Citas financieras: la mejor forma de mejorar tu economía (y tu relación)

  • Discutir sobre dinero en frío es beneficioso para el bienestar de una pareja, pero también de sus finanzas, pues permite tomar mejores decisiones.
"Tenemos que hablar" / Pixabay
"Tenemos que hablar" / Pixabay

Quizás no es el plan más romántico para celebrar San Valentín pero ¿cuándo fue la última vez que hablaste con tu pareja sobre las finanzas del hogar?

El dinero es, en muchas parejas, un tema tabú: se aceptan ciertas dinámicas que se dan por sentadas, y no se suele abordar el asunto por miedo a generar hostilidades. De hecho, siempre que se habla de este asunto suele ser en forma de bronca.

En España no hay datos, pero una encuesta sobre el estrés realizada en 2014 por la Asociación Americana de Psicología reveló que un 31 % de los adultos estadounidenses con pareja consideran que el dinero era una fuente importante de conflicto en su relación. También un estudio de las profesoras de finanzas Sonya L. Britt y Sandra J. Huston, publicado en la revista Journal of Family and Economic Issues, apunta que las discusiones financieras causan más conflictos matrimoniales que la infidelidad, los niños, las tareas del hogar o los problemas sexuales.

Designar un tiempo concreto para discutir sobre finanzas puede evitarnos que el asunto se trate justo en el peor momento: cuando una de las partes de la pareja considera que la otra ha cometido un error.

Discutir sobre dinero en frío es beneficioso para el bienestar de la relación, pero también de sus finanzas, pues permite tomar mejores decisiones y evitar disgustos.

"¿Un barco? Estás flipando" / Pixabay
"¿Un barco? Estás flipando" / Pixabay

Ahora bien, las citas financieras no pueden abordarse a lo loco. Como explica Jean Chatzky en Better, antes de entablar la conversación es importante tener claro cómo vais a abordar la cuestión y con qué información. Por ello recomienda seguir estos tres pasos:

1. Compartid vuestras emociones

La forma en que gestionamos y percibimos la economía tiene un importante componente emocional, que suele dominar las conversaciones al respecto. Es importante no ignorar las emociones, pero tampoco dejarse llevar solo por estas. Y para poner los puntos sobre las íes, lo ideal es que abordemos con nuestra pareja como nos sentimos respecto a las finanzas del hogar.

Como explica Bari Tessler, terapeuta financiera y autora del libro The Art of Money, es conveniente pensar en qué situaciones nos enfadamos con nuestro compañero por asuntos monetarios y si existe un patrón. Solo así podremos saber qué es lo que realmente nos molesta.

También, como en cualquier discusión, es importante partir de una condición de igualdad, en el que no haya reproches de partida, que pueden enquistar la conversación. Solo así es posible llegar a una conclusión satisfactoria.

2. Consideras qué es importante para cada uno

Una relación amorosa no sólo descansa en las emociones. Los compañeros amorosos son también, casi siempre, compañeros de negocios. Y las decisiones financieras tienen un enorme peso en la salud de una relación.

Es importante que las inversiones o compras de peso sean consensuadas, pero, dicho esto, hay que saber ceder, y considerar qué es importante para cada parte de la pareja. Puede que te parezca una chorrada que tu compañero quiera comprarse un acuario, pero a él o ella le puede parecer tirar el dinero que estés empeñado en comprar comida ecológica. Para gustos los colores. Lo importante, en cualquier caso, es que los gastos estén compensados y no comprometan a la estabilidad financiera del hogar.

Uno de los principales objetivos de las citas financieras debe ser entender cuáles son los objetivos financieros de la otra persona y por qué es importante para ellos determinadas decisiones de ahorro o gasto.

"Vale, está todo en orden" / Pixabay
"Vale, está todo en orden" / Pixabay

3. Decidid cuál va a ser la contribución de cada uno

Después de analizar vuestros sentimientos sobre las finanzas, y qué queréis hacer con ellas en el futuro, es importante centrarse en el ahora.

La mejor forma de evitar discusiones, descontroles y sorpresas es organizar vuestra economía doméstica al margen de la personal. O, lo que es lo mismo, pensar qué gastos y ahorros vais a realizar en común y cuáles por separado.

Una buena idea es tener una cuenta en común, para pagar el alquiler o la hipoteca, la comida, las facturas del hogar, los viajes o cualquier otro gasto conjunto, y tener una cuenta particular para los gastos personales. La aportación a la cuenta común puede decidirse sobre una cantidad fija o un porcentaje de los ingresos de cada uno. La ventaja de este método es que reduce las peleas sobre los hábitos de gasto, pues con su dinero cada uno hace lo que le viene en gana.

Después, decidid quien va a realizar el seguimiento de la cuenta conjunta. Podéis alternaros o asignar a cada uno ciertas tareas. Lo importante, en cualquier caso, es que la cuenta esté al día. Y es por ello que merece la pena mantener una de estas citas financieras una vez al mes.

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