Consejos útiles para encontrar empleo

Estas son las actitudes que te perjudican en una entrevista de trabajo

Los reclutadores tienen muy en cuenta la primera impresión que les causan los aspirantes, así como su comunicación no verbal, para valorarlos de forma positiva o, por el contrario, rechazar su candidatura.

Estas son las actitudes que te perjudican en una entrevista de trabajo
Estas son las actitudes que te perjudican en una entrevista de trabajo
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Aquí os dejamos algunos tips a tener en cuenta para que no dejéis pasar la próxima oportunidad laboral que se os presente

Es habitual que los nervios acompañen a los candidatos en una entrevista de trabajo y esto, en ocasiones, lleva a cometer errores y a tener actitudes que perjudican. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que las expectativas por conseguir el empleo provocan cierto estrés. Pero esto puede hacer que la empresa descarte directamente al aspirante y no logre incorporarse al mercado laboral, incluso aunque se haya preparado las preguntas. Por ello, conviene conocer cuáles son los comportamientos y respuestas que los reclutadores detestan en los procesos de selección laboral.

Una de las primeras cuestiones que se han de tener en cuenta en una entrevista de trabajo es el efecto de la primera impresión, que se produce cuando el entrevistador valora al candidato de manera positiva o negativa, en función de las ideas que lo condicionan. A ello se une el efecto halo, en el que evalúa todos los aspectos de un candidato a partir de una característica o un hecho que le ha impresionado.

Cuando se hace una entrevista de trabajo, lo principal es prepararse para las posibles preguntas que puedan plantearse y hacer una investigación previa sobre la empresa. No obstante, aunque estas se respondan de forma adecuada y se cumpla con el perfil que busca la entidad, los reclutadores suelen tomar en consideración, sobre todo, la actitud.

Los errores que debes evitar para que no te rechacen

Superar una entrevista de trabajo no es sencillo: este es uno de los procesos más tediosos para muchas personas. A ello se une que los reclutadores identifican signos y expresiones que podrían indicar que el solicitante no está de verdad interesado en la oferta laboral. Así, es fácil que los aspirantes echen a perder el proceso de selección si tienen algunas de estas actitudes:

  • Hablar demasiado. Aunque tengan una buena capacidad verbal, dan explicaciones superficiales e intentan llevar el control de la entrevista, por lo que la alargan de forma innecesaria. Pero no es aconsejable hablar más de la cuenta para tratar de causar buena impresión al entrevistador, ya que no se aporta ningún dato de interés sobre la trayectoria profesional o académica, y se corre el riesgo de meter la pata. Por el contrario, no hay que ser introvertidos.
  • Mentir. Si hay algo que se debe evitar por todos los medios es la mentira. Una cosa es obviar al reclutador cuestiones que pueden perjudicar y otra muy distinta es no ser sinceros. Si la respuesta no es la que se quiere dar, hay que procurar reformularla previamente ya que, si el entrevistador detecta que el candidato está mintiendo, buscará explicaciones de lo que narra y mantendrá una aptitud neutral para que no detecte el tipo de respuestas que espera.
  • Ser silencioso. Cuando la entrevista se realice para ocupar un puesto de cara al público, los candidatos a los que hay que sacarle las palabras para poder mantener una conversación no tendrán éxito. Esto puede ser un rasgo de la personalidad o consecuencia de los nervios, por lo que hay que intentar no hablar demasiado, pero tampoco excederse en explicaciones.
  • Ofrecer una imagen de perfección. Uno de los principales fallos de un aspirante es querer aparentar no tener defectos ni haber vivido ninguna situación en la que se han cometido errores. Esto es muestra de la falta de madurez o la intención de engañar porque realmente tienen algo que ocultar.
  • Ser muy hermético. Al entrevistador le costará mucho saber cómo es el candidato y lo que siente o piensa, lo que hará que la comunicación sea difícil. Si se adopta esa actitud, el reclutador estará más pendiente de la comunicación no verbal y de la forma de expresarse, para conseguir más información y, ante la duda, acabará por descartarlo.
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