Cómo enseñar a tus hijos a ver anuncios en móviles y televisión sin que les timen

Los niños pasan muchísimo tiempo delante de pantallas. / Pexels
Los niños pasan muchísimo tiempo delante de pantallas. / Pexels

Es un problema bien conocido, pero para el que apenas se han buscado soluciones. Los niños están expuestos continuamente a la publicidad, ya no solo al ver la tele, sino también a través de las aplicaciones para móviles y tablets, que están repletas de anuncios.

La Ley General de Publicidad de España prohíbe desde 1988 “la publicidad dirigida a menores que les incite a la compra de un bien o de un servicio, explotando su inexperiencia o credulidad, o en la que aparezcan persuadiendo de la compra a padres o tutores”.

Se trata, no obstante, de un límite muy vago, y no hay más que ver la tele en horario infantil para ver la cantidad de anuncios, sobre todo de comida y juguetes, que están destinados a los niños.

Y es que nuestros hijos pasan muchísimo tiempo frente a una pantalla. En concreto, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), los niños de entre 6 y trece años pasan casi cinco horas diarias frente a alguna pantalla, siendo mucho mayor el tiempo de exposición durante los fines de semana.

¿Cuántos anuncios puede ver un niño en este tiempo? Sin duda muchos, pero lo peor no es que los vea, es que, a diferencia de los adultos, no siempre saben diferenciar la realidad de la ficción. Un estudio de 2016 apuntó que más del 80 por ciento de los estudiantes de secundaria confunden los anuncios web con noticias reales. El mismo estudio encontró que más del 80 por ciento de los estudiantes tuvieron dificultades para distinguir entre fotos reales y falsas.

Si ven la tele, mejor que sea acompañados

Sin duda los niños deberían limitar su exposición a las pantallas, pero dado que es imposible que no vean la tele en algún momento, quizás lo más importante es que, al menos, sepan lo que están viendo.

Como explica la profesora de la Michigan State University Sarah Gretter, los niños se beneficiarían enormemente de una mayor comprensión audiovisual, que les permitiera analizar y evaluar los mensajes que reciben en las pantallas.

El ordenador es una fuente inagotable de anuncios. / Pexels
El ordenador es una fuente inagotable de anuncios. / Pexels

Gretter ha estudiado a fondo en que consiste la alfabetización audiovisual y en un artículo publicado en The Conversation explica las tres estrategias que podemos seguir para que nuestros hijos aprendan a ver la televisión o los vídeos de Youtube sin creerse todo lo que sale en ellos.

1. Haz preguntas

Los niños no siempre detectan la persuasión en los anuncios, por eso es importante invitar a los niños a cuestionarse el objetivo de lo que están viendo. Y la mejor forma de lograr esto es preguntar a los pequeños por ello.

Una de las preguntas claves que deben plantear los padres es “¿Quién creó el mensaje?” Todos los mensajes de los medios son construidos por un autor y pensar en quién es ayuda a crear una distancia respecto a los anuncios. Los niños aprenderán a distinguir qué contenidos se han creado solo para entretenerles y cuáles quieren venderles algo.

Los padres también deben preguntar si el anuncio parecía creíble. A diferencia de los dibujos, que los niños reconocen rápidamente como ficción, los anuncios trasladan al niño a un mundo de fantasía, pero de apariencia real, y es importante lograr que distingan la diferencia. Al marcar distinta los niños aprenderán a ser más críticos con los mensajes que reciben.

2. Observa cómo se sienten

Según Gretter, se debe alentar a los espectadores jóvenes a plantearse cómo les ha hecho sentir un anuncio: “La publicidad se basa en gran medida en las reacciones emocionales de las personas. Ser más conscientes de cómo nos ha hecho sentir un anuncio nos puede dar una pista sobre su efecto en nosotros”.

Parece un planteamiento complejo que hacer a un niño, pero lo entenderá de una forma más sencilla si le invitamos a analizar qué técnicas usan los anuncios para atraer su atención, algo que vivirán como un juego. Los publicistas utilizan una variedad de técnicas creativas para captar nuestra atención, como los colores brillantes, el humor o el respaldo de famosos.

Centrarse en cómo las palabras, los colores o los ángulos de la cámara afectan la forma en que vemos o escuchamos el mensaje es importante para analizar su atractivo. Y ayudará a los niños a distinguir la diferencia entre un anuncio, un informativo o un programa de ficción, que al final es lo más importante.

3. Reflexiona

“El diálogo y la reflexión son aspectos importantes de la alfabetización mediática”, asegura Gretter. El simple hecho de hablar sobre los anuncios ayuda al intercambio de perspectivas.

Los niños son, en general, muy influenciables, y es probable que nos pidan que les compremos algo que han visto en un anuncio. Esta es la ocasión perfecta para hablar con él sobre lo qué ha visto: ¿por qué crees que necesitas esto? ¿No crees que solo lo quieres porque lo has visto en un anuncio?

La mayoría de los mensajes de los medios de comunicación suelen desarrollarse para generar ingresos o influir en las decisiones. A los espectadores jóvenes se les debe enseñar qué quiere cada contenido: informar, persuadir o entretener.

“Al reflexionar sobre las técnicas y los motivos que rodean a los anuncios padres y educadores pueden enseñar a los jóvenes a comprender mejor los muchos mensajes comerciales que verán a lo largo de sus vidas”, concluye la profesora.

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