Con 32 o 40 horas semanales

Las dos claves que debes conocer antes de implantar la jornada de cuatro días

El experto en marketing y psicología de la empresa canadiense Kilberry Leadership Advisors, Navio Kwok, advierte de los enfoques que hay que tener en cuenta antes de establecer esta reducción de jornada.

Una plantilla de trabajadores de oficina celebrando una reunión.
Una plantilla de trabajadores de oficina celebrando una reunión.
©[fauxels] a través de Canva.com

Con la pandemia muchas empresas se adaptaron rápidamente al teletrabajo para poder seguir funcionando. Este sistema poco a poco ha ido diluyéndose a otro tipo de jornadas, desde la híbrida, que combina la presencialidad con el trabajo en remoto, hasta la vuelta completa a las oficinas. Sin embargo, hay un nuevo debate en el mercado laboral a partir de diferentes proyectos sobre la jornada de cuatro días. De hecho, en Reino Unido acaba de iniciarse uno de los mayores experimentos pilotos al respecto, donde participan más de 70 empresas y hasta 3.300 trabajadores.

El proyecto, que en un primer momento fue impulsado por Íñigo Errejón, de Más País, ha derivado en una 'Cumbre Internacional de la Semana de Cuatro Días', donde la Generalitat Valenciana ha comunicado el plan de su región para impulsar esta iniciativa en las compañías. Las empresas que decidan sumarse a la propuesta podrán recibir ayudas de más de 9.000 euros durante tres años a las empresas implicadas por cada uno de los trabajadores implicados.

Dos visiones

Si bien el sistema parece revolucionario, es importante destacar las dos versiones del mismo que se han planteado. El experto en marketing y vicepresidente de la empresa canadiense de psicología Kilberry Leadership Advisors, Navio Kwok, ha destacado en un artículo de The Globe and Mail los puntos que las empresas deberían tener en cuenta si deciden implantar este sistema.

Por un lado, algunos apuntan a que el enfoque para esta semana laboral corta debe ser mantener las 40 horas semanales, aunque centrándose en solo cuatro días, de modo que resultarían horarios más largos de lo habitual. Por el contrario, otro de los puntos se centra en reducirla a 32 horas, de manera que seguirían siendo ocho diarias. Sin embargo, hay detractores de esta última opción que consideran que al reducir las horas también debe disminuir el salario. "Aunque la reducción del trabajo pesado puede ayudar a hacer posible una semana de cuatro días, hay otros resultados que vale la pena buscar", apunta Kwok.

Aunque una de las principales ventajas que ya han percibido las compañías pioneras en España como Software DelSol o EMA Competición es el incremento de la productividad, los expertos apuntan que también podría aumentar la cantidad de trabajo a la semana. "El eje parece ser un esfuerzo en reducir el trabajo pesado. De hecho, entre las recomendaciones del informe sobre el estudio que se realizó en Islandia entre 2015 y 2019, se encontraban realizar menos reuniones, más cortas y más centradas, e incluso, reemplazarlas por correos electrónicos siempre que fuera posible", señala el experto. 

Ante todo, el vicepresidente de Kilberry Leadership Advisors recuerda que no todas las profesiones pueden adaptarse a este tipo de jornadas y que en algunos sectores resulta completamente incompatible. Por ejemplo, con el experimento que se hizo en un hospital de Suecia, donde el cambio a turnos más cortos derivó en un aumento en los costes de contratación del 20 al 30% para compensar las horas que las sanitarias no trabajaban.

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