La guerra comercial con China provocará una nueva crisis, asegura Robert Shiller

  • El premio Nobel de economía Robert Shiller ha explicado en una entrevista que  la guerra comercial entre EEUU y China puede ser "un caos".
El premio Nobel Rober Shiller / Bengt Nyman
El premio Nobel Rober Shiller / Bengt Nyman

El presidente de EEUU Donald Trump ha anunciado aranceles de hasta 50.000 millones de dólares (40.400 millones de euros) contra China para contrarrestar el déficit comercial con el gigante asiático. Por su parte China ha respondido con otros 3.000 millones de dólares en tasas a los productos americanos como represalia. Una auténtica guerra comercial que según muchos analistas podría ser devastadora para la economía mundial.

Así al menos lo cree el profesior de Yale y premio Nobel de economía Robert Shiller, que en una entrevista con CNBC ha advertido que las crecientes tensiones comerciales podrían desencadenar la próxima crisis económica en los Estados Unidos.

En el Foro de Desarrollo de China en Beijing, Shiller ha advertido que una guerra comercial entre las principales economías del mundo puede provocar un estancamiento de la inversión empresarial, lo que puede generar un declive económico inmediato.

“Es sencillamente un caos, ralentizará el desarrollo en el futuro si la gente piensa que este tipo de cosas pueden hacerse”, ha asegurado el premio Nobel en la entrevista, en relación a los nuevos aranceles. “Estallará una crisis económica de inmediato porque estas empresas se basan en la planificación a largo plazo: han desarrollado una mano de obra cualificada y una forma de hacer las cosas. Tendremos que redescubrir como reorganizarlo todo en cualquier país después de que se corten las importaciones”.

El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo en China, Xi Jinping
El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo en China, Xi Jinping. / EFE

Se va a destruir la confianza

Shiller ha comparado la situación actual con la que ocurrió durante la mayor guerra comercial de todos los tiempos: la de la Gran Depresión de los años 30. En opinión del premio Nobel, el daño no será provocado por los aranceles en sí mismo, sino por las empresas que van a ajustar sus inversiones, dada la retórica que probablemente se extienda en ambas economías.

“Es un asunto más psicológico que directo”, asegura. Los aranceles “destruyen la confianza” y la voluntad para planificar el futuro. “Son exactamente esas actitudes de 'esperar y ver' las que causan una recesión”, apunta Shiller.

Por suerte, según el premio Nobel, dado que los últimos años han sido positivos para la economía global, hay “poca capacidad para absorber” cualquier nerviosismo relacionado con el comercio. En este sentido, la decisión de Trump, aunque puede cercenar el crecimiento, ha llegado en “un buen momento”.

“Si hubiera hecho esto en 2009, habría sido catastrófico”, asegura Shiller. “Pero creo que [Trump] solo tiene en cuenta sus propios tiempos: ha sido presidente durante un año, ya es hora de que haga algo que haga que desaparezca la emoción de la gente. Él tiene una filosofía de vida en la que sabe lo que tiene que hacer: si quieres seguir siendo famoso, una celebridad, lo que obviamente le encanta, tienes que estar constantemente creando noticias”.

China no quiera esta guerra

Por otro lado, Trump está forzando una guerra contra alguien que en realidad no quiere librarla. China ha respondido a los nuevos aranceles de EEUU con firmeza, pero hay razones para pensar que hará todo lo posible por no escalar más las tensiones.

Como explica Qing Shan Ding, profesor de marketing en la Universidad de Huddersfield en un artículo en The Conversation, tanto el presidente Xi Jinping como el primer ministro Li Keqiang han repetido en más de una ocasión que no quieren entrar en una guerra comercial con EEUU, que saben será negativa para ambos. Es de esperar, por tanto, que la respuesta de China a las provocaciones de Trump sea mesurada, ya que sus líderes son conscientes de hasta qué punto su economía está entrelazada con la de EEUU.

Ahora bien, si Trump persiste en impulsar el proteccionismo, China acabará buscando otros aliados, y Reino Unido y la Unión Europea podrían salir beneficiados del entuerto.

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