De las más valiosas del mundo

La CEO de Canva fue rechazada cientos de veces y ahora su startup es millonaria

La cofundadora de esta aplicación online de diseño, Melanie Perkins, recibió muchas negativas por parte de los inversores pero esto no le hizo fracasar en su negocio, sino que le dio más fuerzas.

Melanie Perkins, directora ejecutiva de Canva.
Melanie Perkins, directora ejecutiva de Canva.
Canva.

Canva es una herramienta esencial para muchos trabajadores, ya que su interfaz sencilla e intuitiva permite crear toda clase de diseños gráficos para el día a día sin necesidad de extensos conocimientos en el sector. Desde presentaciones elegantes hasta curriculum o publicaciones en redes sociales, las opciones son infinitas y muy versátiles gracias a sus plantillas. Hoy en día, la plataforma cuenta con aplicación móvil, por lo que en apenas unos clics, hasta los usuarios menos experimentados pueden conseguir un resultado satisfactorio. Pero su popularidad y utilidad no es la única razón por la que ha llamado a atención del público.

Otra de las cuestiones es su flexibilidad laboral. La startup australiana cuenta con muchas opciones de conciliación y jornada personalizable, de manera que los trabajadores pueden teletrabajar desde el lugar del mundo que prefieran. La única condición es acudir al menos ocho días al año a las oficinas para mantener las relaciones con el equipo. Los cofundadores, Melanie Perkins y Cliff Obrecht, preguntaron mediante encuestas a la plantilla y un 79% afirmaba que se sentía productivo trabajando en remoto. Igualmente, el 81% de los encuestados preferían un modelo híbrido que completamente online.

Más allá de este modelo de trabajo revolucionario, la CEO y cofundadora de la empresa se ha convertido en la segunda mujer más rica de toda Australia, el país de creación de la startup, por otras razones. Su perseverancia y pasión por el proyecto consiguieron que, a pesar de las numerosas negativas iniciales de los inversores, finalmente sea una de las compañías más potentes del mercado.

No fue aceptada en Silicon Valley

Perkins acudió a Silicon Valley para lanzar su proyecto y una vez allí más de un centenar de inversores con los que se reunió rechazaron su propuesta, explican en INC. Pero esto no le hizo bajar la guardia o perder la ilusión, ya que continuó adelante con su objetivo de lanzar una aplicación que permitiera a cualquier usuario crear diseños únicos sin necesidad de experiencia. Hasta el momento, la mayoría de fondos de inversión consideraba la idea arriesgada y poco factible. No fue hasta 2010, tres años después de la creación de su empresa, cuando consiguió la primera ampliación de capital.

Años más tarde, la directora ejecutiva se dio cuenta de que a su discurso de presentación le faltaba la parte humana y emocional. Si hubiese narrado mejor las historias que le llevaron a crear Canva habría conseguido más interesados desde el principio. "Es importante contar la historia, porque si una audiencia no entiende el problema, no comprenderá tampoco la solución que ofreces". A partir de estos consejos, optó por comentar a nuevos inversores su frustración personal al tratar de entender los complicados programas de diseño. Recientemente, ha recibido una ronda de 200 millones de dólares, lo que hace que hoy en día esté valorada en 40.000 millones de euros.

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