El mercado laboral es una realidad, en ocasiones hostil, a la que tienen que enfrentarse los jóvenes, y no tan jóvenes, de hoy en día. Un gran número de ellos termina sus estudios en la universidad y en los centros de formación sin haber hecho prácticas o sin conocer cómo se desarrolla la rama profesional de la carrera o del módulo en el que han estado estudiando durante años. Una situación que es penalizada por las empresas que, cada vez más, buscan a profesionales de corta edad pero con una amplia experiencia a sus espaldas.
Tara Larsen es una joven estadounidense que comenzó a trabajar en Microsoft sin haber hecho prácticas en ninguna otra empresa relacionada antes de comenzar su relación laboral con la compañía tecnológica. Previo a terminar su último semestre en la Universidad Brugham Young, la estudiante solicitó puesto de administradora de empresas a tiempo completo en la multinacional.
Ante la falta de experiencia y poca preparación en el área solicitada, Larsen contactó con una amiga que estaba trabajando en la compañía para conocer qué cualidades buscaban para un candidato básico. La respuesta fue clara: "Necesitan a alguien competente. Alguien que sea rápido, que entienda de gestión básica de proyectos y que sepa escribir". A partir de ese momento, la joven tuvo claro cómo iba a hacer que los reclutadores se fijaran en ella.
Destaca tus habilidades en el CV
Debido a sus estudios en literatura inglesa, Larsen estaba convencida de que tenía la capacidad de "influir en la gente", basándose únicamente en las palabras que decidía compartir. De tal forma, pensó que esta habilidad se podría trasladar al curriculum vitae que iba a enviar a la compaña. Su objetivo era lograr que Microsoft fuera consciente que estaba cualificada para trabajar en un espacio técnico sin tener una formación en ese campo.
En la empresa requerían una experiencia en gestión de proyectos, dominio del software de Microsoft y capacidad de comunicación escrita. Para suplir esto, la joven trató de adaptar la experiencia previa que tenía, en empleos nada relacionados con la tecnología, para probar a la compañía que era capaz de desarrollar las funciones descritas. Durante varios años, la estadounidense había sido profesora de ballet y de clases particulares de matemáticas, por lo que destacó su capacidad para "la resolución de problemas, organización y gestión de proyectos". Así, pues señaló:
- Organización de conciertos trimestrales. Lo que incluía una organización de eventos para más de 500 personas y la creación de material de marketing
- Gestión de la comunicación entre clientes nuevos y existentes. Así como un seguimiento de las consultas a través de Excel.
- Preparación de la programación anual de las clases, equilibrando las necesidades específicas de los clientes y los instructores.
- Creación de planes personales de mejora académica adaptados a las necesidades individuales de los clientes. Lo que se tradujo en un aumento del hasta el 40 % de su rendimiento.
"La mayoría de tus éxitos, aunque no tengan que ver con la tecnología, pueden medirse con datos. El uso de métricas puede mostrar tu capacidad de analizar un problema", ha defendido Larsen. Asimismo, también destaca la necesidad de mencionar cualquier software que se haya utilizado para llevar a cabo estas actividades. Incluir en el CV el manejo de programas como Excel, Canva o Adobe es muy valorado por los reclutadores.
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