Crónica del 'gilismo': 58 muertos, dos indultos y acabar forrado en un 'jacuzzi'

  • El periodista Iván Castelló pone contra las cuerdas a Jesús Gil y recuerda cuál fue su historia, su legado y su gran crimen
Jesús Gil en su famoso 'jacuzzi' del programa de Telecinco.
Jesús Gil en su famoso 'jacuzzi' del programa de Telecinco.
Jesús Gil en su famoso 'jacuzzi' del programa de Telecinco.
Jesús Gil en su famoso 'jacuzzi' del programa de Telecinco / Efe

El periodista Iván Castelló conoció a Jesús Gil y Gil en 1987, cuando trabajaba en la redacción de deportes de la Agencia Efe. Y le sorprendió su franqueza. Reconoce que era un tipo que, en las distancias cortas, caía bien. Pero detrás del chándal, los oros y su capacidad para regalar titulares a diestro y siniestro se escondía el paradigma de la corrupción.

Gil es el prototipo de empresario sin escrúpulos, que arrollaba con todo con tal de seguir engordando su bolsillo. Y conocer su figura nos ayuda a comprender muchas de las cosas que han pasado y siguen pasando en España. Por eso es tan necesaria Salvaje (Contra), la biografía escrita por Castelló que pone contra las cuerdas el gilismo y desmitifica al personaje. Hablamos con su autor sobre su historia, su legado y, por desgracia, sus muertos.

Define a Gil como “el mayor prestidigitador populista de la democracia”, lo que sin duda le permitió ser querido, pese a ser un delincuente, un mafioso.

Siempre se manejó en esa dualidad.

Pero ¿por qué caía tan bien a tanta gente?

Quizás despertaba admiración porque era el ejemplo de hombre español hecho a sí mismo, que con una base cultural más bien justita llegó muy arriba y se convirtió en millonario. Todo lo que tocaba lo convertía en oro. Hay una admiración, en esa época más que ahora, del español medio hacía aquellos que con una preparación justa podían alcanzar la cumbre. Quizás por eso no solo fue admirado, lo preocupante es que fue votado en masa en Marbella, donde ganó con mayorías absolutas, y también para ser presidente del Atlético de Madrid. Como sociedad española de fin de siglo podríamos hacer un ejercicio de autocrítica, de cómo también alentamos que personajes así llegarán bastante más alto de lo que debería.

Usted conoció a Gil en persona. ¿Caía bien?

En las distancias cortas la mayoría de las veces era un fenómeno. Era muy recurrente, tenía un control apabullante de la situación, no se achicaba ante nada y podía ser alguien simpático. Solo que para conseguir todo lo que consiguió no tuvo en cuenta los daños colaterales, que fueron tremendos. Era una persona cercana en el trato y empleados que trabajaron con él, aparte de bien pagados, tenían respeto hacia la figura; eso sí, cuando se enfadaba era un volcán. Era tremendo también.

El autor de 'Salvaje', Iván Castelló (M. A.)
El autor de 'Salvaje', Iván Castelló / M. A.

Parece que se nos ha olvidado que se Gil se dio a conocer por que murieron 58 personas en un edificio que se empeñó en construir en Los Ángeles de San Rafael cuando todo el mundo lo desaconsejaba.

Fue la ampliación de un restaurante en esa urbanización, que era su sueño dorado, su pirámide de Egipto. Es la mayor tragedia del franquismo aparte de la propia dictadura en sí. Son muchos muertos. 58. Es una barbaridad. Fue en el 69, fue coleando dos o tres años, con juicios, hasta que finalmente fue indultado. A continuación, se murió Franco y España como país pasó página. Una de las últimas páginas negras del franquismo es esto, pero creo que no queda ese recuerdo tan vivo de esa barbaridad porque decidimos todos pasar esa página.

¿Llegó a pasar por la cárcel?

Sí, estuvo unos meses en Segovia, también pasó unos días por Carabanchel y estuvo confinado en un centro de seguridad en Misarierra. No eran prisiones al uso, eran para delitos menores, pero pasó unos meses en la cárcel en dos etapas. Pero bueno, mucho menos de lo que hubiera sido normal. Cualquier otro sin las influencias que la madre y él mismo habían tejido en la sociedad que dominaba Madrid en ese momento hubiera tenido muchísimo más tiempo de cárcel.

