Esta gente se hace rica vendiendo camisetas 'graciosas' en internet

  • El nuevo mercado de la ‘impresión bajo demanda’ no tiene barreras de entrada. Cualquiera puede vender sus diseños en internet y tener suerte
Tres camisetas de las miles que vende Teespring.
Tres camisetas de las miles que vende Teespring.

Todos conocemos el incipiente mercado de estampado de camisetas en las diferentes plataformas. Es muy sencillo: buscas modelo, pides talla y en menos de un día (en muchas de las ocasiones) la tienes en casa. ¿Y si te dijera que el proceso de creación es tan sencillo como comprarla por la red? El conjunto de creadores de modelos de camisetas molonas está creciendo. Algunos viven alegremente gracias a este mercado. Pero no todo es tan fácil ni tan estable como parece.

Julia Glum investiga para 'Money' a estos genios del 'print 'y este inquietante y prolifero mercado de “ingresos pasivos”. Esto requiere un gran trabajo para arrancar pero, que con suerte, repercutirá positivamente en tu economía con la ley del mínimo esfuerzo.

Uno de los grandes ejemplos

“Glen Zubia, casi todas las noches durante ocho meses seguidos, preparó una taza de café, puso música heavy metal e hizo camisetas. Los lunes investigaba recorriendo Internet en busca de lemas divertidos. Los martes y miércoles diseñaba en Adobe Illustrator. Los jueves guardaba sus creaciones en el formato de imagen correcto. Y los viernes y sábados las cargaba en Amazon”, comenta Glum.

Entre 2015 y 2016, esa fue la rutina de este joven de 32 años. No descansaba y con el tiempo acabó internándose en altas horas de la noche. Pero mereció la pena. Zubia consiguió un catálogo de más de 2.800 artículos de impresión para camisetas y sudaderas.

“Este arrebato de trabajo le hizo ganar 120.000 dólares, lo suficiente para mudarse de la casa de sus padres y comprar la suya propia en El Paso”, dice Glum. Pero ahí no queda todo, desde entonces, se embolsa al mes aproximadamente 3.000 dólares con los mismos diseños que realizó hace dos años.

Este es el nuevo mercado llamado: ‘impresión bajo demanda’. Es muy fácil y cualquiera puede hacerlo. O al menos eso parece. “Compañías como Teespring, Redbubble y Merch by Amazon han surgido esta década para impulsar la industria de los ingresos pasivos. Su única función es manejar la logística de impresión y envío, mientras pagan por el diseño a personas como Zubia”, dice Glum.

No solo ingresos pasivos

Está claro que el éxito de Zubia supera cualquier tipo de expectativas. Pero digamos que se trata de un caso atípico.

Kelsie Olds ha vendido desde 2014 más de 800 camisetas, que traducido en dólares son más de 4.000 a través de Teespring. Una cantidad más que decente por poco trabajo.

Olds dejó de crear al quedarse embrazada y tener al bebé. De esto hace ya un año. Sus diseños siguen en red. “Sin tocar su perfil, y sin el marketing de Facebook y Twitter que solía hacer, la joven de 23 años todavía se embolsa unos pocos dólares al mes. Para Olds, la cantidad no importa; es básicamente efectivo gratis”, asegura Glum. En palabras de la propia Olds: “Si puedo ganar 20 dólares adicionales, son 20 dólares adicionales. Es un dinero para comida o para supermercado o dinero para gasolina”.

El proceso comienza con una solicitud

“Nadie sabe lo que Amazon está buscando en un miembro de Merch by Amazon, y no hay una línea temporal pública para saber cuánto tardan en responder a las solicitudes. Algunas personas son aprobadas en unos días; para otras, lleva semanas”, dice Glum.

Después cada vendedor debe encontrar su filosofía de comercialización. Buscar su punto de inspiración y ponerse a crear modelos y cargarlos. Cuantos más tengas mejor. Pero por ejemplo, los vendedores de Merch by Amazon operan en un sistema de niveles. Cuando una persona ha cargado 10 diseños, tiene que esperar hasta que tenga 10 ventas para poder agregar más. Y hay diferentes niveles.

Página principal de Amazon Merch.
Página principal de Amazon Merch.

Pero por inteligente que sea tu estrategia, la impresión bajo demanda presenta imprevistos que tienes que aprender a solventar.

Jen Smith sabe de lo que hablamos. Tiene 29 años y descubrió los ingresos pasivos cuando ella y su esposo intentaban pagar una deuda de 78.000 dólares. La impresión bajo demanda le hizo ganar dinero muy pronto. Pero nunca dejó de hacer otro tipo de trabajos como publicidad y escribir libros.

Fue aceptada por Merch by Amazon en mayo de 2017. Ella cree que la aceptaron rápido por tener un blog, 'Saving With Spunk', algo que la hizo parecer más profesional. Subió algunas camisetas y obtuvo su primer cheque por 11 dólares.

“Cuando llegué al nivel 100, pude ganar 450 y hasta 700 dólares. Luego diseñé algunas camisetas de Halloween el año pasado que dieron la campanada y pasé de 700 a 2.000 dólares al mes”, dice Smith.

Está claro que tiene que ser una fuente de ingresos adicional y nunca primaria. Hay que estar a alerta frente a la volatilidad de Amazon. “Durante los últimos dos inviernos, justo cuando ella y el resto de la comunidad pasiva se preparaban para un auge de las ventas de vacaciones, Amazon comenzó a limitar las subidas. Los vendedores dicen que la compañía estaba sobrecargada de pedidos y no tenía el ancho de banda suficiente para hacerse cargo de sus camisetas”, explica Glum. Un periodo al que todos llaman “The Freeze”.

Redbubble, otra de las tiendas de camisetas.
Redbubble, otra de las tiendas de camisetas.

Los peores miedos de esta comunidad

Smith está viviendo una de las peores pesadillas que puede vivir un vendedor de impresión bajo demanda que vive de sus ingresos pasivos. En septiembre, Amazon desactivó su cuenta después de que alguien denunciara ocho de sus diseños por una infracción de marca registrada. Las camisetas tenían citas de películas.

Las marcas registradas es la fiebre que sufren la gran mayoría de estos vendedores, que no dudan en afiliarse a grandes grupos y foros para despejar las mayores dudas sobre la propiedad intelectual.

Otra gran preocupación de este grupo, es el precio. “Los vendedores no pueden bajar demasiado, porque no ganarán dinero, pero no pueden subir demasiado, porque nadie comprará sus cosas”, dice Glum. 

Casey Berg tiene tan solo 24 años y vende sus diseños principalmente en Redbubble. Para él, el precio debe rondar entre el 15 y el 20% del precio de costo base. “Es importante recordar que muchos de los sitios te están cobrando por su infraestructura, por lo que el margen que obtendrás será muy pequeño”, dice. “En realidad no es muy diferente de pagar por un puesto en una feria o un mercadillo”, añade.

La comercialización sería el último gran temor a tener en cuenta. Hay que mantenerse a alerta del mercado. Crear mapas de la situación y actuar con respecto a esta. La impresión bajo demanda parece fácil. Dinero fácil. Pero cuanta más gente se une a este comercio, más difícil resulta tener éxito.

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