Inauguran una carretera que recarga a los coches: ¿será el futuro o una idea fallida?

  • Suecia ha construido una carretera que recarga a los coches eléctricos a través de unos raíles. Se pretende extender a otras vías, pero ¿es rentable?
La nueva carretela tiene raíles para recargar los coches / Pixabay
La nueva carretela tiene raíles para recargar los coches / Pixabay
La nueva carretela tiene raíles para recargar los coches / Pixabay
La nueva carretela tiene raíles para recargar los coches / eRoadArlanda

Suecia ha construido la primera carretera del mundo que permitirá cargar los vehículos eléctricos mientras se conducen. La eRoadArlanda recibe su nombre del aeropuerto de Estocolmo, pues cubre dos kilómetros en sus proximidades, y se trata de un proyecto piloto que busca resolver uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria del transporte: cómo mover mercancías y personas de una manera que no dañe el clima ni la calidad del aire.

En el proyecto han participado más de 20 empresas locales e internacionales y, en los próximos 12 meses, una pequeña flota de camiones eléctricos de la empresa logística PostNord recorrerá la carretera desde el aeropuerto de Arlanda hasta su base en Rosersberg, a unos 12 kilómetros.

El mecanismo de la carretera resultará familiar para cualquiera que haya jugado alguna vez al Scalextric. Los vehículos recogen energía de los rieles de carga instalados en la superficie de la carretera. Cuando el coche está en la pista, un brazo conectado a la parte inferior del vehículo se extiende hacia abajo hasta que detecta los rieles, antes de introducirse y hacer contacto. Este dispositivo es flexible, lo que permite que el vehículo se mueva de un lado a otro, y se retira en caso de que, por ejemplo, un camión quiera adelantar o desviarse.

Si la prueba piloto tiene éxito, el Ministerio de Transportes de Suecia planea electrificar las vías que conectan las tres ciudades más pobladas del país: los 1.365 km que unen a Estocolmo, con Gotemburgo y Malmö.

La carretera fue inaugurada la pasada semana / eRoadArlanda
La carretera fue inaugurada la pasada semana / eRoadArlanda

Un proyecto con numerosas dudas

Pese a lo inteligente que resulta el proyecto en un primer vistazo, su viabilidad futura plantea muchas dudas. Así lo cree al menos Rick Greenough, profesor de sistemas de energía de De Monfort University, que ha asegurado en un artículo publicado en The Conversation que el costo de la tecnología y la interrupción que causa su construcción hace que sea imposible que se replique a gran escala. Y si no puede extenderse, asegura, no servirá nada más que para gastar dinero.

El principal problema de instalar este tipo de carreteras es su mantenimiento. La tensión de la primera carretera electrificada no es baja –200 KW–, lo que obliga a tener fuertes medidas de seguridad. La electricidad circula por la parte baja de los raíles, a unos seis centímetros de profundidad, pero según explicaban sus creadores en el periódico sueco Thelocal, “incluso si la carretera se anega con agua salada, sobre la superficie solo habría un voltio de tensión”.

Para prevenir los cortocircuitos, los rieles están ocultos a la vista. “Esto significa que los vehículos solo pueden comenzar a cargarse cuando la pastilla se inserta en la ranura del carril”, explica Grenough. “Uno puede imaginarse el daño que se puede causar a la carretera y el vehículo si el camión no se desengancha limpiamente antes de intentar una maniobra de adelantamiento”.

Y hay otro problema añadido, apunta el ingeniero, parecido al que sufre de siempre el transporte ferroviario, una alternativa muy similar, limpia y mucho más rápida, y es que no es posible construir vías que lleguen a todas partes. Los trenes no pueden entregar productos de puerta en puerta y solo los fabricantes más grandes pueden justificar el mantenimiento de sus propias terminales ferroviarias. Incluso con la electrificación ferroviaria existe la necesidad de mover la carga entre el ferrocarril y la carretera, del mismo modo que tenemos que conectar los enlaces ferroviarios con los puertos y aeropuertos.

Aunque instalar esta tecnología es mucho más barato que construir una vía férrea de alta velocidad –cada kilómetro de carretera eléctrica cuesta en torno a un millón de euros frente a los 18 que cuesta, por ejemplo, un tramo de Ave–, para que el sistema compensara habría que electrificar muchos más kilómetros, lo que conlleva una inversión que puede ser aún mayor (y los coches, claro, tendrían que seguir conduciéndose).

Los raíles de las carreteras recuerdan al Scalextrix / La carretera fue inaugurada la pasada semana / eRoadArlanda
Los raíles de las carreteras recuerdan al Scalextrix / eRoadArlanda

Primero deberíamos preocuparnos por mejorar las baterías

En opinión de Grenough, antes de construir carreteras eléctricas deberíamos asegurarnos de que los coches eléctricos pueden reemplazar a los convencionales, y para eso es mejor invertir el dinero en el desarrollo de tecnologías ya existentes.

“Por ejemplo, las baterías de largo alcance y los vehículos de pila de combustible de hidrógeno tienen el potencial de superar problemas de precio, disrupción y durabilidad”, asegura el ingeniero. “De hecho, estas opciones son cada vez más baratas. El precio de las baterías de iones de litio ha caído un 24 % desde 2016 y seguirá disminuyendo a medida que más personas adopten vehículos eléctricos. Mientras las baterías mejoran y se vuelven más baratas, abrir nuestras autopistas parece una solución extrema”.

Según Grenough, teniendo en cuenta que aún existen poquísimos puntos de recarga de baterías, las famosas electrolineras, parece poco sensato reformar kilómetros y kilómetros de carreteras. “Todos los vehículos pasan una gran parte de sus vidas estacionarios, por lo que una solución mucho más simple y menos perjudicial es cargar los vehículos en paradas y destinos como lo hacen actualmente los automóviles eléctricos”.

El proyecto del Gobierno sueco es ingenioso, pero quizás llega demasiado pronto. En el futuro sería mucho más sencillo implementar una tecnología similar, pero inalámbrica, una posibilidad que ya está explorando, y que previsiblemente será más barata que andar metiendo raíles en las carreteras. De momento, no obstante, habrá que esperar.

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