El buen millonario de Silicon Valley: "A las 'startup' les falta moral"

  • Chamath Palihapitiya hizo una fortuna en Facebook, donde fue uno de sus primeros directivos. Ahora se arrepiente de lo que hizo
Chamath Palihapitiya, CEO de Social Capital / Christopher Michel
Chamath Palihapitiya, CEO de Social Capital / Christopher Michel
Chamath Palihapitiya, CEO de Social Capital / Christopher Michel
Chamath Palihapitiya, CEO de Social Capital / Christopher Michel

Chamath Palihapitiya fue uno de los primeros ejecutivos senior de Facebook, donde hizo una fortuna que, en 2011, le permitió dejar la compañía para fundar su propio fondo de capital riesgo: Social Capital.

Su infancia no fue sencilla. Su familia emigró de Sri Lanka a Canadá cuando tenía cinco años, su padre estuvo mucho tiempo en paro y, mientras iba al instituto, tuvo que trabajar en un Burguer King para poder pagarse los billetes de autobús. Pero, tras estudiar ingeniería eléctrica en la Universidad de Waterloo, logró un trabajo en la red social de Mark Zuckerberg en 2007, justo cuando estaba arrancando.

En la actualidad, Palihapitiya maneja más de 2.000 millones de dólares en activos y es, incluso, copropietario de los Golden State Warriors, el último equipo ganador de la NBA. Pero, pese a ser un destacado empresario de Silicon Valley, es uno de los pocos que se atreve a criticar la forma en que las empresas tecnológicas están operando en todo el mundo.

En noviembre de 2017, durante una conferencia en Stanford, Palihapitiya aseguró que se lamentaba de haber ayudado a que Facebook se convirtiera en la mayor red social del planeta.

“Los lazos de retroalimentación a corto plazo impulsados por la dopamina que hemos creado están destruyendo la forma en que funciona la sociedad: no hay discurso civil, no hay cooperación, solo desinformación y falsedades, y no es un problema estadounidense”, aseguró el empresario. “Esto no se trata de los anuncios rusos. Este es un problema global. Está erosionando los fundamentos básicos de cómo las personas se comportan p entre sí. No puedo controlarlo. Puedo controlar mi decisión, que es que no uso esa mierda. Puedo controlar las decisiones de mis hijos, que no pueden usar esa mierda”.

Sus palabras, tan contundentes, cayeron como una bomba en el entorno de Silicon Valley, poco dado a las críticas gruesas de sus insiders, pero Palihapitiya no ha variado su discurso una coma.

En una entrevista publicada en el último número de la revista Time, el ejecutivo asegura que, pese a que los tecnólogos de Silicon Valley no dejan de hablar de cómo sus inventos “van a salvar el mundo”, lo único que quieren es “llevarse un trozo del pastel”, y “a las startup les falta moral en sus planteamientos”.

Chamath Palihapitiya en 2013 / Techcrunch
Chamath Palihapitiya en 2013 / Techcrunch

Invertir en empresas sociales

El fondo de Palihapitiya, Social Capital, se centra en invertir en compañías que tendrán un impacto positivo en la sociedad. Su mentalidad es clara: una empresa que logre, por ejemplo, reducir el cambio climático puede ser tan lucrativa como el próximo Instagram.

Ambición no le falta. Su objetivo es crear 10 millones de puestos de trabajo e “impactar” a un cuarto de la población mundial en 2045. Ahí es nada.

En los últimos años, el fondo ha expandido su enfoque. La firma participa en cada etapa del clico de vida de las empresas en las que invierte, pero, además, emplea a ingenieros para escoger sus inversiones en base a criterios estadísticos.

Palihapitiya cree que son los datos, y no la intuición, los que deben guiar las decisiones sobre inversiones. Y cuando se utilizan los datos, el perfil socioeconómico de los emprendedores que reciben financiación varía enormemente.

Social Capital ha desarrollado un software que permite seleccionar las mejores inversiones en base a datos objetivos, sacando de la ecuación los prejuicios que pueden resultar de una selección convencional. De las casi 5.000 compañías que han pedido financiación a través de la plataforma, las 76 escogidas están basadas en 24 países distintos, 80 % de sus fundadores no son blancos y el 30 % son mujeres (frente al 4 % que es habitual en el conjunto de las inversiones en startups).

Una apuesta nada sencilla

El devenir de Social Capital, y su nueva forma de encarar las inversiones de riesgo, no está siendo un camino de rosas.

El pasado año, dos de los cofundadores, Ted Maidenberg y Mamoon Hamid both, dejaron la compañía y este verano lo han dejado otros cuatro perfiles importantes. La estrategia de expansión de Palihapitiya ha fracasado y, según informa Bloomberg, varios inversores han perdido la confianza en lo que queda del equipo directivo y su capacidad para cumplir sus promesas iniciales.

Social Capital ha pospuesto la recaudación de fondos al menos tres veces durante el año pasado, y aproximadamente el 90 por ciento de los 600 millones de dólares de su última recaudación en 2015 ya está comprometido.

Pero Palihapitiya está convencido de que su proyecto saldrá adelante. Como ha explicado a Bloomberg, cinco de los 30 hombres más ricos del mundo –entre ellos Mark Zuckerberg, pese a lo crítico que ha sido con su anterior compañía, y el multimillonario de Hong Kong Li Ka-shing– son sus mentores e inversores “principales” en su empresa. Y, pese a criticar tanto a Silicon Valley, son sus principales figuras las que, asegura, sacarán su idea adelante.

¿No tiene miedo de cabrearles con sus críticas? “Soy demasiado exitoso y rico, así que no pueden hacer nada”, asegura a Time. “Puedo seguir en mis trece, porque hay mucha gente que cree lo que yo creo y no tiene voz ni púlpito”.

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