La fórmula Pinterest: el unicornio de Silicon Valley que lo hace todo al revés

  • Pinterest es el último bastión de inocencia en el mundo de internet: una empresa para compartir imágenes 'cuquis', que no quiere crecer rápido.
Ben Silbarmann, cofundador de Pinterest / Pinterest
Ben Silbarmann, cofundador de Pinterest / Pinterest

Se conoce como “unicornios” a las empresas valoradas en más de mil millones de dólares antes de su salida a bolsa. Se calcula que hay en torno a 100 y 200 compañías que podrían entrar en este club, que es por otro lado un tanto subjetivo, como su propia valoración. 

Dentro de los unicornios, solo un puñado de compañías superan los 10.000 millones de valoración. Pese a la salida a bolsa de startups como Snapchat, Dropbox o Spotify, seguimos encontrando en la lista empresas de la talla de Uber, Xiaomi y Airbnb, conocidas compañías tecnológicas cuyo modelo es el que podríamos considerar canónico en Silicon Valley: moverse rápido, persiguiendo el crecimiento a toda costa y alardeando de cada victoria.

Pero hay una excepción a esta norma: Pinterest. La compañía, fundada en 2008 por Ben Silbermann, es una rara avis en el ecosistema de las grandes compañías tecnológicas. Pese a su enorme tamaño –tiene 250 millones de usuarios activos y una valoración de 12.300 millones–, el funcionamiento de la página es incomprensible para los no iniciados, no por su complejidad, sino por su aparente excesiva sencillez.

El portal sirve para compartir imágenes (“pines”) entre personas con aficiones comunes. Es el mayor repositorio en internet de recetas, consejos de decoración, proyectos de bricolaje o manualidades… Esta segmentación en nichos hace que sea especialmente útil para colocar publicidad, una fórmula que está empezando a dar impresionantes resultados. 

Bienvenidos a 'cuquilandia' / Pinterest
Bienvenidos a 'cuquilandia' / Pinterest

Otras redes sociales como Instagram o Facebook han sido ampliamente criticadas por resultar adictivas y dar refugio a todo tipo de contenidos perniciosos –de las fake news a las redes delictivas–, pero Pinterest se mantiene como el último bastión de inocencia en el mundo de internet, donde lo más violento que puede verse es un jersey de renos.

El servicio rechazó hace mucho sus principales elementos de red social, y es solo un enorme lugar en el que compartir los contenidos que apasionan a sus usuarios, que tienen un perfil muy peculiar en la era de internet: con mayor presencia de mujeres, edad más elevada y, por ende, mayor nivel adquisitivo.

Pero lo más interesante de Pinterest no es lo diferente de su público –al fin y al cabo, se centró en dar salida a aficiones con mayor presencia femenina y que interesan a un menor número de adolescentes–, sino la forma en que su CEO se plantea el negocio en sí mismo.

Gráfico unicornios.
 

Poco autobombo, gran rentabilidad

A diferencia de otros CEO de compañías tecnológicas, Ben Silbermann apenas se prodiga por congresos ni concede entrevistas; ni siquiera para sacar pecho de que, según han explicado fuentes internas a The New York Times, la compañía está camino de recaudar 700 millones en ingresos este año, un aumento del 50 por ciento respecto al anterior ejercicio. Pinterest es mucho más grande de lo que parece.

Es al diario neoyorquino al último medio al que ha concedido una entrevista en la que tampoco dice gran cosa, dado su carácter serio y reservado, pero que ilustra a la perfección cuál es su modelo de empresa.

Silberman pasa olímpicamente de la imagen de Pinterest en el mundo de los negocios, pues solo le importa la imagen de la compañía que tienen sus usuarios. El directivo realiza seis tours al año para conocer las comunidades que utilizan el servicio y realiza comidas semanales con ellos en las oficinas de la compañía. Un tiempo de relación con los consumidores excepcionalmente elevado, teniendo en cuenta que Silberman comanda a 1.5000 empleados.

Su idea es clara: si Pinterest aborda las necesidades y deseos de sus usuarios “el negocio de cuidará solo”. Pero este enfoque, que implica lo que Silberman define como un “crecimiento de calidad”, supuestamente más sólido, pero más lento, descoloca a todo el ecosistema de Silicon Valley, acostumbrado a hacer todo lo contrario. Aunque Pinterest sea uno de los pocos unicornios que está a punto de empezar a ganar dinero.

Incluso para los estándares de una start-up, donde la rotación es común, la cantidad de ejecutivos que abandonan Pinterest ha sido notable en los últimos años y muchos de los inversores no ven con buenos ojos su actitud conservadora, pese a que les ha permitido presentar unos presupuestos equilibrados y no cometer grandes errores. Si Pinterest acaba triunfando muchos tendrán que tragarse sus palabras y será un claro caso de estudio en las escuelas de negocios.

“En tecnología, la gente calfica muy muy rápido que alguien pierde o gana y dice cosas como 'eso nunca funcionará' o 'eso va a arrasar en todo el mundo’”, apunta Silberman como colofón a su rara entrevista en The New York Times. “La verdad siempre está en algún punto intermedio”.

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