Hay alguien que ya ha ganado este Mundial de fútbol: Vladimir Putin

  • Putin sabe mejor que nadie lo útil que es el fútbol para fomentar el nacionalismo, y el Mundial es muy útil para sus intereses internos
Vladimir Putin durante el partido inuagural / Kremlin
Vladimir Putin durante el partido inuagural / Kremlin

El próximo lunes la selección rusa se juega su paso a octavos de final frente a Uruguay, pero, pase lo que pase, si misión estará cumplida. Y esta no es otra que servir a los intereses del presidente del país: Vladimir Putin.

No hay ninguna razón económica para querer organizar un Mundial, que solo es una pérdida de dinero, pero sí la hay política, y para los intereses del Gobierno ruso el evento está siendo tremendamente útil.

Putin sabe mejor que nadie lo útil que es el fútbol para fomentar el nacionalismo, y esa y no otra es la razón por la que se ha dejado la piel para organizar el Mundial. Cuando Rusia fue seleccionada por la FIFA para acoger la competición, en 2019, el propio Putin viajó a Zurich y dio un emocionante discurso para agradecer tamaño honor. Solo unos años después, los escándalos de corrupción se llevaron por delante a toda la cúpula de la FIFA que había tomado esa decisión.

Como explica el profesor de la Wesleyan University Peter Rutland en The Conversation, después de la elección como sede del Mundial, Putin protagonizó un controvertido regreso a la presidencia y anexionó Crimea a Rusia en uno de los mayores conflictos que ha vivido Europa en la última década. No importa, la decisión estaba tomada y Putin está siendo el primer autócrata en acoger la copa del Mundo desde la junta militar de Argentina en 1978.

De poco le va a servir el Mundial a Putin para mejorar la imagen exterior de Rusia, muy dañada por el conflicto con Ucrania y su intervención en Siria a favor del régimen de Bashar al-Àsad, pero a Putin le importa bien poco el resto del mundo, pues solo tiene una audiencia, los propios rusos. Y en clave interna el Mundial le viene que ni pintado.

Aficionados rusos
En Rusia el fútbol despierta el nacionalismo más exacerbado / EFE

Compatriotas, seguimos siendo una gran nación

Rusia se ha dejado un dineral en organizar el mundial, en concreto 13.000 millones de dólares, para construir nuevos estadios y mejorar la infraestructura en las 11 ciudades donde se jugarán los juegos. Es una cifra cuatro veces superior a la que se gastó Sudáfrica cuando acogió la copa en 2010.

No parece una inversión muy inteligente teniendo en cuenta el estancamiento económico del país y su ostracismo internacional, pero Putin quiere mostrar a sus compatriotas que su país sigue siendo un actor importante en el escenario internacional, al tiempo que aumenta su sensación de orgullo nacional.

Y, como explica Rutland, desde el punto de vista estratégico es un buen movimiento de Putin. Las encuestas muestran que los rusos son aún más propensos que otras personas a expresar orgullo por los logros deportivos de su nación, y en el caso de la Copa del Mundo, aunque Rusia no llegue demasiado lejos –cabe la posibilidad, incluso, de que sea eliminada por España en octavos–, el simple hecho de organizar el evento será la principal fuente de orgullo nacional.

Esto no quiere decir que la apuesta no tenga riesgos. Los eventos deportivos pueden llamar la atención sobre el lado más sórdido del país anfitrión, desde la corrupción hasta la mala gestión y los abusos contra los derechos humanos, por no hablar de los posibles ataques terroristas. Rusia además cuenta con unos fans del fútbol que son para dar de comer aparte: hooligans nacionalistas famosos por sus ataques racistas. Pero, pase lo que pase, las críticas vendrán probablemente de fuera. En Rusia Putin seguirá siendo el presidente que ha vuelto a ponerles en el mapa. Y con eso ya le va bien a la persona que más tiempo ha estado al frente de Rusia tras la desaparición de la URSS.

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