El “desarrollo de la carrera profesional” es uno de esos conceptos que siempre defienden los responsables de Recursos Humanos, pero pocas compañías aplican de verdad. En los años 90, retener el talento era decisivo, y todas las grandes compañías tenían programas de desarrollo personal. Hoy en día, aunque nadie lo diga en público, la mayoría de las empresas pasan olímpicamente de apostar por el crecimiento de sus empleados.
Ni que decir tiene que hay empresas que siguen apostando por el desarrollo de sus empleados –sobre todo en los sectores más competitivos–, pero con la creciente volatilidad del mercado laboral, la apuesta por la formación interna es cada vez menor: ¿para qué pagar un máster a alguien que puede que abandone la empresa en unos meses?
Como apunta en Harvard Business Review Carter Cast, profesor de innovación y emprendimiento de la Kellogg School of Management, “desafortunadamente, hoy en día las organizaciones están dejando inconscientemente que los empleados tengan brechas de habilidades y puntos ciegos que pueden hacer que descarrilen sus carreras, pero también la efectividad de la organización”.
Y a los jefes les trae al pairo. Según un estudio de la consultora Korn Ferry, entre las 67 habilidades que se presuponen en un directivo “desarrollar la carrera de otros” es escogida como la menos importante de todas.
Nadie regala nada
El panorama es desalentador y funciona como un círculo vicioso en toda regla: las empresas pasan de desarrollar la carrera de sus empleados (con formación y promociones), por lo que los mejores se acaban yendo a otras compañías para ocupar los puestos que habrían ocupado los empleados internos si hubiera habido formación y promociones.
La triste realidad es que si quieres desarrollar tu carrera profesional tendrás que hacerlo por tus propios medios. “Los trabajadores de todos los niveles deben aprender a identificar sus debilidades, descubrir sus puntos ciegos y fortalecer sus habilidades”, asegura Cast.
Estas cinco claves te ayudarán retomar el control de tu carrera profesional, para que no acabes tus días en el mismo puesto (y con el mismo sueldo) o, peor, en el paro.
1. Conoce cómo te están evaluando
En todas las empresas se evalúa a los empleados, pero no siempre se específica qué se espera de la gente y con qué criterios se valora su trabajo. Lo ideal es que tu jefe te dejara claro cómo va a evaluarte, pero esto no siempre ocurre, lo que puede hacer que nos despistemos y, por ejemplo, nos esforcemos por mejorar algo que a nadie le importa. Si tu empresa no cuenta con un programa claro de evaluación, insiste en que te digan qué se espera de ti, solo así podrás poner en valor tu trabajo.
2. Incrementa tu visibilidad
Por desgracia, los directivos no siempre premian a los mejores trabajadores, premian a los mejores trabajadores que conocen. Si te pasas el día en una esquina sin hablar con nadie lo más probable es que solo salgas de ahí si te echan. Dicho esto, se puede ser visible sin ser un trepa, y la mejor forma de ello es tener una actitud amable con tus jefes y compañeros y ayudar a quien puedas.
La visibilidad, claro está, también debe practicarse de puertas afuera. Sé activo en Linkedin, acude a encuentros profesionales y no pierdas el contacto con antiguos colegas.
3. Mantente al día
Como explica Kevin Granville en The New York Times, “las carreras prosperan cuando las personas se mantienen al día con los cambios en sus campos”. Siempre hay nuevas tecnologías, nuevas “mejores prácticas”, regulaciones cambiantes y desafíos previamente imprevistos... Si estás atento a lo que ocurre en tu sector, tu empleabilidad se mantendrá en buen estado: y esto es decisivo para crecer dentro de tu empresa o hacerlo fuera.
4. Especialízate
Si quieres ser más visible en tu empresa, y en el sector, lo mejor es que destaques como experto en algo en concreto, que sea tu especialidad, y que nadie a tu alrededor sepa hacer mejor. Esto te garantizará un mayor poder de negociación a la hora de lograr aumentos, promociones o nuevas ofertas laborales.
5. No vayas demasiado rápido
En honor a la verdad, tal como está el patio, la mejor y (a veces) única forma de desarrollar la carrera profesional es ir saltando de empresa en empresa. Pero, si bien esto es cierto, hacer demasiados cambios en poco tiempo puede jugar en tu contra.
“Saltar de un trabajo a otro demasiado rápido (por ejemplo, en periodos de 18 meses o de dos años) no te permitirá desarrollar la experiencia funcional que necesitas para avanzar en tu carrera”, asegura Cast.
Si crees que en tu empresa no te valoran, lo mejor es buscar una compañía en la que sí te quieran, pero trata de aprender todo lo que puedas en cada trabajo que tengas, solo así podrás demostrar tus habilidades en las oportunidades que están por llegar.
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