Como explica en el libro, Gil es una de las pocas personas que ha sido indultada dos veces en España, por Franco y por el PSOE

Creo que es una de las aportaciones del libro meter el dedo en esa llaga. Qué curioso, que este personaje sea indultado por dos gobiernos tan diferentes. Creo que es el único ciudadano español al que le ha pasado. Con el Gobierno socialista fue por algo menor en comparación, por revender un chalé embargado, lo otro eran 58 muertos, pero es un hecho que arrastra el felipismo, porque por ese indulto se pudo presentar a las elecciones en Marbella.

Y arrasó

Arrasó. Si hubiera sido condenado habría tenido una inhabilitación de cargo público y no habría podido presentarse a las elecciones, pero Belloch, que era el ministro de entonces, decide indultarle. Y ojo, que ya había llegado a la presidencia del Atlético de Madrid en el 87, esto fue unos años después. Es decir, creo que no había sorpresa en el personaje.

Le indultaron dos veces y murió antes de recibir una muy probable tercera condena

La justicia con el paso de los años ya le tenía muy cercado y efectivamente hubiera sido una tras otra. Si hubiera vivido más años.

¿Qué tenía montado Gil en Marbella?

Se me ocurre compararlo a un videojuego. Montó su ciudad. Su Gilopolis. Es lo que montó. Con un grupo de promotores que también estaban muy interesados en resucitar la zona por su interés personal, Gil, con muy buen asesoramiento legal siempre por parte de Jesús Sierra, ve aquello con muchas posibilidades de reordenar todo. Son casi 30.000 viviendas ilegales con las que tiene que convivir Marbella todavía, y una deuda municipal salvaje que quedará para décadas.

Y una enorme red de clientelismo, supongo

Sí. Montó un entramado de empresas. Todas se llamaban 2000, que era un especie de segundo gobierno municipal y montó un entramado que se adelanta a los papeles de Panamá. Fue muy bueno con la ingeniería financiera Y el marbellí medio entregado a Jesús Gil. Los populismos se suelen basar en prometer trabajo, limpiar la ciudad de gente alternativa... Eso lo iba haciendo, porque dio mucho trabajo a quien lo apoyaba y lo votaba tejió unos árboles familiares tremendos.

Hace unos meses estuve en una rueda de prensa con Roberto Solozabal, que confesó que tras pasar por el Atleti de Gil y el Betis de Lopera acabó harto del fútbol. ¿Cómo trataba Gil a los futbolistas?

Los trataba básicamente mal. Les hacía pasar por un escarnio que ahora sería imposible. Arsène Wenger, conocido entrenador del Arsenal, dijo que en el siglo XX a los futbolistas en un descanso le podías decir "me cago en la hostia, que no corres, hay que correr más, me cago en todo, que no vas a jugar más...". Pero en el cambio de siglo, la era postGil, el trato con el futbolista ha cambiado. Wenger decía que tenía que dirigirse a tipos que eran más millonarios que él con todo el respeto: "Usted no cree que en la segunda parte podría mejorar su juego si sacara un mayor rendimiento deportivo a su velocidad". Ese cambio de actitud con los futbolistas, que nunca ha sido fácil, cambió después de Gil, que es de los últimos que arrolla a los futbolistas. Cogían una sala de juntas en el Calderón y con un manos libres, no había móviles ni internet, tenía a toda la plantilla ahí metida, e iba uno a uno cantándoles las cuarenta de lo mal que lo habían hecho en el partido anterior. Y los futbolistas lo llevaban mal.

¿Gil se metía en todo?

Absolutamente en todo. No descansaba consigo mismo ni con nadie. No dormía apenas. De hecho, llamaba a capitanes, a entrenadores, a Rubén Cano, que era el secretario técnico, a las cuatro de la mañana, porque estaba totalmente despierto. Tenía es vocación de estar absolutamente encima de todo.

Al margen de ganar más dinero y poder ¿tenía Gil alguna ideología?

El gilismo. Era su propia concepción del mundo: haz dinero rápido y no te pares nunca. Sigue haciendo dinero. Esa filosofía se la inculcó a sus hijos, que se jugaban millonadas entre ellos mismos jugando al parchís en familia. Fue un aprendizaje de su madre, a sus hijos, de que hay que ganar dinero cuanto más mejor, como sea y donde sea, pero más y más. Nunca supo parar.

Los pezones más vistos de España.
Los pezones más vistos de España / Efe

El imaginario de Gil no solo es mafioso, es tirando a cutre. Todos le recordamos con su caballo Imperioso, con su cocodrilo Furia, en un jacuzzi enseñando barriga... ¿Esto lo hacía adrede?

