De la política fiscal a la monetaria

Foro de Davos: las cuatro medidas para salvar a la economía tras el coronavirus

Un estudio recoge las inquietudes de los más de 1.500 participantes en Foro Económico Mundial de este año y las posibles soluciones a la crisis derivada de la Covid.

Pedro Sánchez, durante su intervención en el Foro de Davos 2021.
Foro de Davos: las cuatro medidas para salvar a la economía en plena pandemia.
La Moncloa

A diferencia de la crisis de 2008, la pandemia global del coronavirus parece haber acabado con el eterno debate sobre las políticas económicas más apropiadas para evitar el desastre. El modelo keynesiano se ha vuelto imperativo ante el avance de la Covid-19 y la consecuente paralización de la actividad económica en buena parte del globo. Mientras que la necesaria transformación digital del entramado empresarial requiere de una potente inversión, las necesidades de los más vulnerables exigen un esfuerzo casi a fondo perdido por parte de los gobiernos. En este contexto, no hay espacio para recortes u hombres de negro. Y, por eso, en el Foro de Davos que se celebra estos días de forma telemática, se debaten las medidas más urgentes para salvar a la economía durante y tras la pandemia, sin que ello agrande las desigualdades en las sociedades post-Covid.

En el selecto evento participan más de 1.500 líderes mundiales, multimillonarios, presidentes de grandes compañías, científicos, investigadores o activistas. Y, aunque hasta el próximo viernes 29 de enero el Foro de Davos no emitirá sus conclusiones finales, ya se pueden vislumbrar algunas de ellas. Por ejemplo, en el estudio llevado a cabo entre los participantes, que recoge sus principales inquietudes y soluciones para evitar o minimizar los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia. Y, la mayoría de los casos, coinciden en cuatro puntos convergentes.

1. Una política fiscal capaz de recuperar el gasto

La respuesta fiscal a la crisis de la Covid-19 no tiene precedentes, con más de 10 billones de dólares prometidos por los gobiernos del G20 para paliar las situaciones de mayor emergencia y como medidas de estímulo. Después de las ayudas de emergencia para salvar la economía de Estados Unidos, por valor de 900.000 millones de dólares, aprobada por el Congreso en diciembre, el nuevo gobierno de Joe Biden ha señalado que el gasto será aún más generoso para particulares y empresas en apuros. En este contexto, en el Foro de Davos, se asume que el gasto continuará en los principales países del mundo mientras sea necesario, pero ¿hay que imponer límites al gasto de los gobiernos de los países con altos ingresos en las actual circunstancias?

"Los ratios deuda/PIB han aumentado aproximadamente entre un 15% y un 20% en países de la zona euro, dos tercios de los cuales provino de gastos adicionales y un tercio del colapso del PIB", señala el informe. No es de extrañar que varios países hayan alcanzado los niveles inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. "Si bien existe un consenso entre destacados economistas en que deben evitarse los errores de la postcrisis [después de 2008], hay opiniones divergentes sobre los límites del gasto. La OCDE advierte contra una reacción popular en caso de que se reduzca el gasto público o los impuestos se suban demasiado pronto; en vez de centrarse en la deuda y el déficit a corto plazo, el economista jefe de la OCDE aconseja que los gobiernos persigan objetivos a largo plazo relacionados con la sostenibilidad, aceptando que esa deuda será temporalmente mayor", apunta el estudio.

En el caso de Europa, el Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de que una retirada brusca de las medidas gubernamentales plantearía un severo riesgo de estabilidad financiera, además de rupturas en el tejido social. Por eso, destacados economistas presentes en el Foro de Davos argumentan que "el entorno actual de tasas a muy bajo interés y niveles significativos de desempleo permite que los gobiernos se preocupen menos sobre cómo pagar la deuda. Sin embargo, otros han señalado que los gobiernos no podrán traspasar su deuda para siempre y eventualmente necesitarán empezar a pensar en pagar intereses". La gran pregunta es: ¿cómo se introduce esa nueva y necesaria política fiscal y qué elementos deben hacerse permanentes como parte de un nuevo contrato social?

"Llegará un momento en el que los políticos se tendrán que enfrentar al desafío de encontrar formas de pasar del apoyo general a las ayudas sociales a introducir medidas más específicas que favorezcan sectores más sostenibles. La mayoría de los encuestados creen que la segunda mitad de 2021 será el momento adecuado para empezar a hacer el transición, mientras que algunos consideran que los gobiernos deberían esperar hasta el primer semestre de 2022", según el estudio.

2. La política monetaria: ¿están los bancos centrales en riesgo?

La política monetaria desempeña actualmente un papel fundamental de apoyo al proporcionar espacio para maniobrar en el gasto público. Dado que esto está sucediendo en una configuración macro que ha mutado significativamente en los últimos años, hay dos cuestiones que el Foro de Davos trata de responder con respecto a las implicaciones de las acciones políticas en materia monetaria: por un lado, la independencia de los bancos centrales; y, en segundo lugar, si el alcance de las acciones de los bancos centrales debería extenderse hasta contribuir directamente a una "transformación verde".

