¿Puede el pago por pulsera evitar otra tragedia como la del Madrid Arena?

  • Son el nuevo medio de pago en festivales: agilizan las colas en la barra, controlan el aforo y mejoran la seguridad, según el cofundador de Idasfest.
Un concierto del Dcode 2018
Un concierto del Dcode 2018
EFE

El verano agoniza y, con él, la época de mayor concentración de festivales en España. Pero aún faltan algunos platos fuertes este año, como el Riofest, el Ebrovisión, el Granada Sound o el Dcode, que este fin de semana tiene lugar en Madrid y que es uno de los macrofestivales que este año se han apuntado al uso de pulseras RFID (con tecnología de identificación por radiofrecuencia) para realizar pagos agilizando las esperas, controlar el aforo y mejorar la seguridad... Hasta el punto de que pueden resultar claves para evitar que se repita un desastre como el de Madrid Arena.

Así lo explica Joaquín Costa, cofundador de Idasfest, la startup española que lidera el mercado del pago por pulsera en festivales (entre ellos, el Dcode): "Ofrecemos un servicio 360º para que el promotor no tenga que estar pendiente de muchos proveedores tecnológicos: desde plataformas de venta de entradas online, sistema de acreditaciones, control de acceso y control de aforo en tiempo real". Esto implica que no solo existen ventajas a la hora de pagar (incluso se puede recargar la pulsera desde el móvil), sino que los datos recopilados sirven para aumentar la seguridad.

"Este año hemos estado en unos 100 festivales: el Medusa Festival, con unas 65.000 personas al día; el Dreambeach, con más de 50.000 asistentes al día; el Download Festival, el Son RíasBaixas...". En total, más de un millón de personas han utilizado este tipo de pulseras este año, según los datos de Idasfest. "Una de nuestras máximas siempre ha sido la seguridad. Hemos trabajado mucho para que toda la gente se sienta segura y esté cómoda. Por ejemplo, en eventos nosotros segmentamos la gente que ha recogido la pulsera y la gente que está dentro. Puede ser un número muy similar... O no, puede ser muy dispar", explica Costa.

Y cuenta una anécdota en este sentido: "En nuestro segundo año, organizamos un festival de Halloween en Valencia. Recogieron la pulsera unas 10.000 personas. Una hora antes de que tocase el cabeza de cartel solo había 4.000 personas dentro del recinto, es decir, que había 6.000 personas fuera, intuyo que haciendo 'botellón'. Con los 8 ó 10 carriles de entrada que había, esto no da: va a haber problemas, empujones peleas... Entonces, hablamos con el jefe de seguridad para avisarle de que tenía que ampliar los carriles para evitar aglomeraciones. Al final, no pasó nada".

Más allá de los festivales

Idasfest provee tres tipos de pulsera: la 1D, consistente en un código de barras que se puede leer para controlar el acceso y el aforo de un evento; la 2D, con las mismas características, pero consistente en un código BIDI; y la RFID, que utiliza la radiofrecuencia tanto para acceder al recinto como para pagar con dispositivos electrónicos específicamente creados para leer las pulseras. La ventaja de estas últimas es la posibilidad de recargarse desde la 'app' del festival.

Por otra parte, Costa destaca que una novedad es la presencia del pago por pulsera en el España sub-21 contra Montenegro de la próxima semana, la primera vez que se usa en un partido de la Selección. "En este caso, no es pago por pulsera, sino pago por entrada […]. Queremos introducirlo en el mundo del deporte, ya sea en una competición de niños, en un Mundial, en un Europeo". Costa explica que el CD Castellón lleva utilizando este sistema desde hace un par de años. Funciona leyendo la identificación del carnet de socio y sirve tanto para pagar como para controlar el aforo. "Pueden pagar con su carnet de socio durante todo el año; pueden recargar y pagar con el carnet, para que no tengan que llevar dinero en efectivo al campo", explica.

Además de los festivales y el deporte, la tercera línea de negocio del pago por pulsera son los congresos y eventos de networking. En este caso, se utiliza para la identificación de los asistentes a una ponencia concreta, a un stand o para pagar dentro del congreso. "Sirve para controlar cuánta gente está en cada zona o para poderle mandar información al interesado", asociando una dirección de correo electrónico o su información de contacto, que se obtiene automáticamente cuando se lee su pase.

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