Tres ejercicios para no obsesionarse sobre el futuro y así evitar la ansiedad

La ansiedad y el estrés son dos estados mentales que afectan a un gran número de personas. Afortunadamente, en los últimos años, cada vez más ciudadanos son capaces de identificarlos y buscan la ayuda profesional para tratarlos. Los excesivos pensamientos sobre el futuro pueden ser una de las causas que motivan esta situación mental. Diversos estudios psicológicos han puesto de manifiesto que la ansiedad severa puede provocar problemas para dormir, dolores de cabeza y depresión.

En este sentido, la psicoterapeuta Jenny Maenpaa ha señalado a la CNBC que el miedo a eventos futuros impredecibles es una de las circunstancias que más trata en sus consultas. Asimismo, ha detallado qué tres estrategias utiliza de forma diaria para enfrentarse o dejar de obsesionarse con el futuro y, de esta forma, acabar con estos problemas mentales. 

Las suposiciones

Una de las situaciones que nos lleva a obsesionarnos con el futuro son las suposiciones, el "qué pasa si...". La profesional asegura que su primer instinto es "cerrar inmediatamente la puerta a mis pensamientos porque parecen demasiado aterradores o abrumadores". Sin embargo, esto no es lo correcto porque se deja más espacio a la incertidumbre. 

En estos casos, la mejor opción es dejar que la imaginación vuele libremente y plantee todos los supuestos posibles. "Saca a la luz tus pensamientos aterradores haciéndote preguntas sobre ellos", ha señalado la experta. Habrá que contestar a todos las cuestiones que se nos ocurran de forma realista para que este ejercicio tenga éxito. 

Lo que puede controlar

Una de las claves para trabajar la ansiedad por el futuro es centrándonos en las tareas que podemos realizar y que están bajo nuestro control. "Fue solo cuando cambié mi perspectiva para concentrarme en lo que estaba bajo mi control inmediato que pude sentirme menos ansioso y pensar con más claridad", ha confesado Maenpaa. Cuando la mente quiera llevarnos hacia futuribles, lo que debemos hacer es regresar al presente, fijándonos en lo que podemos hacer "hoy, mañana o solo esta semana".

Los datos

Los ciudadanos debemos basar nuestros pensamientos en datos y certezas, aunque esto sea complicado en ocasiones. "Eventualmente, aprendí a considerar alternativas y usar evidencia para fortalecer o refutar mi narrativa interna", ha reconocido la profesional. Asimismo, expone que en ocasiones debemos recordarnos a nosotros mismo que a menudo no tenemos la historia completa sobre una situación. La falta de hechos o evidencias puede hacer que lleguemos a conclusiones falsas.