Yo creo que él era sí. Era un adelantado a Torrente. Es el Torrente auténtico. Esa forma de exhibir sus posibilidades permanentemente, en las joyas que llevaba, como se vestía, como se abría la camisa… Ya entrado en kilos no le importaba salir en bañador en un jacuzzi o fuera de él, en Telecinco. Era así. Ibas de viaje con él, con el Atlético de Madrid para una Copa de la UEFA, veía una tienda de antigüedades y se quería llevar prácticamente toda la tienda, para amueblar, sin ningún tipo de idea previa, sus casas de Marbella, de Madrid, Valdeolivas... Era muy divertido.

Tengo una imagen de Gil clavada en la memoria. Sacaba del bolsillo un enorme fajo de billetes y presumía de no salir nunca de casa sin “suelto”.

R. De hecho hasta los repartía a veces. Había una señora mayor, con problemas, que se acercaba siempre a la puerta cero del Calderón y le solía dar unos buenos billetes de ese fajo que siempre llevaba. Creo que Gil en realidad debió ser muy infeliz en la niñez. Se me ocurren puntos en común con gente que no había tenido nada y cuando tienen lo exhiben, como Michael Jackson cuando tenía una habitación llena de golosinas, aunque no se comía ninguna. Era un poco así.

¿Es verdad que Fidel Castro le regaló un cocodrilo?

R. Sí, Furia. ¿Es verdad? Estos personajes a veces alimentan leyendas que no son tal, pero él declaro siempre que admiraba a Franco y al Ché Guevara. A quien hiciera falta, en realidad. No descarto que sea cierto.

Jesús Gil y Gil, el rey del palco.
Jesús Gil y Gil, el rey del palco / Efe

¿Cree que como empresario era talentoso o era solo un pirata?

Era una mezcla de las dos cosas. Talento tenía, para hacer del cambalache su forma de vida. Gil no pagaba sus deudas. Siempre renegociaba esa deuda, que no es lo mismo que pagarla. Y puso contra las cuerdas a todo tipo de bancos, a las televisiones, a la prensa... Absolutamente a todo el mundo. Te decía “o me pagas el doble o no entras”. De hecho, hubo partidos del Atlético de Madrid de Copa de Europa que no fueron televisados, por ejemplo contra el Manchester United. Era piratilla por las formas, pero ese gen de intentar beneficiarse siempre de cualquier situación yo creo que se mantiene todavía en España en política y en las presidencias de los clubes de fútbol, solo que las formas no son tan ostentosas.

¿Sigue habiendo personajes tipo Gil hoy en día?

Ya es más difícil. No hay tanto. Sí que hay muchas personas que se enriquecen, incluso más que Gil, pero no lo identificas por sus actos ni por la cara. Es la gente que lleva su dinero a Suiza, pero es más sutil. Y es lo preocupante, ese gen de corrupción con el que vivimos, que creo que socialmente está muy arraigado. Pero sí se exige un poco más de decoro.

Gil manejaba bien a los medios. O al menos, le rieron las gracias durante mucho tiempo.

Yo creo que improvisaba mucho, pero lo que es seguro es que tú llamabas a Gil y te lo cogía y te llamaba a ti y se lo cogías también. Estableció una relación directa con los medios de comunicación, de la que los medios también trataron de aprovecharse, porque daba titulares fáciles, y al final le bailamos el agua demasiado, en el plano deportivo.

Porque en el plano deportivo...

Tomo suficientes decisiones deportivas como para que la prensa, en lugar de reírle las gracias, hubiera tomado la determinación de contar a sus lectores, televidentes, oyentes, que era un desastre como presidente del Atlético de Madrid. Y la prensa no hizo eso. Deportivamente el Atlético de Madrid no era mejor que en décadas anteriores. Ganó un doblete, efectivamente, pero años antes lo había conseguido también. De hecho, Gil coge al Atleti un día antes de jugar una final de Copa y un año después de haber jugado una recopa en Lyon. El proyecto Gil fue un desastre, le costaba incluso clasificarse para competiciones europeas. Es evidente. Es un personaje que hizo gracia y no se le tuvieron en cuenta un montón de cosas. Dudo mucho que habiendo un Gil en el Real Madrid o en el Barcelona la prensa le hubiera permitido los desmanes que hizo Gil.

¿Por qué?

Primero, porque el Atlético de Madrid no le interesa a la prensa, a la que solo le interesa el Real Madrid y el Barcelona. Eso es así. No les interesa. Y les puede hacer gracia si no es molesto para el Madrid y el Barça. Si el Atleti de Gil hubiera empezado a ganar, si le hubiera hecho sombra al Madrid o al Barça, la prensa habría tomado la decisión por arriba de “hasta aquí hemos llegado”.

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