes en público y a puerta cerrada

"Es importante recordar que la infelicidad no siempre es una cara triste. La infelicidad puede disimularse en una fiesta, estando rodeado de amigos, gastando dinero en alcohol, con alguien aparentemente maravilloso en su brazo. Pero luego el infeliz puede irse a casa, quitarse la ropa elegante y discutir con esa pareja, abusar de más alcohol o echarse llorar antes de dormir", concluye.

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