Herencias y fortunas

Así ha asegurado la herencia a todos sus hijos el empresario Bernard Arnault

Bernard Arnault ha empezado a organizar su patrimonio para que no haya problemas con el reparto de su cuantiosa herencia.

Bernard Arnault LVMH
Bernard Arnault LVMH
Wikimedia Commons

Es el hombre más rico del mundo, puesto arriba puesto abajo de las miles de listas que anualmente dan este título a empresarios e inversores. Dueño del conglomerado LVMH, siglas que responden a Louis Vuitton, Moet y Hennessy, tiene 73 años y de momento no piensa jubilarse, aunque ya ha empezado a dejar en manos de sus herederos cargos estratégicos de control de todas estas empresas. Este paso es un escalón más en la reorganización del grupo para asegurarse de que su fortuna quede intacta y en manos de sus hijos, evitando que haya problemas internos y externos que puedan perjudicar su legado. 

Bernard Arnault es el hombre más rico del mundo, por delante de los Bezos, Gates, Musks y demás CEO y emprendedores que han conseguido sus puestos en la lista Forbes a lo largo de los años. No obstante, una gran fortuna conlleva una gran responsabilidad, la de repartir equitativamente una herencia ingente y evitar que haya problemas que acaben destruyendo todo lo construido por el empresario a lo largo de su vida. 

No se llega a ser el hombre más rico del mundo y el más influyente en el mundo de la moda y el lujo sin tener una gran capacidad para desarrollar planes a medio y largo plazo que cumplan con las exigencias propias de repartir y asegurar la fortuna familiar. 

Quiénes son los herederos de Bernard Arnault

Arnault tiene cinco hijos. Su primogénita y única hija, Delphine Arnault, está a la cabeza de Christian Dior Couture. Después, está su hijo Antoine, de 45 años, que ostenta el puesto de director general y vicepresidente del consejo de administración del holding Christian Dior SE, que controla LVMH. Siguiendo en la línea sucesoria está Alexandre, de 30 años y a cargo de Tiffany; Fréderic, de 27 años y al mando de Tag Heuer, y el menor de todos ellos, Jean que con 24 años dirige el departamento de marketing y desarrollo de Louis Vuitton.

Durante los últimos años han sonado muchas campanas de quién sería el heredero definitivo de Arnault, entendiéndose este cargo no como el único que goce de su fortuna sino como quien estaría a la cabeza de la dirección de todo el conglomerado empresarial. Cuando Alexandre consiguió su puesto en Tiffany se rumoreaba que podría ser él el elegido, las miradas siempre han estado puestas en Antoine al ser el primer hijo varón del empresario (sí, todavía existe esta tendencia a pensar que solo los varones cuentan, sobre todo en el mundo empresarial del lujo) y cuando este enero Delphine cogió las riendas de Dior, la atención se redirigió hacia ella.

Al parecer todo esto son nada más que rumores. La idea de Arnault es reorganizar su conglomerado empresarial de manera que quede en manos de sus cinco herederos y, si no hay problemas, todos tengan participación en las decisiones de la empresa por igual.

Cómo va a conseguir Arnault que LVMH quede entre sus hijos

Hay una sociedad detrás de LVMH y Bernard Arnault acaba de darle un gran lavado de cara para que todo el grupo esté manos de la familia, especialmente cuando el falte. En concreto, ha reestructurado Agache, convirtiéndola en Agache Comandite, una sociedad limitada. Esta sociedad controla Christian Dios SE, el holding que agrupa la mayoría de firmas del grupo.

Por el momento, Arnault es el primer y único socio de esta nueva sociedad, pero cuando el fallezca pasará a repartirse en partes exactamente iguales entre sus cinco hijos. Así, se asegura de que el grupo quede en manos de la familia y sin problemas de repartición en la herencia, ya que a los cinco les toca repartir todo de manera equitativa al ser los herederos legítimos y forzosos de su enorme masa patrimonial.

Ahora, la familia controla el 48% de todo el capital del conglomerado y también tiene el 64% de los derechos de voto. De esta manera, el empresario francés blinda el grupo al mismo tiempo que disuade a la competencia y a grupos de inversores para tratar de hacer con el control de LVMH. 

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