Así ha acabado Trump con las tres normas básicas del libre comercio

  • Todo el sistema de libre comercio mundial se base en tres normas básicas, tres normas que Trump se ha saltado desde su llegada a la presidencia 
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, habla con los medios antes de su partida de la cumbre del G7 en Charlevoix, Canadá, el 9 de junio de 2018. EFE / EPA / CLEMENS BILAN
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, habla con los medios antes de su partida de la cumbre del G7 en Charlevoix, Canadá, el 9 de junio de 2018. EFE / EPA / CLEMENS BILAN
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, habla con los medios antes de su partida de la cumbre del G7 en Charlevoix, Canadá, el 9 de junio de 2018. EFE / EPA / CLEMENS BILAN
Trump antes de su partida de la cumbre del G7 EFE / EPA / CLEMENS BILAN

El 23 de junio de 1860, Reino Unido y Francia firmaron el tratado de Cobden-Chevalier, considerado el primer acuerdo de libre comercio de la historia. En él, ambos países acordaron reducir o eliminar las barreras a la importación y otorgar al otro el estatus de “nación más favorecida”, lo que significa que cualquier concesión comercial ofrecida a otra nación se aplicaría también automáticamente a ellos.

En solo 15 años, varios países firmaron otros 56 tratados bilaterales que dieron comienzo a la primera ola de globalización, que duró desde 1870 hasta 1914, cuando la I Guerra Mundial terminó con ella abruptamente. Durante todo este tiempo se fueron conformando las reglas básicas del libre comercio, que se pusieron negro sobre blanco en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, firmado en 1948, un tratado que puso fin al proteccionismo que caracterizó buena parte del periodo de entreguerras.

Tras casi medio siglo de negociaciones para mejorar el acuerdo, en 1995 se creó la Organización Mundial del Comercio. La OMC, que es el eje del moderno sistema de comercio internacional, incluye hoy a 164 países que en conjunto llevan a cabo más del 96 por ciento del comercio mundial. Y, como explica Amitrajeet A. Batabyal, profesor de Economía del Rochester Institute of Technology en The Conversation, todo el sistema se base en tres normas básicas:

1. Reducir la incertidumbre con la creación de políticas comerciales predecibles.

2. Contar con un entorno que facilita la toma de decisiones, especialmente a largo plazo, por parte de los consumidores y productores.

3. Implementar directivas creíbles y legales que son entendidas claramente por todos los países aliados y aquellos que no lo son.

Según Batabyal, el respeto inquebrantable de estas normas ha permitido que el comercio mundial funcione aceptablemente bien durante todos estos años, pero algo está cambiando. Y es que Estados Unidos, que ha sido uno de los mayores promotores del sistema, ha dejado de seguir estas normas.

Trump, rodeado por todo el G7
Trump, rodeado por todo el G7

Trump hace la peineta al libre comercio

La reunión del G7 el pasado sábado ha acabado peor aún de lo que se esperaba. La administración de Donald Trump se opuso incluso a referirse a un “orden internacional basado en reglas” en el comunicado oficial; un comunicado que, finalmente, el presidente se ha negado a firmar. Trump rechazó el acuerdo después de que su homólogo canadiense, Justin Trudeau, anfitrión de la cumbre, asegurara que su país no tendría “ninguna duda” en tomar represalias comerciales contra Estados Unidos por la decisión de Washington de imponer aranceles a las exportaciones canadienses de acero y aluminio.

Es un nuevo desaire de Trump a la comunidad internacional. Pero no es el primero, ni parece que vaya a ser el último. “Trump parece pensar que al implementar amenazas arancelarias, ser impredecible y ver a los países extranjeros, incluso sus aliados, como negocios rivales, puede obtener concesiones de los socios comerciales”, explica el profesor. Una estrategia que, asegura, está siendo del todo contraproducente.

Como apunta Batabyal, el presidente estadounidense lleva erosionado las tres reglas básicas del comercio mundial desde que llegó al cargo:

1. Está creando incertidumbre

Los aranceles sobre el acero y aluminio impuestos por Trump han creado una enorme incertidumbre en el comercio mundial, no solo por la medida en sí, sino también porque esta no ha dejado de cambiar desde su anuncio.

En marzo, EEUU anunció unos nuevos aranceles generales sobre las importaciones de metales de hasta un 25 por ciento para castigar a las naciones -particularmente a China- por subsidiar sus propias industrias y debilitar la producción del país. Después de que se quejaran aliados clave como Canadá, la Unión Europea y México, Trump otorgó a algunos países exenciones temporales a las tarifas. Pero solo unos pocos meses después, el 31 de mayo, revirtió el rumbo y comenzó a imponer los aranceles a esos países también.

Solo ha pasado una semana, y en el G7 Trump ha amenazado a sus colegas de los países más ricos con dejar de comerciar con aquellas naciones que mantengan aranceles a las exportaciones estadounidenses.

Estos repentinos cambios de parecer hacen muy difícil que los socios comerciales de EEUU puedan confiar en el país y generan una enorme incertidumbre. Y es solo un ejemplo de las decisiones de este tipo que Trump ha ido cambiando a golpe de tuit.

Trump y Trudeau reunidos en la Casa Blanca
Trump y Trudeau reunidos en la Casa Blanca / EFE

2. Está dificultando la toma de decisiones

La incertidumbre generada por la administración estadounidense no solo afecta a la política internacional, afecta a sus propias empresas.

Batabyal pone como ejemplo a una hipotética compañía que produce equipos industriales de alto nivel que se exportan a muchos países del mundo (como hay tantas). Los equipos de la empresa están fabricados con aluminio y acero y, como resultado de las nuevas tarifas de Trump, es difícil predecir cuál será el costo de los metales en el futuro. Esto tendrá claras implicaciones para el precio de sus productos. Además, si los EEUU se meten en una guerra comercial, este empresario tampoco sabrá si algunos o todos los compradores extranjeros pueden buscar alternativas similares, pero más baratas, en otra parte.

Algunas empresas ya están advirtiendo sobre esto. Tanto Ford como Toyota se han quejado de los impactos negativos de las tarifas de metales de Trump sobre los costos y la capacidad de tomar decisiones de inversión sólidas.

3. Está actuando de forma ilegal

Tanto la canciller alemana Angela Merkel como el presidente francés Emmanuel Macron –que tan bien parecía llevarse con Trump– han denunciado que los aranceles que pretende imponer Estados Unidos al aluminio y el acero son ilegales y la Unión Europea ha presentado una demanda al respecto en la OMC.

Estados Unidos argumenta que su decisión se basa en criterios de seguridad nacional, pero está por ver que los jueces de la OMC consideren que esto justifica la imposición de unos aranceles que podrían provocar una guerra comercial sin precedentes.

Lo que parece claro, como apunta Batabyal, es que las acciones comerciales de Trump hasta el momento solo han generado caos y no han tenido ningún éxito digno de mención a la hora de extraer concesiones de los socios comerciales. Y es poco probable que su desprecio al sistema de libre comercio acabe aquí.

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