Y en espacios de coworking

Los hoteles se transforman en oficinas de teletrabajo para sobrevivir a la Covid

La caída de la ocupación debido a la crisis turística derivada del coronavirus ha obligado al sector a buscar soluciones rompedoras para mantenerse a flote.

El coste medio de una habitación de hotel en España aumentó un 4% en 2012.
Los hoteles se transforman en oficinas de teletrabajo para sobrevivir a la Covid.

Hubo una época en la que buscar alojamiento en Benidorm era una misión casi imposible: si no se reservaba con tiempo un hotel o apartamento, se corría el riesgo de no encontrar plaza o de pagar un dineral. Lo mismo ocurría en Baleares o en Canarias; en realidad, en cualquier lugar en el que el turismo representase el principal sector económico. Pero eso se acabó. Al menos mientras dure la crisis del coronavirus, los hoteles se han visto obligados a buscar soluciones rompedoras para sobrevivir, desde convertir los balcones en terrazas para el aperitivo hasta transformar las habitaciones en espacios para el teletrabajo o el coworking.

Así lo explica José Antonio Arnedo Vizcaino, quien cuenta con 25 años de experiencia en el sector, de los cuales, la mitad los ha ejercido como director de Melià. Ahora, se ha renovado en tiempo récord para crear una consultoría con la que ayudar a buscar soluciones creativas ante la falta de demanda que previsiblemente sufrirán los hoteles durante los próximos meses. "En el corto plazo, hay mucha incertidumbre; ha habido hoteles que ni siquiera han podido abrir y otros que se cierran ahora y no abrirán hasta el año que viene. Ha sido la temporada más catastrófica de la historia", resume.

De ahí que en las últimas reuniones de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH), de la que Arnedo forma parte, se haya puesto sobre la mesa reutilizar las instalaciones como espacio de trabajo. "Ya estamos viendo aterrizar ideas que han nacido durante la pandemia. El más extendido es el coworking. Cadenas como B&B (francesa) con hoteles en España, ya han organizado un servicio de coworking en sus instalaciones y ofrecen paquetes de 9 a 19 horas. Ha habido iniciativas en este dirección en muchos establecimientos, siendo los pioneros el grupo Accor y Meliá".

En este sentido, la idea es utilizar tanto los espacios comunes (hall con ordenadores, salas de reuniones, etc.) como las habitaciones para ofrecer espacios de teletrabajo y coworking. La idea es alquilar esos espacios por menos horas de lo habitual por un precio inferior al estándar de una noche. Así, explica Arnedo, se logran reducir las pérdidas y cubrir una demanda al alza: "Desde el principio de la pandemia surgió una idea en torno al coworking: estar en casa trabajando en una situación nueva a la que no estábamos acostumbrados no era la mejor opción y los hoteles estaban vacíos. Algunos hoteles pusieron a disposición no solo las salas de reuniones, sino también las habitaciones que estaban vacías. Se convirtieron así en una oficina rodante".

Terraza para el café y siestas cortas

Pero, más allá del teletrabajo y el coworking, la mayoría de los hoteles siguieron acusando desde marzo los problemas de una demanda casi nula. Arnedo señala que el sector ha tenido que adaptarse "realidad dura" en tiempo récord, con varias 'patatas calientes': renegociación de los alquileres (ya se produjeron al principio del confinamiento y ahora tienen que volver a hacerlo, ya que se esperaba haber abierto o tener ocupación desde julio, hecho que no se ha producido), reducción de gastos fijos, los ERTE, la negociación de ayudas... Por eso, surgieron otras iniciativas alternativas que ya se están implementando.

"Aprovechando el tirón de los balcones [cabe recordar durante las primeras semanas de confinamiento se convirtieron prácticamente en el único espacio compartido de la población], por ejemplo el Gran Hotel La Perla convirtió los balcones de sus habitaciones en terrazas para el aperitivo por el día y en lugares 'clandestinos' para cenas durante la noche", relata Arnedo. Desde entonces, incluso hay hoteles que siguen sirviendo comidas y cenas, e "incluyen siestas cortas en la factura del restaurante".

De los brainstorming  del sector hotelero también han salido conceptos tan rompedores como los 'hoteles Netflix', en los que por una pequeña cuota se tiene derecho a determinadas estancias; o los 'hoteles Instagram', destinado a que los influencers puedan realizar sus actividades desde sus instalaciones. Todo ello en plena transformación digital, tal y como apunta Arnedo, quien sugiere que el futuro pasa por que los propios hoteles sean capaces de desarrollar herramientas de e-commerce para no depender tanto de las webs que actúan como agregadores o los touroperadores (aunque sin desdeñar el volumen de clientes que ambos generan): "Somos capaces y ya nos hemos repuesto de crisis anteriores. Es verdad que todo esto es nuevo, pero la energía necesaria la llevamos en los genes".

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