Productividad laboral

El método de Harvard para ser más productivo trabajando menos horas

Un estudio de David Rock, autor de Your Brain at Work, confirma que nuestro pico de concentración en el trabajo es mucho más bajo de lo que pensamos.

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La jornada laboral de 40 horas no es sinónimo de productividad
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Parece que una lista de tareas pendientes es sinónima de ser buen trabajador, pero las tornas están cambiando últimamente y lo que más se valora en las nuevas empresas son los trabajadores capaces de ser muy productivos en poco tiempo. Una mejora de la productividad puede, incluso, reducir las jornadas laborales y facilitar la conciliación.

Además, el hecho de estar en el trabajo calentando la silla no quiere decir que vayamos a conseguir mejores resultados laborales. Es más, no hay nada que se aleje de la realidad tanto como esta afirmación: en nuestra jornada laboral solo alcanzamos nuestro pico de concentración máxima durante seis horas a la semana, ni siquiera al día. 

Esta es la conclusión del estudio llevado a cabo por David Rock, autor de Your Brain at Work. Esta afirmación contrasta con la aceptadísima semana laboral de 40 horas, que hace casi imposible la conciliación en muchos aspectos de la vida cotidiana y laboral.

El razonamiento detrás de esta conclusión es que cuando una persona trabajadora deja de hacer cosas que le ocupan tiempo, pero sin resultados, acaba teniendo una mayor capacidad de concentración para completar otras tareas gracias a la sensación de tranquilidad de no tener una agenda saturada. 

Según el texto publicado por Kate Norrup en Hardvard Business Review, para mejorar nuestra productividad no hay una fórmula mágica, pero sí consejos que nos ayudan identificar qué es lo que no debemos hacer durante nuestra jornada laboral o durante la toma de decisiones sobre nuestras agendas y nuestras tareas pendientes. Un ejercicio de su propia creación mejora la toma de decisiones sobre la lista de tareas pendientes y este método puede aplicarse tanto al trabajo como a la vida personal o doméstica. 

Cómo mejorar la productividad y aligerar la lista de tareas

El primer paso es dibujar una línea para dividir en dos una hoja y decidir qué aspecto de la vida queremos mejorar en términos de resultados y estrés. En el lado izquierdo, enumeramos las tareas o actividades que realizamos en este aspecto de nuestra vida: por ejemplo, en el trabajo, contestar correos, tener reuniones, llamar a clientes, redactar informes... 

En el lado derecho, haremos una lista de nuestros mejores resultados: el cierre de un trato importante, una mejora en las ventas, un buen resultado... Este procedimiento, dice Norrup, puede ser algo difícil, ya que culturalmente sufrimos ciertos bloqueos a la hora de autoreconocernos méritos y victorias. 

Para ir terminando, hay que unir una línea que conecte cada éxito laboral con las tareas que nos ayudaron a conseguir ese resultado. Por ejemplo, las llamadas y reuniones con el cierre de un pacto o un acuerdo comercial. Acabado este paso, veremos aquellas tareas que han quedado sin resultados asociados. 

Esto nos hará ver que hay tareas en las que hemos estado perdiendo el tiempo que son, por así decirlo, inútiles y, por lo tanto, debería de dejar de hacer o minimizar el tiempo que le dedicamos si no es posible eliminar esta tarea de nuestra lista. 

Seguir este procedimiento nos ayudará a identificar fallos en nuestras rutinas laborales y nos permitirá optimizar mucho más nuestra jornada en el trabajo, ayudándonos a centrarnos en las tareas verdaderamente importantes para conseguir los resultados que queremos y que nos interesan.

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