Con estos cinco sencillos pasos acabarás con los conflictos entre los empleados

  • Un experto en gestión del talento explica las claves para evitar problemas en la plantilla o, llegado el caso, para que no rompan una buena dinámica.
Jefe tóxico
Jefe tóxico

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta cualquier jefe cuando trabaja con equipos es gestionar las tensiones internas que se producen en él: aunque haya una buena relación entre compañeros, eso no supone que la implicación emocional vaya más allá; pero, al menos, permite que reine un ambiente agradable en la oficina. Sin embargo, ¿qué pasa cuando hay dos compañeros que no se aguantan, que no hablan de absolutamente nada porque siempre acaban discutiendo? Aunque desde la propia plantilla hay fórmulas para evitar los conflictos, lo cierto es que muchas veces la solución debe partir desde el jefe del equipo.

Por eso, Bruce Eckfeldt, emprendedor y experto en gestión de equipos, explica en este artículo publicado en 'Inc' las claves para acabar con estas tensiones internas, empezando por no ignorar el problema: "En un esfuerzo por ser más colaborativos y mejores jugadores de equipo, [los empleados] terminan evitando conflictos, no están dispuestos a entablar un debate constructivo. Como resultado, se evitan o pasan por alto cuestiones importantes". Y, también por eso, ofrece cinco sencillos pasos para acabar con los conflictos entre los empleados.

1. Reafirmar la relación

"Antes de lanzarse a un acalorado debate, es mejor comenzar reafirmando tu relación con la otra persona y tus intenciones. El hecho es que incluso el ego de la persona más segura es frágil. Si de primeras te lanzas al desacuerdo, te arriesgarás a poner a la otra persona a la defensiva", explica Eckfeldt, quien recomienda "iniciar las conversaciones difíciles con algo así como 'Respeto su punto de vista...' o 'Quiero encontrar una solución que funcione para los dos...' o 'Aprecio el trabajo que ha hecho aquí...', en lugar de lanzarse a un ataque directo. Una vez que pones a alguien a la defensiva, la discusión irá rápidamente cuesta abajo".

El dinero es una de las mayores fuentes de discusión de una pareja. / Pexels
No empieces atacando en una conversación. / Pexels

2. No ataques; contribuye a la discusión

"Comienza con 'Ese es un buen punto de vista. Tengo una opinión diferente que me gustaría compartir...' o 'Aprecio esa perspectiva, y me gustaría añadir la mía a la discusión...' y evita usar las palabras 'pero', 'sin embargo', 'no' o 'no estoy de acuerdo', ya que esto creará una pelea", sostiene el experto.

3. Concéntrate en los problemas; no en las personas

"Es importante no convertir las cosas en algo personal. Si comienzas una respuesta con 'No me gusta tu idea', aparece como un ataque personal. Al decir 'tu idea', implica que no solo estás desafiando la idea, sino también desafiando al individuo que la propuso. Esto hará que la otra persona se ponga a la defensiva", comenta el experto, que también aconseja: "En cambio, deberías comenzar con 'Esa idea tiene algunos peros que me gustaría discutir...'; esto os coloca en el mismo lado de la mesa, trabajando juntos en la idea".

Ignorar a ese compañero al que no aguantas no es una solución
Ignorar a ese compañero al que no aguantas no es una solución. / Pixabay

4. Deja claro qué esperas

"Una de las mejores formas de evitar conflictos personales es centrarse en un objetivo común. Esto indica que, si bien puedes tener un desacuerdo sobre un detalle, ambos estáis alineados en un nivel superior, hacia un objetivo compartido deseable. Prueba con una frase como 'Sé que ambos queremos que este proyecto esté terminado para fin de año...' o 'Todos queremos asegurarnos de que trabajamos de manera eficiente como equipo...'", añade Eckfeldt.

5. Haz la primera oferta

"Si ninguna de las partes quiere ceder o comprometerse, el equipo terminará estancado en un punto muerto. La falacia aquí es que la persona que se mueve primero 'pierde' la pelea. No es una competición y, si lo tratas de esa manera, todos perderéis. En cambio, concéntrate en desarrollar y ofrecer opciones y estrategias para satisfacer las necesidades de la otra persona, al tiempo que mantienes tus propias necesidades también. No solo cedas para que funcione, sino que es posible que tengas que ser flexible y creativo. Todos ganan en el equipo cuando trabajas duro para encontrar nuevas soluciones", concluye.

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