Empecemos por la primera: ¿en qué medida la independencia del banco central puede verse debilitada por la crisis? "El uso cada vez mayor de la flexibilización cuantitativa [una herramienta no convencional de política monetaria utilizada por algunos bancos centrales para aumentar la oferta de dinero, que aumenta artificialmente la inflación y, con ello, se reducen las tasas de interés a largo plazo] y los últimos movimientos para ampliar los mandatos de los bancos centrales apuntan a un próximo cambio de paradigma en materia de política monetaria y su interconexión con los gastos gubernamentales. [...] A finales del año pasado, la flexibilización cuantitativa se situó en 17 billones de dólares en todo el mundo y continúa entrelazando la política fiscal y monetaria" en los países, señala el informe.

Pero tras la pandemia, el escenario es aún incierto. "En el mejor de los casos, este estímulo propiciará un crecimiento económico hasta tal punto que el aumento de las tasas permanecerán por encima de las tasas de interés, lo que permitirá a los gobiernos reembolsar esos intereses. Sin embargo, también existe un escenario de bajo crecimiento, donde un retroceso de la globalización y la escasez de fuerza laboral llevarán la inflación más allá del 2%. Un gobierno podría ejercer presión sobre el banco central para priorizar otras metas antes que la gestión de la inflación", según el informe. Y en este segundo escenario se plantea un problema que podría ser endémico en los próximos años: la falta de independencia en los bancos centrales.

¿En qué medida deberían participar los bancos centrales en la transformación hacia una economía más verde? "El Banco Central Europeo recientemente ha comenzado a investigar opciones para ecologizar las compras de activos que realiza como parte de su intervenciones en política monetaria", apunta el estudio. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha sugerido en más de una ocasión que los objetivos sobre cambio climático tienen relevancia para cumplir su objetivo principal: salvaguardar precios estables. Por eso, sugiere que los activos comprados por el BCE se inclinen hacia los activos verdes.

3. Políticas sobre competencia adaptadas al contexto digital

Si bien ha habido diversas iniciativas en Europa y EEUU, existe una creciente preocupación a ambos lados del Atlántico sobre si las reglas en materia de competencia se han actualizado lo suficiente para crear un terreno de juego más justo para la nueva economía digital. ¿Son efectivos los enfoques actuales para reducir el abuso de poder en este mercado? No cabe duda de que la UE ha sido pionera en nuevos enfoques a la política de competencia en la economía digital, aunque ello le haya costado pleitos y disputas con gigantes tecnológicos como Google o Facebook, especialmente por lo relativo a los impuestos.

Se trata de una tendencia creciente también en Estados Unidos, donde las autoridades comenzaron el año pasado mirando con lupa este mercado digital y las formas en que se ha explotado. "Hay razones para creer que a pesar del reciente impulso de las acciones antimonopolio contra el mercado, se mantendrá el dominio de algunos actores digitales", apunta el estudio, que cita un informe reciente en el que se sugiere que "es probable que en 2021 veamos un mayor escrutinio de las adquisiciones por parte de gigantes tecnológicos y una regulación más estricta para prevenir los abusos en el mercado". La mayoría de los asistentes al Foro de Davos consideran necesarios estos dos pasos, si bien dudan de que sean todo lo efectivos que se presupone que serán.

4. Cooperación multilateral en un nuevo contexto global

Parece evidente que el cambio de dirección en la Casa Blanca abre un nuevo escenario geopolítico en el que se pueda potenciar una mayor cooperación por parte de organismos multilaterales en todo el mundo. Tras la llegada de Joe Biden al poder, Estados Unidos ha anunciado su regreso a estamentos como la Organización Mundial del Comercio, la Organización Mundial de la Salud y, lo que es más importante, los Acuerdos de París. En este contexto de saneadas relaciones internacionales, ¿qué debería ser lo prioritario en la agenda? "Los encuestados consideran como lo más urgente el hecho de avanzar en esfuerzos internacionales para abordar el cambio climático, seguido del apoyo fiscal a las economías más vulnerables, seguido de un acuerdo sobre una nueva arquitectura del impuesto de sociedades".

Otras áreas que se mencionan en el estudio requieren la cooperación en una materia tan sensible como la gestión de los datos, algo que podría centrarse en terrenos como la tecnología de vigilancia, controles migratorios, distribución de vacunas, ciberseguridad y, por supuesto, preparación para futuras pandemias. En este sentido, ¿existe la necesidad de una nueva mecanismo en la economía post-Covid? Los participantes del Foro de Davos lo tienen claro: deben asignarse recursos adicionales para lograr una mayor coordinación fiscal internacional y la configuración de una sociedad más equitativa en esta nueva etapa de la globalización.

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