
El desastre del 98 (de 1898, se entiende), significó el fin de la imperialista para España, incluso a pesar de los intentos de controlar el norte de África durante la primera mitad del siglo XX y parte del franquismo: en la Primera Guerra Mundial, España era un país atrasado económicamente que aún trataba de ubicarse en el mapa tras la pérdida de las colonias; en la Segunda Guerra Mundial, no había músculo ni fuerzas para intervenir tras la sangrienta Guerra Civil que había acabado tres meses antes. Pero España podría volver a ser una superpotencia algún día. O, al menos, eso es lo que pronostica World War Bot, un algoritmo que ha revolucionado Twitter porque España, Zimbabue y Camboya se están disputando el mundo en 2096 en un videojuego.
La partida, en la que no interviene ningún jugador, se basa en la conquista de regiones aledañas, al estilo del mítico juego de mesa que sigue teniendo a su particular legión de adeptos, el Risk. Comienzan 197 naciones, que se van conquistando entre ellas conforme avanza el juego. Esto provoca que, con el paso del tiempo, se tienda a un único país dominante en todo el globo. Y, por fuerzas acumuladas (regiones conquistadas), España tiene todas las de ganar la partida.
El imperio español se ha extendido en 2096 hasta límites insospechados: más del 60% de África baila sevillanas y come paella los domingos, llegando la frontera del sur hasta Zambia y Angola; por el este, acaba de entrar en Oriente Próximo al conquistar Israel, tras Sudán y Egipto; en Europa, suponemos que la UE habrá aceptado el castellano como primer idioma oficial, ya que los territorios controlados por España alcanzan desde Reino Unido y Francia hasta Bulgaria. Los franceses, por cierto, han terminado emigrando al norte y sólo poseen Países Bajos y Suecia. Reino Unido ha llevado a cabo un Brexit sin región: ha sido eliminado en algún punto anterior de la partida.
Solo quedan dos rivales serios: Mozambique controla el resto de África, mientras que Camboya se ha hecho con el control del sudeste asiático y parte de Oriente, desde Australia hasta Afganistán. Pero, aunque ambos tienen posibilidades matemáticas de ganar, España cuenta con una ventaja añadida, ya que tiene más regiones que ningún otro país; aunque en cuestión de territorio esté todo más igualado, el número de regiones es lo que determina las posibilidades de que un país conquiste la siguiente región.
"Este es un bot automático que genera publicaciones al azar, no es un bot interactivo (aún no, al menos), por lo que no puedes enviarle una solicitud para obtener un resultado específico. Comencé desde el mapa vinculado a continuación [...]. Este es un juego y esas áreas probablemente serán conquistadas por otro, así que no te lo tomes a mal", explica el creador del fenómeno del momento.
La mecánica es sencilla: "[el bot] elige un 'territorio' aleatorio, calcula su centroide (posición promedio en una región) y luego busca el centroide más cercano desde territorios no controlados por el mismo país soberano. Esto significa que las posibilidades de que un país sea elegido como atacante son iguales a la cantidad de territorios que controla". O, en castellano: que si la partida fuese de Risk, solo se puede atacar a las regiones más cercanas y, si la moneda virtual que el bot lanza al aire favorece a un país, conquista el aledaño. Y así se forjan los imperios robóticos.
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