En la actualidad, Larry Miller tiene 70 años y es el presidente de la marca Jordan de Nike. Un puesto al que llegó por meritocracia, subiendo de rango y ascendiendo en varias compañías como Campbell Soup, Kraft Foods y los Portland Trail Blazers de la NBA. Una etapa laboral que bien podría ser calificada como caso de éxito, más aun teniendo en cuenta la vida que llevó hace años... y que él mismo ha hecho pública en un libro que ha salido a la luz recientemente.
Ocurrió en 1965, cuando tenía 16 años, Miller se declaró culpable de asesinato en segundo grado de otro adolescente en Filadelfia. Cumplió cuatro años y medio en prisión. Poco después, fue encarcelado de nuevo, durante un lustro, por una serie de robos a mano armada.
Décadas más tarde y asentado en su nueva vida, empezó a progresar en el mundo corporativo de las empresas. Entonces, nadie se había dado cuenta de que anteriormente había sido declarado culpable de asesinato. Permaneció 'en el anonimato' hasta finales del pasado año, cuando él y su hija Laila Lacy anunciaron que estaban coescribiendo y publicando unas memorias relevadoras: 'Jump: My Secret Journay From the Streets to the Boardroom' ('Mi viaje secreto de las calles a las salas de juntas').
La reinserción de los presos
Según reveló el propio Miller a Sports Illustrated, escribirlas "fue liberador". La intención del ahora ejecutivo de Nike era poder demostrar que las personas que habían estado encarceladas son capaces de rehabilitarse y tener éxito. "Realmente, se trata de asegurarse de que la gente entienda que los que han estado en prisión pueden también contribuir", expuso. "El peor error que cometa esa persona, no debería controlar lo que sucede en el resto de su vida".
Miller cuenta como "algunas de las personas más creativas e inteligentes" que ha conocido, han estado en prisión. "Todos sus talentos y habilidades estaban desperdiciados dentro de las cárceles", dijo. Durante el tiempo en el que estuvo encarcelado, el ahora jefe de Nike buscó algún tipo de educación utilizando las becas que había a disposición de los reclusos. Más tarde, asistió a la universidad a través de un programa de liberación diurna. Poco a poco, fue viendo como realmente podría cambiar su vida.
Casi al mismo tiempo de su salida de la cárcel, se graduó en la Universidad del Temple de Filadelfia a los 30 años. Justo cuando estaba en un proceso de selección para una importante firma de contabilidad, Miller decidió revelar sus antecedentes penales. Finalmente, no consiguió el trabajo y decidió que no volvería a sacar a la luz su pasado (hasta ahora).
Realmente, dice, él nunca llegó a mentir en una solicitud o entrevista de trabajo, ya que normalmente le preguntaban por sus antecedentes o posibles delitos en los cinco años anteriores. El problema fue que la tensión que le generó el estar escondiendo parte de su vida, le ocasionó migrañas y pesadillas.
De hecho, fue su hija la que le animó y le insistió en escribir un libro para contar su pasado en prisión y así poder liberar toda esa ansiedad. Antes de hacerlo, eso sí, consultó a un círculo cercano de amigos, incluido el mismísimo Michael Jordan y el cofundador de Nike, Phil Knight.
No fue fácil. Antes de la publicación del libro, la familia del joven que asesinó se sintió sorprendida, sobre todo cuando apareció el nombre (Edward White) de la víctima y su edad en el artículo de Sports Illustrated. Según publicó el New York Times, Miller está en conversaciones con la familia de la víctima para establecer una fundación de becas, financiada, para ayudas a los hijos de White.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios