Adiós al gratis total: Spotify y el triunfo (al fin) de los modelos de suscripción

  • Si Spotify logra tener éxito estaremos ante la confirmación de que no era tan descabellado lograr que los usuarios pagaran por contenido en internet.
Daniel Ek, CEO de Spotify durante una rueda de prensa / Spotify
Daniel Ek, CEO de Spotify durante una rueda de prensa / Spotify

El estreno de la plataforma de streaming musical Spotify en bolsa ha sido el mayor registrado nunca por una tecnológica tras Alibaba y Facebook. La compañía ha alcanzado un valor un 25% superior al que tenía en el mercado secundario, con una capitalización próxima a los 29.500 millones.

Son cifras que a buen seguro están dando aire al fundador y consejero delegado de la empresa de origen sueco, Daniel Ek, que pese a repetir incesantemente que Spotify sería el salvavidas de la industria musical no ha logrado todavía que su compañía sea rentable.

Si Spotify logra tener éxito en bolsa estaremos ante la confirmación de que el modelo de suscripción, que tantas críticas y fracasos ha cosechado en la historia de internet, puede ser una salida estable y digna para la oferta de contenidos.

En 2011, cuando Spotify lanzó su servicio en EEUU, el futuro de los medios digitales giraba en torno a la publicidad. Todos sabían que este modelo era inestable y tenía muchos inconvenientes, sobre todo para los editores de prensa, pero la mayoría de los servicios de pago chocaron contra un muro: nadie estaba dispuesto a pagar en un entorno en el que todo parecía gratis.

Mientras la prensa y las industrias de la música y el cine buscaban como contrarrestar la debacle de los formatos físicos, empresas como Google, Yahoo y Facebook pudieron crecer muy rápidamente, atrayendo grandes audiencias a sus servicios gratuitos, con contenidos que no fabricaban ellos, gracias a los anuncios.

Como explica Erin Griffith en Wired, Spotify pretendió emular ese éxito, pero con un modelo diferente que también incluía una opción de suscripción, que permitía escuchar la música bajo demanda sin anuncios.

El streaming musical, como el de Spotify, también se podrá disfrutar sin sobrecostes en la UE / EFE
El streaming es el futuro de la industria musical / EFE

Sí, estamos dispuestos a pagar si el servicio es bueno

Al principio numerosos usuarios se acercaron a Spotify, viéndolo como otro servicio gratuito más, pero a medida que la plataforma fue incorporando más y más artistas al catálogo, se convirtió para muchos amantes de la música en la fuente más cómoda para consumir esta. La gente empezó a pagar. De los 157 millones de usuarios de Spotify, 71 millones pagan una tarifa mensual de suscripción. Solo alrededor del 10 por ciento de los ingresos de la compañía proviene de los anuncios.

Hoy estamos acostumbrados a pagar por determinados contenidos en internet, pero hace solo cinco años mucha gente siquiera lo concebía. El éxito de Spotify, pero también plataformas como Netflix o periódicos como The New York Times –que tomó la arriesgada decisión de colocar uno de los primeros “muros de pago”–, han hecho que los consumidores se sientan cada vez más cómodos con la idea de que hay que pagar para acceder a los contenidos.

El gratis total ha dejado de existir y no tanto por un cambio cultural –piratear es algo más difícil, pero todo el mundo puede hacerlo, al menos en España–, sino por pura comodidad. Nadie lo supo ver venir, pero la tolerancia del público hacía los anuncios tenía un límite.

El uso de bloqueadores de anuncios continúa creciendo y hasta Google, que es el mayor anunciante de internet, ha decidido bloquear determinado tipo de banners en su navegador Chrome. No lo hace para ser un buen chico, sino porque librar a la red de anuncios especialmente intrusivos será a la larga positivo para la publicidad en general.

El uso indiscriminado de anuncios adaptados al usuario hace, además, que surjan serias dudas sobre como estas empresas manejan la información privada. El reciente caso de Cambridge Analytica es paradigmático y le va a pasar una factura importante a Facebook.

¿Es Spotify el futuro de la música?

Spotify ha argumentado siempre que su servicio combate el problema de la piratería y se presenta como el salvavidas de la industria. Pero la industria nunca se ha llegado a fiar de ella. Muchos artistas y sellos discográficos de los que depende la compañía continúan criticando su modelo comercial. Spotify depende de acuerdos millonarios con los grandes sellos, que no son sencillos de rentabilizar. Pero ¿llegarán a serlo?

Lo cierto es que la empresa sueca ha convencido a una generación de melómanos acostumbrados a Napster, Kazaa y Soulseek a pagar por primera vez por escuchar música en internet. Los suscriptores de Spotify que pagan 10 dólares al mes, o 120 al año, para acceder al servicio gastan más en música que el consumidor promedio de EEUU en el pico del boom de CD. El año pasado la industria musical en conjunto experimentó su primer crecimiento de ingresos de dos dígitos desde 1998, ¿es gracias a Spotify?

Cierto es que la gente seguirá escuchando música en uno u otro formato, pero si Spotify no existiera alguien tendría que haberlo inventado. Ahora veremos si gracias a su salida a bolsa logra ser por fin una empresa rentable. Competencia no va a faltarle. 

Mostrar comentarios