Cinco razones por las que sigue siendo conveniente llevar efectivo encima

  • El pago con tarjeta tiene múltiples ventajas, pero sigue acarreando importantes inconvenientes que hacen que siga siendo importante llevar dinero.
Llevar dinero en la cartera sigue siendo muy útil. / Pixabay
Llevar dinero en la cartera sigue siendo muy útil. / Pixabay

En los últimos años hemos hablado mucho del fin del dinero en efectivo, al que algunos países se están acercando de forma vertiginosa. Pero en países como España el fin del efectivo está muy lejos de ser una realidad.

Según datos recientes del Banco Central Europeo, aunque el uso del dinero en efectivo está disminuyendo, el 87 % de los españoles seguimos empleándolo en nuestra vida cotidiana y llevamos de media unos 50 euros en el bolsillo. Pero, ¿lo hacemos por comodidad o simple inmovilismo?

Sin duda, pagar todo con tarjeta tiene importantes ventajas: no hay que preocuparse por llevar dinero encima, es más cómodo y rápido para compradores y vendedores y ayuda a combatir los robos y la corrupción. Pero pagar con efectivo no solo acarrea inconvenientes, también tiene importantes ventajas, muchas de las cuales es necesario solucionar si realmente queremos dejar de imprimir billetes.

1. Sirve en todas partes

La primera y principal razón por la que mucha gente usa el efectivo es porque sigue siendo necesario para realizar determinadas compras. Por mucho que se haya extendido el pago con tarjeta, hay muchos comercios que siguen exigiendo una determinada cantidad de gasto para usarla, y quedan muchos establecimientos que ni siquiera tienen TPV.

Tener un establecimiento en el que no se puede pagar por tarjeta puede ser un ejercicio de alto riesgo para el empresario, pero lo cierto es que en determinados sectores es más la norma que la excepción.

Cada vez más bares tienen TPV, pero este sigue siendo desconocido en muchas panaderías, fruterías o quioscos. Todavía se necesitaba efectivo (con cambio menor a cinco euros) para montar en numerosas líneas de autobús de Madrid y sigue siendo necesario para el transporte público en la mayoría de las ciudades de España. Curiosamente, también se necesita efectivo para pagar impuestos en las entidades bancarias si no quieres que te cobren por una estúpida transferencia.

2. Es necesario en caso de emergencia

Llevar dinero en efectivo encima sigue siendo muy útil en caso de emergencia, pues existen numerosas eventualidades por las que pueden fallar el resto de los métodos de pago, desde un apagón, a una caída de la red de móvil por la que funcionan los TPV, pasando porque olvides el código de tu teléfono o tarjeta. El dinero contante y sonante nunca te va a fallar.

Sacar dinero en cajero también lleva tiempo, pero a veces compensa. / Pixabay
Sacar dinero en cajero también lleva tiempo, pero a veces compensa. / Pixabay

3. Es más cómodo para dejar propina

Aunque se podría dejar propina en un pago con tarjeta (algo muy habitual en EEUU), en España el sistema de propinas de bares y restaurantes solo funciona en efectivo. Y si no llevas suelto encima, sencillamente, no vas a dejar propina.

La hostelería se ha ido adaptando a la ausencia cada vez mayor de propinas, pero en los restaurantes sigue siendo una parte importante del salario de los trabajadores que peligra por la ausencia de efectivo.

4. Nos permite controlar mejor nuestro gasto

De cara al consumidor, esta es quizás la razón más importante para continuar llevando efectivo, y es que está comprobado que permite controlar de forma mucho eficaz nuestro gasto.

Un estudio muy citado de Dilip Soman, investigador de la Universidad de Toronto, llegaba a la conclusión de que se reduce fuertemente la intención de compra cuando el mecanismo de pago requiere que el consumidor anote la cantidad pagada y cuando la riqueza del consumidor se agota de inmediato y no existe una demora. Llevando efectivo se evitan ambos efectos, por lo que la conciencia sobre lo que estamos gastando es mucho mayor.

5. Suele ser más rápido

Esta es la ventaja del efectivo que, quizás, desaparezca antes –a medida que se generalicen los pagos sin contacto–, pero a día de hoy sigue siendo una realidad indiscutible: en la mayoría de los comercios es mucho más rápido pagar con efectivo que con tarjeta.

Hay múltiples ejemplos, desde el tiempo que hay que esperar en un taxi a que se encienda el TPV, al tedio que supone esperar en un restaurante repleto a que te cobren, cuando podrías pagar la cuenta en efectivo, levantarte y marcharte.

En honor a la verdad, a este tiempo que perdemos habría que restar lo que tardamos también en sacar dinero con frecuencia, pero esto podemos controlarlo mejor. Nunca sabes cuándo se va a atascar un TPV, algo que ocurre más a menudo de lo que sería deseable.

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