Estados Unidos

Elizabeth Holmes: de ser la 'nueva Steve Jobs' a la CEO que estafó a Silicon Valley

Con la esperanzadora promesa de un revolucionario método de análisis de sangre capaz de predecir diversas enfermedades, esta criminal de guante blanco se llegó a enfrentar a más de 20 años de cárcel. 

Elizabeth Holmes, CEO de Theranos, en una conferencia.
Elizabeth Holmes, CEO de Theranos, en una conferencia.
Flickr | Stuart Isett

Un jurado de EE.UU. encontró culpable este pasado lunes de cuatro de once cargos de los que se le acusaba a la emprendedora más famosa de Silicon Valley, Elizabeth Holmes. La ejecutiva fue acusada de un fraude millonario tras haber asegurado que su empresa, Theranos, había desarrollado un revolucionario sistema capaz de predecir diversas enfermedades a través de análisis de sangre. Con esta esperanzadora promesa para el mundo de la medicina, Holmes se catapultó al estrellato y llegó a ser comparada con el cofundador de Apple, Steve Jobs.  

En este sentido, la empresaria, de 37 años de edad y natural de Washington, fue hallada culpable de tres cargos por fraude electrónico y otro de conspiración. El jurado no llegó a un consenso en torno a tres cargos más de los que se señalaba a Holmes. Pendiente de una sentencia firme, cada cargo puede acarrear una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de unos 250.000 dólares: unos 221.000 euros al cambio actual. Asimismo, se vería obligada a devolver el dinero a quienes hayan sido estafados ante lo que prometía ser un punto de inflexión en la ciencia, y finalmente ha resultado ser una mentira que ha caído por su propio peso. 

Abandonó sus estudios a los 19 años

Theranos, esta novedosa tecnológica del sector de la salud y laboratorios clínicos, se fundó en 2003. Un año antes había comenzado sus estudios de química en la prestigiosa Universidad estadounidense de Stanford. Gracias al dinero que recibió de una beca y sus conocimientos de chino, obtuvo una plaza en el Instituto del Genoma de Singapur. Allí trabajó en el desarrollo de nuevos métodos para la detección de distintos tipos de coronavirus a través de la sangre o los hisopos nasales, como se hace actualmente con la Covid-19. 

Elizabeth Holmes, CEO de Theranos, a su salida del juzgado.
Elizabeth Holmes, CEO de Theranos, a su salida del juzgado.
Agencia EFE

A su regreso a Estados Unidos presentó oficialmente la patente, de forma textual, para un "dispositivo médico para el monitoreo analítico y suministro de medicamentos". Con tan solo 19 años y durante el segundo curso de su carrera fundó Real-Time Cures, registrando su sede en la localidad californiana de Palo Alto. Posteriormente, tras cambiar su nombre a Theranos, abandonó los estudios para dedicarse a tiempo completo a su idea. Al año siguiente, en 2004, captó la atención de inversores como el emprendedor informático Larry Ellison o el magnate mediático Rupert Murdock. En ese momento la firma aumentó sus fondos en 400 millones de dólares, unos 353.530.000 euros en el cambio actual. 

Tecnología "secreta" en una dirección opaca

Sin embargo, en los años posteriores, Theranos operaba de forma secreta: sin revelar ni ofrecer detalles sobre los desarrollos que llevaban a cabo. Este alto nivel de secretismo es una estrategia imitada por otros 'big tech' para evitar a la competencia y atraer a los inversores. Su expansión, tras ofrecer más de 200 pruebas médicas diferentes en sangre gracias a pinchazos sin necesidad de emplear una jeringuilla, la posicionó a lo largo de casi todos los estados de Estados Unidos. Su precio era una cuarta parte inferior con respecto a las pruebas tradicionales llevadas a cabo en otros laboratorios.

Esto hizo que la cadena de farmacias estadounidense Walgreens se asociase con Theranos para ofrecer los supuestamente revolucionarios test en sus tiendas de California y Arizona. Por aquel entonces la empresa contaba con 500 trabajadores en plantilla y se valoraba en 9.000 millones de dólares, unos 7.954 millones de euros. Asimismo, Elizabeth Holmes, como CEO, tenía el control directo del 50 % del patrimonio de la entidad. Todo llegó hasta el punto en el que la célebre revista económica Forbes la incluyó en la lista de los 400 multimillonarios más ricos del mundo. En el ranking llegó a ocupar el puesto 110 con una fortuna estimada en 4.500 millones de dólares, unos 3.977 millones de euros

Portadas de las revistas Forbes y Fortunes, con Elizabeth Holmes como protagonista.
Portadas de las revistas Forbes y Fortunes, con Elizabeth Holmes como protagonista.
La Información

El principio del fin: 2015 

Sin embargo, el diario The Wall Street Journal publicó a finales de 2015 una serie de artículos de investigación en los que ponía en duda la credibilidad de los análisis de Theranos y acusaba a la compañía de, entre otras cosas, diluir las muestras de sangre obtenidas de los pacientes para aumentar su volumen. Según recoge Agencia EFE, estas acusaciones hicieron que el Departamento de Justicia de EE.UU. presentara cargos contra Holmes y el expresidente y exconsejero de operaciones de la compañía, Ramseh "Sunny" Balwani (expareja sentimental de Holmes), a quienes acusó de haber engañado a los inversores, a los doctores y a los pacientes.

Estallaba así el proceso judicial que nos lleva hasta el veredicto final con la disolución de la empresa el pasado mes de septiembre de 2018. Tras llamar a unos 30 testigos, la fiscalía intentó demostrar que Holmes sabía que el producto que estaba vendiendo a los inversores, una máquina llamada Edison, era una auténtica farsa, pero seguía empeñada en el éxito de la empresa. Al testificar en su propia defensa, Holmes reconoció los "errores" en el desarrollo de Theranos, pero sostuvo que "nunca defraudó" a pacientes o inversores a sabiendas.

Un personaje digno de la ficción

Para conseguir este ascenso meteórico, y ganarse un hueco en el hipermasculinizado mundo de los CEO de Sillicon Valley, Holmes se construyó todo un personaje. Con una estética sobria de ropa neutra, voz grave y particular, y la metodología opaca en la que dirigió su empresa, imitó a otros directores ejecutivos como Steve Jobs. Esta imagen cuidada al milímetro en todas sus apariciones públicas podría haber sido parte de la farsa para encajar en el mundo de los negocios. La protagonista de esta historia, digna de la ciencia ficción, llegó a ser nombrada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo.

Actualmente, la plataforma de vídeo HBO realizó el documental 'Desangrando a Silicon Valley', que narra el estrellato de Theranos y como Elizabeth Holmes llegó a posicionarse como una revelación de la ciencia y la tecnología. Asimismo, según recoge The Verge, Apple TV producirá una película biográfica basada en esta controvertida historia. La encargada de dar vida a la peculiar CEO será la laureada Jennifer Lawrence

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