Facebook usará el micrófono de tu móvil para saber qué estás viendo en la TV

  • La compañía de Mark Zuckerberg patenta el sistema capaz de reconocer contenidos televisivos sólo por el ruido ambiente.
La capacidad de espionaje de las redes sociales es máxima / Pexels
La capacidad de espionaje de las redes sociales es máxima / Pexels

Todo tecnófobo conspiranoico que se precie incluye en su argumentario una receta heredada del espionaje de la Guerra Fría; a saber: gobiernos extranjeros que no tienen otra cosa que hacer que aprender tu idioma para leer tus emails, comprobar tus búsquedas en internet y escuchar las conversaciones con tu madre sobre la paella del domingo. Una suerte de Gran Hermano capaz de vigilar todos tus pasos que, a pesar de empezar a vislumbrarse en países como China, hasta ahora parecía imposible de ver en Occidente, más allá de las novelas de Graham Greene.

Sin embargo, Facebook acaba de desarrollar una tecnología tan sofisticada que asusta hasta a los más cautos: un sistema que puede activar en remoto el micrófono de tu teléfono móvil para saber qué estás viendo en la televisión. Y promete ser incluso más infalible que los 4.755 audímetros que miden las audiencias televisivas en España: el sistema permite que Facebook active el micrófono en cuanto éste detecte que la televisión se enciende, aún sin sonido, ya que es capaz de detectar señales inaudibles para el ser humano cuando se activa el aparato, tal y como recoge The Guardian.

Marcas de agua en las emisiones

Para hacerlo más complejo, Facebook se basa en esa especie de 'marca de agua', imperceptible para el usuario, que está presente en las emisiones televisivas para determinar qué programa, canal e incluso anuncio en concreto está viendo el usuario. El sistema, que Facebook patentará en breve, permite cruzar los datos de esas señales inaudibles con el ruido ambiente para crear una base de datos propia que permita distinguir entre contenidos. Es decir, que cuando esta tecnología asociara el ruido ambiente captado por los móviles de varias personas que estuvieran viendo Sálvame con una misma 'marca de agua', el sistema establecería en su futura base de datos que la voz de Belén Esteban, efectivamente, es indisoluble a ese programa.

Es daltónico
El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, durante una presentación.  / Facebook 

La aplicación más parecida en el mercado sería el popular Shazam, que cuenta con más de 150 millones de usuarios mensuales y permite identificar canciones sólo con activar el servicio para que el sistema coteje el sonido escuchado con su base de datos. La principal diferencia con la tecnología de Facebook es que, para comenzar a escuchar, es el usuario quien debe dar permiso a la aplicación para utilizar el micrófono del dispositivo.

Control de qué usuario está viendo un contenido concreto

De hecho, otra de las principales funciones que tiene la nueva tecnología desarrollada por Facebook es el control y monitorización del usuario: en función del dispositivo a través del cual escuche el ruido ambiente, pretende determinar si se trata de un hombre, una mujer o un niño. Es más, el objetivo es identificar patrones de visionado para saber exactamente quién está viendo la televisión en ese momento y por cuanto tiempo. Así, además de conseguir un análisis demográfico más preciso que cualquier EGM, Facebook aspira a ofrecer contenidos y anuncios en su aplicación adaptados a los gustos y preferencias de los usuarios.

Este es precisamente uno de los aspectos más problemáticos, ya que supone una extensión de la controvertida política de segmentación algorítmica que ha derivado en una crisis reputacional para la compañía de Mark Zuckerberg en los últimos meses, a raíz del escándalo de Cambridge Analytica y el uso fraudulento de los datos de los usuarios almacenados por la red social. Aún más: el paso implica una transgresión de la barrera digital que hasta ahora limitaba el radio de acción de Facebook a internet. En este sentido, tampoco está claro si la compañía cederá o, directamente, comerciará con los datos de audiencia que almacene. Sea como fuere, lo cierto es que a partir de ahora se abre una puerta al control de nuestra intimidad que difícilmente podrá volver a cerrarse.

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